Nunca llegaré a entender como Virgin Steele no llegaron a lo más alto pues en esos tiempos se podían comer, en estudio, a la mayoría de bandas del momento. Pero sus directos estáticos, un público que nunca llegó a entrar en su mundo épico y la enfermedad de DeFeis tiraron al traste un grupo maravilloso.

Las reediciones de Virgin Steele son siempre realmente jugosas. Ahora llega la del histórico “Invictus”, uno de los mejores discos de heavy metal de los 90 y una de las obras cumbres del combo de Nueva York. “Invictus” cierra la trilogía de los dos “The Marriage of Heaven and Hell” con sus protagonistas Emalatith y Endyamon. Si en los 80 Virgin Steele era una gran banda de heavy metal en los 90 definieron más el estilo y llegaron a hacer obas colosales que culminarían con los dos “House of Atreus”, otras piedras de toque. Estamos hablando del disco que queda entre dos de sus sagas más célebres y para muchos es el mejor disco de David DeFeis. El gran qué de esta banda es que no recurre a los libros de siempre para su inspiración en las letras. Aquí se deja en paz a los elfos y se indaga en las tragedias griegas de Sófocles y al enorme y visionario William Blake. Su metal preciosista brilla con los rugidos del león DeFeis, la gran maestría de Edward Pursino a las seis cuerdas y al infalible Frank Gilchriest tras los tambores. Este disco tiene gran parte de la culpa de que asociaran a los Steele con el sonido Manowar, algo que les ha hecho más mal que bien.

Temas directos con un trabajo de composición colosal y auténticos himnos épicos. Gran balance entre baladas, agresividad y preciosismo bajo la pretenciosa etiqueta de Barbaric Romanticism. Tras una intro hablada, llena de efectos, empieza la fiesta con una apabullante “Invictus” y con un nivel que no va a decaer a lo largo de esta magna obra; si bien larga, siempre inspirada y excelente. No hay nada de relleno. Destacan en sobremanera el single “Through Blood and Fire”, himno absoluto y la monumental “Veni, Vidi Vinci; más de 10 minutos de heavy metal con mayúsculas en las que asoma la balada y explota la melodía. A ello hay que sumarle otro de los puntos álgidos: “Sword of the Gods”, otro himno metálico y épico con ese gran final con coros. Pero a lo largo del disco hay mucho más. El estilo ha ido evolucionando y aquí se muestra en su plenitud. DeFeis posee una de las voces más reconocibles de la escena y sus juegos vocales dan posibilidades infinitas. No hay más que disfrutar de la balada “God of Our Sorrows”, continuando una de las bellas tradiciones del grupo, esos temas de poco más de un minuto que sirven de enlace y que son tan buenos o más que las canciones largas.

El teclado de David es otro de sus signos de identidad, estando presente en todos los cortes. Para muchos “Defiance” es el gran tema. Otra maravilla con estribillo de manual, llena de fuerza y agresividad. Vuelven los juegos vocales y la complejidad en “Mind, Body, Spirit”, brillando las individualidades y con un DeFeis insultante en todo momento, a teclado, voces, coros y sobretodo, en composición. “Dominion Day” y “Dust from the Burning” mantienen un nivel de matrícula de honor, todas ellas fieles al estilo y dando una sensación de unidad estilística colosal, yendo mucho más allá de los celebrados “Marriage”. El sonido ha mejorado respecto a la edición de 1998, pero aquí la gracia es el CD extra de temas en unplugged. Los Steele en su día eran capaces de hacer shows de tres horas y media (¡!!!!) con 60 minutos dedicados a un desenchufado. Sólo con Pursino a su acústica y DeFeis cantando. Finalmente le han dado una salida discográfica, pero no llegan a las cotas de perfección de la electricidad, y he escuchado unpluggeds mejores que lo editado.

Nunca llegaré a entender como Virgin Steele no llegaron a lo más alto pues en esos tiempos se podían comer, en estudio, a la mayoría de bandas del momento. Pero sus directos estáticos, un público que nunca llegó a entrar en su mundo épico y la enfermedad de DeFeis tiraron al traste un grupo maravilloso. Fue genial verles en Barcelona ante “SU público”, y no de teloneros, pero éramos escasa media sala. A partir de “Visions of Eden” la cosa fue para abajo, y así continúan, ya sin casi presencia en los grandes festivales europeos. Quien no conozca a Virgin Steele puede hacerse el favor consiguiendo esta obra, pues es la ideal para adentrarse en su obra. No sonaban a power metal, tampoco a Manowar, pero era heavy metal de calidad suprema y con estilo propio. Y a ello hay que sumarle las mil voces de DeFeis con agudos imposibles, rugidos de león y falsetes inhumanos. El disco caló tan hondo en mi persona que hasta tengo en casa una reproducción de la estatua de Perseo con la cabeza de la Medusa, la que ilustra su portada. Técnica y musicalmente tocaron el cielo con los “House of Atreus”, pero para la mayoría el disco favorito es “Invictus”. Para la próxima reedición, por favor, algo de material en vivo, ¿o es que no hay nada de Virgin Steele para poner en un DVD?

Grupo:Virgin Steele

Discográfica:SPV

Puntuación:9

Canciones:

  1. 1.
The Blood Of Vengeance
  2. 2.
Invictus
  3. 3.
Mind, Body, Spirit
  4. 4.
In The Arms Of The Death God
  5. 5.
Through Blood And Fire
  6. 6.
Sword Of The Gods
  7. 7.
God Of Our Sorrows
  8. 8.
Vow Of Honour
  9. 9.
Defiance
  10. 10.
Dust From The Burning
  11. 11.
Amaranth
  12. 12.
A Whisper Of Death
  13. 13.
Dominion Day
  14. 14.
A Shadow Of Fear
  15. 15.
Theme
  16. 16.
Veni, Vidi, Vici
  17. 1.
A Whisper Of Death (Intro)
  18. 2.
Unholy Water
  19. 3.
Trail Of Tears
  20. 4.
Rising Unchained
  21. 5.
Veni, Vidi, Vici
  22. 6.
Defiance
  23. 7.
I Will Come For You
  24. 8.
Victory Is Mine
  25. 9.
Serpent's Kiss (Intro)
  26. 10.
A Whisper Of Death (Main Section Of Song)
  27. 11.
Great Sword Of Flame
  28. 12.
Emalaith
  29. 13.
The Burning Of Rome
  30. 14.
Perfect Mansions (Mountains OfThe Sun)
  31. 15.
Do You Walk With God (New Track)

Año:2014-07-01

Votación de los lectores:5