Orphaned Land: Kna’an

Puede que no sea la forma ideal de celebrar su 25 cumpleaños como banda pero sí es sumamente original. La unión de Orphaned Land con Amaseffer funciona pero el disco tiene más pinta de regalo para fans completistas que otra cosa. Estos proyectos ajenos encorsetan las ideas pero dudo que ningún fan se vea decepcionado por mucho que obviamente este trabajo esté a años luz de “Mabool” o “All Is One”.

Somos muchos los que creemos que Orphaned Land son una de las bandas más interesantes y atractivas del panorama mundial más allá de etiquetas, pero creo sinceramente que la baja de Yossi Sassi se nota bastante. De todas maneras el disco que nos ocupa no es una obra de Orphaned Land como tal, así que hay que tomárselo más como un experimento y no como un disco oficial en si. Kobi Farhi une fuerzas con Erez Yohanan (Emeseffer) y crean una banda sonora en la que participan el resto de los Orphaned Land para musicar la historia bíblica de Abraham, en una adaptación artística por parte de Walter Wayers. El hecho de que los temas tengan que ir ceñidos a la historia hace que haya mucho material atmosférico, mucho pasaje acústico y que la mayoría de temas sean intros o enlaces de poco más de minuto y medio o dos. La sensación de que falta algo y de querer más es constante, pero si te lo tomas como lo que es disfrutarás con el disco.

Preciosa intro la de “The Holy Land of Kna’an” puramente de banda sonora de película y delicadeza acústica en “Naked Sarah and Abraham”. Protagonismo total para Kobi apoyado por coros. El oriental metal está presente en la potente “The Angel of the Lord”, muy en onda Orphaned Land con todos los elementos que uno espera presentes y ese sabor arábigo de esas latitudes. Curiosamente “The Burning Garden” tiene una intro puramente doom con escalas árabes y juega con una preciosa voz femenina encarnando a la heroína Sarah. Quizá el tema más atractivo, y de verdad que recuerda un poco a los dos fenomenales trabajos realizados por el huido Yossi Sassi. “Naked Abraham” combina metal con pasajes acústicos, pero en general es un trabajo algo minimalista comparado con lo que nos tienen acostumbrados. “A Tree Without No Fruit” es uno de los grandes momentos del disco con un gran Kobi cantando de forma muy expresiva entre arreglos de cuerda étnicos.

En “There Is No God for Ishma’el” hay uno de los grandes estribillos del disco aunque el desarrollo general es oscuro y extraño. Más voces femeninas y rumor de oleaje para “The Vision”, que termina en tormenta para pasar luego a dos temas de enlace de poco más de un minuto. “Akeda” queda como medio tiempo endurecido. Oscuridad y un gran solo de guitarra de Erez Yohanan apoyado por el doble bombo incesante de Matan Shmuely. “Fruits from Different Trees” es lo que más se parece a lo que viene haciendo Orphaned Land en sus últimos discos pero la sensación general es que no terminan de colmar las expectativas creadas. Se despiden con una bonita outro titulada “Prisioners of the Past” a voz femenina y acústica dejándote con ganas de más, pero cumpliendo con el experimento de la banda sonora.

Puede que no sea la forma ideal de celebrar su 25 cumpleaños como banda pero sí es sumamente original. La unión de Orphaned Land con Amaseffer funciona pero el disco tiene más pinta de regalo para fans completistas que otra cosa. Estos proyectos ajenos encorsetan las ideas pero dudo que ningún fan se vea decepcionado por mucho que obviamente este trabajo esté a años luz de “Mabool” o “All Is One”. Realmente el auténtico ganador aquí es Walter Wayers que ha conseguido una preciosa banda sonora para su obra.