Molly Hatchet: Justice

Cinco años han pasado ya desde que los Hatchet nos brindaran aquel excelente “Warriors of the Rainbow Bridge”. Algunos afortunados tuvimos la suerte de verlos en el Azkena Rock del pasado año y la verdad es que no defraudaron. Había pues muchas ganas de escuchar nuevo material pues el estado de forma que atesoran es excepcional. “Justice” es un título que a manos de una banda sureña implica mucho, y la verdad es que mantienen muy viva la llama del Southern Rock, aunque hay también grandes dosis de hard rock de las que no se esconden en ningún momento.

La final “Justice” es esa pieza monumental extensa en la que las guitarras y terminan cobrando el protagonismo y se pierden en un largo desarrollo a lo “Free Bird”. De largo lo más logrado del disco junto la que abre “Been to Heaven, Been to Hell” que desempolva la etapa “Flirtin With the Disaster” y captura la esencia. Todo un nuevo himno de directo con todas las credenciales sureñas. “Safe in My Skin” posee un gran estribillo bien apoyado por esa dupla de guitarras formada por Ingram y Hlubek turnándose los solos con el teclado de John Galvin.

La voz de Phil McCormack es algo más ronca pero no ha perdido la fuerza ni la garra que siempre le ha caracterizado. Todas las canciones poseen cierta gracia compositiva, lejos de la autocomplacencia a pesar de jugar sin arriesgar. De hecho suena como uno espera que suenen los Hatchet en pleno 2010, y lo mejor de todo es que para nada suenan ni desfasados ni sosos.

El riff doblado de “Deep Water” entra después de una intro de sintetizador y nos lleva hacia derroteros épicos propios de Thin Lizzy. Parece que para semejante riff se hayan escuchado el legado de Lynott. Los solos y las melodías brillan en todos y cada uno de los cortes, especialmente el de “Im Gonna Live til I Die”. Concretamente hay tres temas que van más allá de los ocho minutos en los que la banda se explaya en las raíces sureñas. “Fly On Wings Of Angels” es una inmersión dentro del género de las power ballads con unos niños cantando en inicio. Bella composición si bien se desenvuelven mejor en temas de rock sureño.

Siguiendo el rollo meloso y con mucho protagonismo de los teclados encontramos “Tomorrows and Forevers” que contrasta con la vuelto a la onda rock de “Tomorrows and Forevers”, si bien en parámetros muy accesibles y algo comerciales. Coros de apoyo y una fuerte base AOR. A pesar que se desenvuelven la mar de bien en todos los estilos cuando arremeten con el Southern Rock en temas como “Vengeance” e “In the Darkness of the Night” la cosa gana muchos enteros.

Parece un disco de puro disfrute en el que la banda ha jugado a componer y tocar lo que les apetecía, sin presiones ni grandes expectativas. Disco que engancha de buenas a primeras y va ganando. Musicalmente hay muchos matices y el trabajo de guitarras y teclados es sublime. La bandera sureña vuelve a ondear en lo alto y aunque cinco años son muchos entre disco y disco, si la obra es como esta sí que vale la pena la espera.