Korpiklaani: Korven Kuningas

Sabios son Nuclear Blast y la misma banda al llevar un ritmo endiablado a la hora de editar compactos. Llevan la misma carrerilla de Primal Fear o Manowar en DVD’s, es decir uno por año. Sería un error no aprovechar el tirón que supone el estilo pero también pueden hartar y quemar a más de uno. A pesar de ello, y escuchando este KORVEN KUNINGAS, lejos están todavía de tocar techo pues se nota el excedente de ideas compositivas y los himnos facturados están a la altura de sus clásicos.

Si en TERVASKANTO combinaban finés e inglés esta vez se han decidido por cantarlo todo en su lengua madre excepto en un par de temas. Han perdido ya el factor sorpresa pero sabiamente han facturado un disco en el que sus seguidores van a encontrar ese ambiente festivo-tabernario que siempre les ha caracterizado, coros cazalloso-etílicos y pasajes totalmente folk, adornando una base de bajo, batería y guitarrazos.

Puede que desde su pasado disco suenen algo más accesibles y hayan ganado más en melodía que en fuerza y oscuridad ,pero para nada van a verse defraudados sus seguidores. “Tapporauta” abre el disco y apunta especialmente a clásico entre su ya vasta discografía. Genial corte muy definitorio de su estilo que contrasta con otros más festivos como “Northern Fall” con un riff folk y unos coros repetitivos y grandilocuentes. Que nadie se enfade pero la instrumental “Shall We Take a Turn?” podrían haberla firmado Mägo de Oz, palabra. “Gods of Fire” es una balada muy conseguida, acústicas, la voz rota de Jonne y un violín que le da esa aura melancólica. Más festiva y característica es “Kantaiso”, precioso riff festivo, coros a mansalva y otro futuro clásico perfectamente elaborado.

Espectacular es el inicio de “Metsämies”, con un coro a lo ruso conducido por las melodías de violín y acordeón. Gran tema al que le sigue “Keep on Galloping”, con un ritmo a lo trote de caballo. Pero si hay de hablar de algún tema para el recuerdo quizá sea “Kipumilly”, medio tiempo sentimental con los tambores incansables de Matson (enorme trabajo en todo el disco) sobre los que Hittavainen dibuja esas melodías evocadoras de violín. Puede incluso recordarnos a algunos de esos grandes temas de In Extremo. Más experimentales se muestran en la algo “galáctica y ácida” “Syntykoski Syömmehessäin” (esperemos que esa no sea una posible salida a su sonido). Afortunadamente en “Korven kuningas” vuelven a deambular por los derroteros bailables, con cerveza en mano, caña marca de la casa y un total protagonismo de la sección folk. Posteriormente hay el desgraciadamente ya habitual “sumaminutos” de rigor con una percusión constante que llega más allá de los 15 minutos de duración.