Immortal: Northern Chaos Gods
'Northern Chaos Gods', el nuevo trabajo de “Immortal”, llega en un momento peliagudo para la banda de black metal noruega que nació a principios de los 90 de la mano de Olve “Abbath” Eikemo y Harald “Demonaz” Nævdal. Es el primer álbum de la banda en casi una década ('All Shall Fall' cayó en el lejano 2009), el primer álbum sin Abbath tras su violenta salida de la formación, y, después de una fea tendinitis que le duró veinte años, el primer álbum donde Demonaz retoma las riendas de la guitarra.
Por todas estas efemérides, ‘Northern Chaos Gods’ marca un punto crítico en la historia del grupo, un antes y un después, cuya valoración y recibimiento es posible que marque la trayectoria de este clásico del género. Desde The Metal Circus nos sumamos también a este escrutinio con esta crítica de ‘Northern Chaos Gods’ (Immortal) que podéis leer a continuación.
Un parto difícil
Por si no fuera suficiente con esta presión, Demonaz, ahora único timonel de la banda, se tuvo que enfrentar a un reto aún más difícil: parece ser que Abbath se llevó todo el material escrito hasta la fecha con su marcha, por lo que la composición se tuvo que reanudar des del principio. Sin embargo, el señor Doom Occulta no estuvo del todo solo, y pudo contar, a nivel interpretativo, con la colaboración a la batería de Reidar “Horgh” Horghagen y, de forma puntual, con el soporte de Peter Tägtgren al bajo.
Tägtgren también fue el encargado de realizar la parte más técnica de la grabación, que tuvo lugar en su mítico estudio The Abyss. Teniendo en cuenta el historial de mixes y masters de este estudio, más el hecho de que Immortal sigue trabajando bajo el sello esencialmente comercial Nuclear Blast, no es extraño de que el álbum suene hasta cierto punto “sobreproducido”, perdiendo, de forma definitiva, esa producción cruda y kvlt característica del black metal nórdico.
Sin embargo, Immortal nunca fue tampoco una banda trve clásica: ya desde sus inicios, se desmarcaron con ironía y autocrítica de las cabezas más alocadas del género (sólo hace falta ver los auto-conscientes vídeos como “Mighty Ravendark”); su estilo, aunque indudablemente black, bebe de forma muy efectiva del thrash alemán; y no han querido hablar nunca de religión y anticristos, resguardándose en el mundo de fantasía Blashyrk que nació en la cabeza de Demonaz.
Hijo de (uno de) sus padres
Como no podía ser de otra forma, Blashyrkh vuelve también en este disco, que transmite a la perfección la inspiración del paisaje gélido y desolado de Noruega, lleno de oscuridad (“Grim and Dark”), hielo (“Called To Ice”) y montañas (“Where Mountains Rise”).
Una característica que siempre ha destacado en Immortal es la sucesión de riffs descarnados a altísima velocidad que podía encadenar Abbath. En parte, éste es el motivo por el que Demonaz se apartó de las cuerdas tras su lesión: porque no podía seguir el ritmo requerido por el estilo propio de Immortal. Así, una de las preguntas que más curiosidad despertaron tras el anuncio de que Harald retomaba la guitarra era si podía continuar ofreciendo la riqueza melódica de su compañero. Nos da pena decir que no, que no es lo mismo. Es imposible no echar de menos a Abbath aquí y allí. Aunque el resultado que consigue Demonaz es elegante, adecuado y atmosférico, y el señor se merece una ovación tamaña por el hecho de haber, finalmente, superado una lesión que le apartó de su pasión durante dos fucking décadas, es imposible no pensar en los 200 riffs, intermezzos, intros, outros y solos que se habría marcado Abbath en el lugar de la cadencia constante con la que nos encontramos.
La voz es otro punto donde se echa de menos a Abbath. Demonaz no es para nada malo pero, simplemente, ahora mismo aún no suena a Immortal. Como con los solos, hay mil cosas que, cuando las escuchas, es simplemente imposible no pensar que “Abbath no lo habría hecho así”. En varios puntos del disco puedes palpar que Immortal, ahora mismo, es una banda a la que le falta un pulmón, una pierna y un brazo. En parte, pero, esta percepción no deja de ser la confirmación de que Demonaz, valiente, ha decidido tomar la custodia total de este proyecto que es tan suyo como de Abbath.
Con un futuro prometedor
Con ‘Northern Chaos Gods’ estamos ante un disco que, como comentábamos al principio, marca un antes y un después. Immortal ha perdido la mitad exacta de lo que lo hacía ser él y, aunque Demonaz y el resto hayan sido valientes de sacar este (esperadísimo) disco a pesar de las condiciones, la formación actual no está a la altura de las expectativas. O, más bien dicho, aún no está a la altura de las expectativas.
Escuchando Immortal – Northern Chaos Gods te da la sensación que esa mitad restante de Immortal se ha refugiado muy sabiamente en lo que le hacía sentir fuerte dentro de la banda (las letras, la atmósfera) y en las épocas en las que se sentía más cómodo (el álbum recuerda mucho al Battles in the North), para recobrar fuerzas y seguridad mientras ve por donde tirar. El disco no sorprende, pero, debido a sus condiciones de nacimiento, es sin lugar a dudas una rareza que merece ser escuchado por todos los fans del género. A partir de este punto, sólo el futuro dirá… pero, personalmente, tengo fe en el Sr. Demonaz Doom Occulta.
Grupo:Immortal
Discográfica:Nuclear Blast Records
Puntuación:7
Canciones:
- Northern Chaos Gods
- Into Battle Ride
- Gates To Blashyrkh
- Grim And Dark
- Called To Ice
- Where Mountains Rise
- Blacker Of Worlds
- Mighty Ravendark
Año:2018-07-06
Votación de los lectores:5
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