Graveyard: Innocence & Decadence

¿Es “Innocence & Decadence” un punto de inflexión en su carrera? Podría ser. Han sacado sus viejas vestimentas, pero la han alternado con ropa de estreno. Lo que sin duda han vuelto a conseguir es publicar un disco que se puede escuchar de cabo a rabo, y que tras varias escuchas volvamos a pulsar el play sin dudarlo ni un instante.

No es ninguna novedad decir que de un tiempo a esta parte, son muchas las bandas de reminiscencias setenteras las que están irrumpiendo en el mercado y se han colado entre los seguidores de metal. KADAVAR, BLUES PILLS, THE VINTAGE CARAVAN, HORISONT, CROBOT, SCORPION CHILD y un largo etcétera. Gran ‘culpa’ de ello, lo tiene el sello alemán Nuclear Blast, que ha sabido canalizar este revival sónico dentro de un catálogo plagado de metal extremo, e introducirlo con buenas artes entre los seguidores y hacerlos partícipes de la calidad que emanan todas estas bandas. Pero fueron GRAVEYARD los que abrieron la veda con “Hisingen Blues”; un disco que el tiempo lo pondrá en el lugar que le corresponde. Al nivel de clásico. Desde entonces, estos suecos de aires hippies, han continuado sin parar grabando y girando, y tras un más que notable “Lights Out”, ahora estrenan “Innocence & Decadence”.

Si entráramos en el gratuito juego de las comparaciones, al igual que su antecesor, también adolece esta entrega respecto a “Hisingen Blues”. Pero es que llegados a este punto, esa despampanante frescura no volverá, pese a quien le pese. Sacaron sus mejores cartas y ganaron rápido la partida. Ahora llega el turno de aguantar y llevarse alguna que otra acertada mano. Lo que sí han ganado GRAVEYARD es en libertad compositiva. Su abanico de posibilidades se abre en este trabajo mucho más que en sus anteriores entregas. Si bien en el arranque con “Magnetic Shunk” nos muestran su groove bluesy más que reconocible, y con “The Apple And The Tree” nos regalan uno de los cortes más pegadizos del listado, su aventura psicodélica e imprevisible comienza con “Exit 97”. Uno de los temas más orgánicos y experimentales que ha grabado el cuarteto sueco en su intensa carrera. De la misma marca es “Too Much Is Not Enough”, con unas guitarras punzantes en la subida hasta el estribillo más que logradas.

No sabemos si el registro de este trabajo en los estudios Atlantis Grammofon de Estocolmo, donde ABBA grabaron sus primeros discos, ha influido en esa aura lánguida e incluso jazzística que tan bien han reflejado. Aun así, siguen mostrando esa música rasposa y furiosa que proviene del alma, con esos arranques impulsivos que mueven en “Never Theirs To Sell”, “From A Hole In The Wall”, “Hard-Headed” o “Can’t Walk Out”. Sorprenden con “Cause & Defect”, por su variedad de ritmos a contratiempo, y es donde nos percatamos que la composición de las canciones de este álbum ha sido más que concienzuda. Su oda a la psicodelia a niveles extremos la reservan para el final con “Far Too Close”, y sobre todo en “Stay For A Song”. Cierran de esta forma con nuevas ecuaciones en su fórmula, siendo incluso difícil de reconocer su sello personal en estas dos últimas canciones.

Esa faceta camaleónica le añade a este trabajo un plus de calidad con el que GRAVEYARD dejan la puerta abierta a distintas direcciones para sus futuros trabajos. ¿Es “Innocence & Decadence” un punto de inflexión en su carrera? Podría ser. Han sacado sus viejas vestimentas, pero la han alternado con ropa de estreno. Lo que sin duda han vuelto a conseguir es publicar un disco que se puede escuchar de cabo a rabo, y que tras varias escuchas volvamos a pulsar el play sin dudarlo ni un instante. Ya sea con el café del desayuno, echándote una caña con los colegas, o arrastrándote en la barra de un bar con una copa de whisky con hielo. Música atemporal para momentos atemporales.