Earthtone9: IV

Con todos mis respetos, pero, ¿quién daba un euro por ver una nueva obra de EARTHTONE9? Sorprendió a propios y extraños que hace algo menos de dos años editaran un EP tras un silencio prolongado después su ruptura. Con el comienzo de siglo veía la luz su tercera obra para poco después decir adiós con una nueva ola de bandas que se comían a las que tenían por delante a base de difusión constante de sus vídeos. Empezaba la era digital.

Fue extraño, porque parecían tener un futuro asegurado como banda. Más extraño fue que muchos grupos con un toque parecido a ellos. Las personas cambian, y evidentemente, los músicos también, y eso que empiezan con la misma energía de la que hacían gala en su momento, con una movida ‘March of the Yeti’ y el videosingle adelanto, ‘Preacher’, donde además de un final que recuerda a los FOO FIGHTERS más crudos y distorsionados, hacen gala de su punto más fuerte: las melodías de Karl Middleton; siempre alternando con partes más cercanas al hardcore. Los diferentes registros vocales vuelven a ser los protagonistas en ‘Sea of Blades’, que a la larga se convierte en el mejor corte del álbum junto a la posterior ‘The Sound of the Engine Turning’. Algunas tienen tintes de medios tiempos, caso de ‘Andersion’ y ‘Our Last Sunrise’, otras tiran de tempos pesados como ‘Horizon's End’, se aceleran en ‘Harsh Light’, y toman partido claramente por el hardcore en ‘God Cloud’, tema más agresivo de este lanzamiento. Sorprenden cerrando con ‘Occam's Razor’, de más de diez minutos, donde se desmarcan de los patrones habituales y salen bastante bien parados, sin pecar de repetitivos.

Algunos todavía los recuerdan de la gira en la que acompañaron a SOULFLY y GLASSJAW hace trece años, con la que nos visitaron, y seguramente se queden con aquel momento. Pero como siempre digo en estos casos, recuperar el tiempo perdido (diez años, que se dice pronto), es una tarea casi imposible con la cantidad de formaciones que tenemos hoy en día, a no ser que hayas sido grande en su momento. Y EARTHTONE9 fueron buenos, pero tampoco marcaron tanto.