Amset: Katarsis

Mucho se ha hablado de Amset y de su impacto en la escena el pasado año. Prensa y público no vieron con buenos ojos una “intromisión discográfica” por parte de una banda tan joven, gozando de un presupuesto millonario mientras, músicos consagrados de este país malviven en las catacumbas del negocio. Guste o no guste Amset continúan con su carrera discográfica y la verdad sea dicha, han mejorado bastante respecto a su “insufrible” disco debut.

Los cambios en el seno de la banda han sido a mejor y perfectamente comprensibles. Lo que ya no se entiende tanto es el cambio estético, pues no se logra adivinar si la banda busca un look en cada disco o simplemente experimentará hasta encontrar una imagen definitiva.

La mejora ha sido notable en casi todos los aspectos, tanto en producción, letras, músicos, sonido y demás. Aún y así, y por mucho que les pueda doler a sus jóvenes y entregados fans, lejos, muy lejos están de conseguir ser una banda grande o a tenerlos (todavía) en cuenta dentro del panorama nacional. En Katarsis lo único que queda claro es que –de momento- son un grupo del montón con un presupuesto excepcional, nada más. Hay mejoras, sí, pero todavía no hemos llegado ni a medio camino.

La monotonía y la linealidad toman la batuta en el disco de principio a fin e incluso es difícil vislumbrar un single tan claro como en su día fue “Necronomicón”. La producción del disco es sensacional e incluso se ha superado el sonido que obtuvieron en su predecesor, que ya era bueno de por si. Los coros han sido mucho más trabajados, y, sin llegar a ser nada espectacular, consiguen ser funcionales y correctos.

El dúo compositivo formado por Richy Sánchez y Ismael Fliteau ha mejorado ostensiblemente y firman algunos temas de mérito. La que abre fuego: “A vida o muerte” muestra a Amset duros y directos mientras que en “Estatua de carne y hueso” hay una melodía mucho más accesible y un protagonismo de los teclados que consiguen llenar bien el tema. La guitarra de Junior mejora el resultado conseguido en su debut y deja claro que Amset ya se valen de si mismos y no necesitan de ayudas de gente ajena al grupo. Quizá “Llanto de almas” y “Ciudad del mal” –homenaje a Madrid- sean los mejores cortes que compone Katarsis. Un estribillo pegadizo en la segunda, coros conseguidos, un buen solo de Junior y unos teclados que la arropan. “Llanto de almas” posee un bajo que manda y otro estribillo digno de mención.

La autoproclamada himno y alabanza “Amset” es de lo más prescindible del disco. Pese al buen riff de guitarra es de esas letras tipo “Hoy gano yo” de Warcry, que tanto gustan al fan del grupo como son carnaza voraz para que sus detractores les pongan a caldo. “Rabia sobre el escenario” y “Asquerosamente joven” serían esos otros temas centrados en experiencias personales de la banda y un poco reivindicativas de sus posibilidades. Francamente me decanto por sus composiciones centradas en Madrid, la eutanasia o el suicidio.

El aura oscura conseguida a lo largo del compacto sale reforzada en “Sin salida” gracias a unas voces distorsionadas que también gozan de un estribillo melódico. “Suicida” cierra el disco con una buena demostración de Junior a las seis cuerdas.

Con Katarsis Amset callarán varias bocas pero no definitivamente. Todavía hay camino por delante y trabajo. Es un disco a la altura de muchas bandas nacionales, cosa que en su anterior entrega no se llegó. Hasta cierto punto les favorece que continúe habiendo polémica y que el nombre de Amset esté en boca de todo el mundo. Como bien decía Dalí: “Que hablen de mi… aunque sea para bien”. El disco termina con la frase: “No nos rendiremos”… avisados estáis todos.