Inmune: Ilumíname

La filosofía enrevesada y con algo más allá de la música era lo que echaba de menos en el artista. Si bien es cierto que Morti, tanto a nivel de atención como de sus letras, se lleva gran parte de la atención, el resto de banda cumple en su papel.

Soy de los que piensa que la aventura de SKIZOO terminó antes de tiempo, y no con la repercusión merecida. Sus dos primeros trabajos me parecieron de notable alto (o sobresaliente), y que su despedida con la tercera obra y el extra de rarezas sobró un poco… además de que sus últimos tiempos no fueron idílicos. La originalidad de mezclar ese tipo de música con la voz tan genuina de Morti, además de su imponente personalidad, era algo que llamaba mucho la atención. Ya lo había demostrado en los 90 con EL FANTÁSTICO HOMBRE BALA (reunidos hace no mucho, y de nuevo sin atraer, injustamente, la atención merecida). Tras decepcionarme su disco en solitario, ‘Exmundus’, tenía muchas ganas de ver de lo que era capaz con su nuevo proyecto.

INMUNE, en propias palabras del grupo en sus redes sociales, “…es la aventura de cuatro músicos yendo más allá de la hibridación de géneros, buscando el pulso del zeitgeist e inyectándole una dosis doble de adrenalina directa al corazón. Es el empeño de anteponer la creatividad y la experimentación a los productos manufacturados en serie en una cadena de montaje y diseñados en una estéril oficina. Es la inmunización contra el tedio y la apatía impuesta por un mundo sin solución de continuidad”. Esa filosofía enrevesada y con algo más allá de la música era lo que echaba de menos en el artista. Si bien es cierto que Morti, tanto a nivel de atención como de sus letras, se lleva gran parte de la atención, el resto de banda cumple en su papel.

Se podría decir que practican rock en distintas vertientes, o lo que puede caber dentro de la etiqueta de alternativo. Tras una breve intro, ‘Caes, Caes, Caes’ tiene ese punto pegadizo que hace que con un par de escuchas estés tarareando el tema. El lado directo lo muestran también en el tema que da título al álbum (fácilmente radiable), o una más oscura ‘El Tiempo No Existe’ (recuperada de las ideas de Morti en solitario), intercalando entre ellas ‘Levitar’ (medio tiempo con partes algo más cañeras), y el que considero mejor momento de todo el disco, ‘Bucle Mental’: larga, con buen solo de guitarra, y una montaña rusa de sentimientos, cambios de ritmo e influencia árabe. El ponerla tan pronto es una dura losa para el resto del trabajo. De hecho, la segunda mitad se pasa mucho más lenta que los primeros cortes (influye también el tempo de los mismos). ‘Todo Cambia’ puede recordar a los SKIZOO más suaves, pero la bajada de revoluciones en el trío ‘Llueve’ – ‘Aunque Me Quedara Ciego’ – ‘Déjame Vencer’ es demasiado acentuada, a pesar de que, sobre todo la última tiene cierto gancho. Esa venida a menos tiene su final en ‘Tú’, dando la sensación de que con otro orden, el disco hubiera sido más atractivo. En cualquier caso, siempre es una buena noticia tener a un cantante como Morti de vuelta al rock, y bien acompañado en lo que parece una banda compacta y donde ninguno está por encima de los demás. Por nombre que tenga.