Desde que los grandes del blues han ido falleciendo, la nueva savia ha ido ganándose un respeto que antes le era concedido con reservas y dientes apretados.

¿Cuántas veces ha tenido que aguantar el pobre Joe Bonamassa que él no podía sentir el blues porque era un niño blanco pijo de la zona alta de New York? Eso, claro, era hace diez años. Con una ética de trabajo impresionante y un precedente claro, el de Gary Moore triunfando en 1990 con “Still Got The Blues”, Bonamassa ha ido ganando el respeto de sus contrarios a medida que se abre paso la realidad sin grandes maestros negros del blues. Crudo lo tuvo Moore, porque cuando él salió con su blues-rock distorsionado con solos metalizados en 1990, aún estaban en vida Albert King, Albert Collins o BB King. Ni corto ni perezoso, Moore se garantizó sus colaboraciones en el disco y en la gira con los que dio el paso al universo del blues. A Bonamassa le queda por encima poco más que Buddy Guy y ya está. Ni Collins ni ninguno de los dos Kings ya están en este mundo (tampoco lo está Moore) y ahora es el turno de esa segunda tanda de eternos pretendientes a la corona del blues: Bonamassa lidera pero Walter Trout, Warren Haynes de Gov’t Mule, Robben Ford y Robert Cray no le pierden de vista.

Blues-rock para casuales

Con “Redemption” Bonamassa ofrece un trabajo de altos y bajos pero comercialmente orientado a darle blues-rock a quien no es necesariamente un genio de la materia. Volviendo a Moore, su enfoque cercano y abierto de miras es evidente. El inicio con “Evil Mama” rezuma ese blues divertido y positivo de discos como “After Hours” y aleja a Bonamassa de la senda más rocosa que tomó con discos como “Black Rock” o “Dust Bowl” a principios de la década.

Con sección de vientos y coristas femeninas de lo más inspiradas, Bonamassa da un repaso a sus influencias a lo largo de doce canciones donde hay espacio para piezas cerradas (“King Bee Shakedown”, “Deep In The Blues Again” con uso de un dobro que suena a gloria) y otras más destinadas a que el guitarra se deje llevar varios minutos improvisando en directo, como es el caso de “Self-Inflicted Wounds” y la tremenda “Just ‘Cos You Can Don’t Mean You Should”.

División entre fans del estilo asegurada

Hay espacio a movimientos más experimentales como la hipnótica “Stronger Now in Broken Places” y otros más puristas como “Pick up the Pieces”, donde Bonamassa saca su crooner interior. El clásico 12-bar de “Love is a Gamble” es otra de las piezas más puristas del disco aunque no sabemos si será suficiente para que Bonamassa frene la frecuente división que sus discos generan entre los amantes del género.

Con trece discos de estudio en dieciocho años, además de otros tres en colaboración con Beth Hart e innumerables colaboraciones y directos, nadie puede acusar a Bonamassa de complaciente. Es el bluesmen más trabajador del negocio y todo éxito que tenga es dignamente merecido. “Redemption” es otro paso más para la gloria de un tipo que decidió ir contra todos los estandartes de un género y salir airoso en el intento.

Grupo:Joe Bonamassa

Discográfica:Provogue

Puntuación:9

Canciones:

  1. Evil Mama
  2. King Bee Shakedown
  3. Molly O’
  4. Deep in the Blues Again
  5. Self Inflicted Wounds
  6. Pick Up The Pieces
  7. The Ghost of Macon Jones
  8. Just ‘Cos You Can Don’t Mean You Should
  9. Redemption
  10. I’ve Got some Mind Over What Matters
  11. Stronger Now in Broken Places
  12. Love is a Gamble

Año:2018-09-21

Votación de los lectores:5