Stone Sour: House of Gold & Bones Part 2

Tal como anunciaron, y solo seis meses después de la primera parte, aquí llega la segunda de ‘House of Gold & Bones’. En la review anterior (que se puede leer en este enlace) decía que era pronto para saber si era la mejor obra de STONE SOUR, pero que en cuanto a sonido y producción, sin duda lo era. Esto se extiende a la nueva obra por lógica, ya que fueron grabadas a la vez. Lo que está claro, es que con la nueva no se han superado.

Antes de entrar en el aspecto musical, hacer referencia al cómic que se publicará en torno a la historia del álbum. Uno verá la luz prácticamente a la vez que el disco, mientras que una segunda entrega hará lo propio en verano. Algunos álbumes sacan cortos en vídeo sobre la historia conceptual, y aquí han optado por el papel impreso. También es de rigor citar la jugada maestra que han hecho al espaciar en el tiempo un disco doble. ¿Qué suele ocurrir con ellos? Pues una frase habitual: “cogiendo los mejores temas de cada uno hubieran hecho un disco perfecto”. Es lo que se suele decir, sobre todo cuando los discos llevan poco tiempo en el mercado. Con el paso de los meses (y años) vas apreciando esos temas que te gustaban menos, y entendiendo más el concepto global que pretendían los grupos. Eso pasaba hace veinte años. ¿Ahora? Casi nadie se molestaría en escucharse dos horas seguidas a conciencia de un mismo trabajo, así que mejor optar por sacar primero uno, y una vez se haya asimilado, hacer lo mismo con el otro.

Lo que nos encontramos en la segunda parte es una obra más oscura. No mentía Corey Taylor cuando hizo esas declaraciones… o eso parecía. La diferencia se aprecia desde ‘Red City’; en la primera parte empezaban con dos temas muy directos, y aquí lo hacen en algo parecido al prólogo de una historia (lógico, la conceptual que nos presentan) de manera lenta y densa, recordando mucho a la manera que lo hizo SLIPKNOT con ‘Prelude 3.0’ en ‘The Subliminal Verses’. La cosa tampoco se anima mucho con ‘Black John’ (sólo en sus últimos segundos se torna algo más cruda y agresiva) y menos aún en ‘Sadist’, cayendo pronto en los medios tiempos, con importancia en ambos de los solos de guitarra. En ese aspecto recuerda a ‘Audio Secrecy’, ya que ‘Peckinpah’ (aun con sus cambios de ritmo) asienta a la banda en unos parámetros fijos y repetitivos, sin apenas riesgos. Por suerte, el ritmo de ‘Stalemate’  ayuda a salir de la monotonía en la que nos habíamos metido, aunque no deja de ser un tema facilón.

Por eso se agradece que el disco rompa (o amague) en ‘Gravesend’, que sí es un corte distinto y que se ciñe a la descripción que daba la banda de este álbum. Oscuro, pesado, intenso, y en una onda distinta a lo que están acostumbrados a hacer. Una vez consigues despertar de la citada monotonía reinante, se vuelve a ella en parte con ‘82’; sí, de nuevo Jim Root y Josh Rand vuelven a tomar protagonismo (de hecho, son los miembros más destacados de todo el disco), pero esta segunda parte vuelve a su parcela recurrente, ahondando más si cabe con ‘The Uncanny Valley’. ‘Blue Smoke’ no deja de ser una intro de ‘Do Me a Favor’, primer single (con vídeo muy currado) que ya adelantaron en directo y que termina siendo el mejor tema que nos presentan en esta ocasión, sobre todo su último minuto cargado de sentimiento (con los sintetizadores de fondo). No podía faltar la balada de rigor (al estilo ‘Bother’ o ‘Through the Glass’), que viene de la mano de ‘The Conflagration’, y sorprende que se dejen otra de las canciones más destacadas para cerrar esta doble obra, precisamente la que lo da título. ‘The House Of Gold & Bones’ te deja con una sensación extraña, la de que esta segunda parte podía haber sido mucho mejor, o al menos más variada.

Si con la primera entrega no pasaron por aquí, veremos con la segunda. De momento Corey y Jim estarán ocupados con SLIPKNOT en verano, pero esperemos que de cara a la gira otoñal España esté entre sus países donde tocar. Ha llovido mucho desde la última vez que se pasaron con su segunda obra; seis años y tres discos después, creo que ya toca.