Heaven Shall Burn: Iconoclast (Part 1: The Final Resistance)

No cabe duda que sorprende encontrar una banda del estilo de HEAVEN SHALL BURN haciendo algo parecido a un disco conceptual. ‘Iconoclast (Part 1: The Final Resistance)’ se basa, como su título explica, en los iconoclastas, personas que se oponen y enfrentan a la veneración, admiración y culto de imágenes sagradas o ídolos. Quizá por eso este quinteto alemán haya sido calificado como anticristiano, pero nada más lejos de la realidad.

Esta primera parte deja entrever una segunda, y quien sabe si una trilogía a través de letras fantásticas sobre los susodichos guerreros iconoclastas. Como si de una metáfora se tratara, esas historias pasadas de persecución a quienes adoraban ciertos mitos, ritos y dioses, sirve como metáfora para la sociedad actual. No se trata de una banda en contra del cristianismo, sino en contra de cómo marcha la sociedad actual. La rabia y descontento sobre el que versan los temas se refleja en el estilo musical, a medio camino entre el hardcore y el death, en lo que se ha ido a denominar últimamente como deathcore. Se sirven de títulos explícitos y directos como ‘Murderers of the murderers’ o ‘Against all lies’, que se muestran agónicos en su interpretación. Otros no dejan de lado la agonía, pero suben las revoluciones con ritmos más rápidos, como ‘Endzeit’ o ‘Joel’.

La batería de Matthias Voigt se transforma en una especie de martillo que no deja de golpearte en la cabeza durante cerca de una hora. Si a eso añadimos la voz cargante de Marcus Bischoff, se produce un combo que hace que el oyente pueda llegar a desquiciarse. Es por eso que han recuperado para este disco una de sus señas pasadas de identidad, esos pasajes instrumentales, relajados, rozando lo ambiental, que intentan poner un poco de paz entre tanta guerra, y de los que seguro tiene algo que ver Tue Madsen, productor del álbum: la intro ‘Awoken’, algunas partes de ‘A dying ember’ (que provocan que se alargue la duración de la misma), ‘Equinox’, que casi sirve de outro antes de cerrar el disco definitivamente con ‘Atonement’, otro tema instrumental pero libre de cualquier tipo re relajación…

Mención especial para ‘Black Tears’, versión de Edge Of Sanity a la que dan un lavado de cara y de la que prácticamente se apropian, dejando de lado las voces limpias y quitando parte de la carga melódica de la original, haciéndola más agresiva. En definitiva, Heaven Shall Burn vuelven a la carga menos de dos años después de ‘Deaf To Our Prayers’ y con una reedición entre medias, haciendo lo que mejor saben hacer: liberar tensiones y con la verdad por delante.