Twilight Force: Heroes of Mighty Magic

El revival es un juego complicado, tanto en la música como en cualquier otro producto cultural. Antes de andar tan complicada senda, debes asegurarte de tener un par de cosas en el bosillo: distancia y calidad. La distancia temporal es clave al rendir tributo a un estilo concreto, puesto que marca la diferencia entre un homenaje a algo lejano y un sub-producto tardío, atropellado y poco inspirado. La calidad (sonora, compositiva e interpretativa en el caso de la música) es necesaria para diferenciar un revisionado con cierta gracia, que incluso podría llegar a pasar por parte del periodo original si eliminásemos toda noción histórica, de una copia barata que no va más allá de ser una aglomeración de recursos típicos sin ton ni son.

Twilight Force, banda sueca de power metal fundada en 2011, no tienen ni la distancia ni la calidad como para que un disco como este «Heroes of Mighty Magic» (su segunda obra) sea relevante o medianamente disfrutable en ningún aspecto. Sí, habéis leído bien. Una banda de power metal fundada en 2011. Y no, como podréis imaginar por lo que he dicho hasta ahora, no hacen nada por reinventar o darle una vuelta de tuerca a ese subgénero del metal que lleva tantos años cubierto de una densa capa de polvo si obviamos a sus pioneros y estandartes de segunda ola (con las honrosas excepciones de alguna banda como Sabaton, que han huido claramente de la tendencia revivalista).

El caso es que no hace suficientes años de la eclosión del power metal como para que un revival de su forma más primaria cale hoy día, incluso aunque estuviese bien hecho, porque sus grandes obras todavía están demasiado recientes como para que tenga relevancia algo que a nivel de propuesta no sólo es exactamente calcado, sino que por su condición de batiburrillo de tópicos se antoja profundamente insulso, estomagante y, sobretodo, innecesario. Me cuesta entender cómo una discográfica como Nuclear Blast puede pensar que una propuesta así tiene algún tipo de proyección de futuro (o presente), porque no se me ocurre ninguna manera de disfrutar de este collage de clichés que no sólo presenta una de las producciones más terroríficas que haya escuchado en años, sino que además tiene la desfachatez de durar unos obscenamente innecesarios 70 minutos. Quizá tendría sentido si todo esto fuera una gran parodia, como una especie de Steel Panthers del power metal. Soy una persona optimista, no perderé la esperanza de que un día nos revelen que todo esto era por los memes.