Russkaja: Kosmopoliturbo

Russkaja tienen la imprevisibilidad de Die Apokalyptischen Reiter, los vientos de la Non Smoking Orchestra, la estética de Dschinghis Khan y el espíritu freak de Mambo Kurt. Nadie suena como ellos y su cajón de sastre de estilos es tan arriesgado como divertido. Puede que suene excesivamente como uno espera de ellos aunque siempre hay sorpresas relativas. Suele tratarse de una agrupación de las que odias o amas, así que cada cuál sacará sus conclusiones.

Los vieneses Russkaja son un de esas bandas que han crecido bajo el auspicio del festival Wacken, como Santiano o Mambo Kurt. Llevan el colorido por bandera, apariencia freak, base punk y multitud de influencias, especialmente la polka, el punk y la música tradicional rusa. Sus conciertos siempre son fiestas con multitud de gente en escena, ideales para que el alcohol corra y el baile no cese. En Austria son toda una institución pero no termina de cuajar la cosa en el resto de Europa a pesar de estar ya en el sello Napalm Records. Cinco discos ya, siempre comandados por Georgij Makazaria (ex de Stahlhammer) y sus secuaces. Su visita hispana en gira no fue un éxito de asistencia precisamente pero soy de los que aplaude que dentro de el circuito metal se dé cabida a experimentos coloristas arriesgados como lo que hacen Russkaja.

Esta vez en “Kosmopoliturbo” hay juegos estilísticos sin parar y cambios de idioma, justo lo esperable para el combo austro-gitano. Sólo hay que escuchar “Alive”, con esos vientos de inspiración de Kosturica interrumpidos por juegos techno realizados con instrumentos tradicionales para entrar de lleno en su propuesta. El disco engancha fácilmente y sorprenden jugando con correctores de voz descarados en la reggae “Still in Love”. Diversión sin fin en la apertura con “Hey Road” marcando el camino a seguir y avisando de lo que encierra el disco. Onda feliz y ska con coros a lo Dschinghis Khan, de los que, sinceramente, no andarían lejos en el aspecto estético. En cada tema hay un intento de guiño a diferentes países a los que tienen intención de darse a conocer. “Hello Japan” lo deja bastante claro en el título, esta vez tirando de velocidad y dando protagonismo a las guitarras de Engel Mayr, con un riff muy de la escuela Rage Against the Machine. “Volle Kraft Voraus” es cabaretera de inicio, a guitarra acústica y coros cerveceros, apuntando directamente al mercado alemán. Las apariciones del violín de Ulrike Müllner dan un toque de clase a todo este material de espíritu gitano.

En “Mare Mare” nos trasladamos a Italia. Otra ración de tópicos en las letras pero con todo el sabor de Russkaja rozando el petardismo y mezclando los vientos eslavos con una base de tarantela. “Cheburaschka” es el típico tema de Russkaja con final metálico, otra vez tirando de los riffs de inspiración Rage Against the Machine. La sorpresa y el homenaje español lo pone “La Musica”, con un castellano muy potable por parte de Mazakaria. Letra lograda con influencia mejicana, ya que los vientos invitan al toque mariachi. “Chef de Cuisine” es otra buena muestra de su estilo, absolutamente reconocibles y divertidos, invitando al baile y al desenfreno. Finalizan a ritmo de vals con una de las mejores composiciones del disco: “Send You an Angel”: una balada sentida con grandes arreglos que consigue una belleza realmente lograda. Mazakaria luce registros quedando bien arropado por los coros y las orquestaciones.

Russkaja tienen la imprevisibilidad de Die Apokalyptischen Reiter, los vientos de la Non Smoking Orchestra, la estética de Dschinghis Khan y el espíritu freak de Mambo Kurt. Nadie suena como ellos y su cajón de sastre de estilos es tan arriesgado como divertido. Puede que suene excesivamente como uno espera de ellos aunque siempre hay sorpresas relativas. Suele tratarse de una agrupación de las que odias o amas, así que cada cuál sacará sus conclusiones. Son más de festival que de sala pequeña pero con ellos la diversión y la alegría están más que garantizadas. “Kosmopoliturbo” es otro paso en su haber y una perfecta muestra de lo que son capaces. Disfrútalos con mente abierta y sin complejos.