Shinova: La Ceremonia de la Confusión

“SHINOVA es un lugar, SHINOVA es un estado de ánimo, SHINOVA es la tristeza, SHINOVA es placer, SHINOVA es volver, SHINOVA es rencor, SHINOVA es atardecer…”. Y así continúa los calificativos en su web definiendo a este quinteto de Vizcaya. En todos esos adjetivos entra cualquier tipo de sentimiento, aflorando en su primera obra, ‘Látidos’, y desbordando en esta. Emociones de todo tipo en una música que si hubiera que definirla de alguna manera, me limitaría a decir bella.

Reconozco que el debut de SHINOVA hace dos años fue una más que agradable sorpresa. Desconocidos para un servidor, el hecho de que un vocalista admirado por mí como Kantz, de TENPEL, colaborara con ellos en ‘Cicatrices’, hizo que me interesara por el grupo; esta vez se ha encargado del diseño y artwork del álbum. Además, a los mandos de la producción de aquella obra estaba Alberto Seara, y en otro corte colaboraba Carlos Escobedo de SOBER. Pero aquí, más allá de nombres con los que se rodearon, había calidad, y mucha. Con ‘La Ceremonia de la Confusión’ la confirman, habiendo acudido a Carlos Santos y sus Sadman Studios para mezclarlo después de haberlo grabado en los estudios Estoldetan, para masterizarlo en los Finnvox de Mika Jussila . Además, viendo como está el panorama, se han pasado al lado de los que regalan su música. Solo tienes que hacer click aquí para acceder a este álbum; y como dicen en un archivo adjunto, tú mismo pones precio a este disco.

A la par que belleza, muchos de los cortes transmiten dolor y superación; en ocasiones parece que estemos escuchando poemas adornados con música, más que canciones propiamente dichas. El mayor atractivo del grupo se centra en la persona de Gabriel de la Rosa, tanto en sus letras como en su registro vocal; dota a SHINOVA de una personalidad de la que pocos grupos pueden presumir en la actualidad. Eso sin desmerecer al resto del grupo, ya que aunque parece por los primeros cortes que su sonido se haya endurecido y metalizado un poco, dejan lado a la experimentación según avanzan los temas. Estas características se aprecian desde ‘Trescientos treinta y tres’, el tema que abre la ceremonia.

Dicho corte es pegadizo, dinámico, con un estribillo con muchísimo mensaje… y es que de mensajes va todo el disco; las letras son para prestarlas atención porque no hay desperdicio en ninguna de ellas. Cada canción tiene su propia identidad. Las de ritmo más dinámico son el tema que lo da título, ‘Cuestión de ego’, y la metalizada ‘Círculo oculto’. Algo  más cercanas a medios tiempos son ‘Ritual’ y ‘Aprendiendo a volar’, dejando para el resto de cortes la variedad. No digo que sean mejores ni peores, pero el hecho de que sean distintas, hacen que destaquen entre las demás. Se tratan de la historia in crescendo de ‘El ermitaño’ en primera persona destaca con su solo de guitarra final, ‘Lejos del Sol’ con reminiscencia sureña e influencia country, y las relajadas y casi atmosféricas ‘Durga’ y ‘Abatida Marioneta’. Pero si hay que destacar una canción por encima de las demás, me quedo con la dolorosa despedida de ‘Tinta púrpura’, uno de los adelantos que se pudo escuchar antes de la edición de este disco.

Rock en estado puro, cargado de matices, con pequeñas dosis metalizadas en algunos cortes, más experimentales en otras, formando un disco que destaca tanto con temas por separado, como con todos ellos en conjunto, sin nada de relleno. Por un lado me alegra de que todo el mundo se pueda bajar su disco de manera legal y gratuita, para que puedan disfrutar de la experiencia SHINOVA; por otro, me apena que se esté llegando a un punto donde la música se pueda llegar a tratar de una manera impersonal y desechable. Que este tipo de iniciativas de descarga casi siempre viene de grupos de por aquí, y aún así no consiguen la repercusión que (creo que) merecen.