Vórtice: Human Engine

Bautizados y ya etiquetados como los Meshuggah españoles, VÓRTICE merecen salir de esa odiosa comparación por méritos propios. El cuarteto de Barcelona es una de las bandas de metal extremo más interesantes del panorama nacional actual, y se han ganado toda la lluvia de críticas positivas por manera de hacer las cosas. Ha sido un camino largo, viniendo de otras bandas como Uziel y Aphea. Han sido cuatro años desde su nacimiento, una primera experiencia en estudio, grabando tres temas en 2006, y varios conciertos en nuestro país, suficientes para grabar ‘Human Engine’ en Barcelona a mediados del pasado 2007 en The Room, con Gorka Dresbaj como productor, saliendo a Suecia para la masterización, llevada a cabo por Peter in de Betou.

Que sí, que la influencia de Meshuggah es más que palpable, que si uno escucha algún tema en concreto de este debut puede pensar de primeras en los suecos. Pero Vórtice van más allá, con más influencias progresivas, y buscando en ocasiones personalidad, que sin duda conseguirán con el paso de los años y un segundo trabajo que esperemos que supere a ‘Human Engine’.

Composiciones llevadas a cabo milimetrica y matematicamente, buscando una determinada diversidad que acaban encontrando. Llámese extreme o math metal, o Vórtice, pero estos chicos lo consiguen. ‘Crows’, tema que abre el álbum, es un ejemplo ideal de cómo puede recordar su sonido a ciertas bandas. Agónico, desquiciante, desgarrador… son calificativos que en mayor o menor medida se pueden ir usando con el paso de las canciones. ‘Eternal insanity’ se revela mucho más completa y progresiva, superando los ocho minutos de duración. No es el único tema sobrado de duración, aunque ‘Schems of reality’ suena mucho más oscuro, tétrico, pesado y denso. De igual forma se presenta la instrumental ‘Collapse’, que precede al punto final con el tema que da título al disco, de ritmo mucho más dinámico, y con influencias mucho más abiertas. En cualquier caso, si tuviera que destacar un solo tema, ese sería ‘Land of thorns’, que ya desde las guitarras del principio llega a hipnotizar.

Un trabajo sobresaliente, que de haber salido fuera de este país, seguramente tendría alabanzas sin parar. De momento en territorio nacional las tiene; y bandas como esta son necesarias en una escena extrema que poco a poco se va destapando como merece.