Por ahora, esto es lo más similar que podemos tener a Thin Lizzy que no implique volver la vista hacia las demos y el archivo de hace cuarenta años. Y, además, con la entereza y honradez que da el hecho de actuar bajo una marca comercial distinta.

Haber grabado nueva música bajo el nombre de Thin Lizzy habría sido una enorme ofensa. El legado de la banda va tan ligado a la lírica y personalidad de Phil Lynott que alguien tenía que pararle los pies a Scott Gorham algún dia y hacerle ver el sinsentido. Parece que fue el dinero el responsable del cambio -no podemos reproducir la historia que nos contó una fuente cercana a la banda pero ese sería el resumen – y al final el mundo ahora tiene a dos bandas por el precio de una: Black Star Riders para el material nuevo y Thin Lizzy con un sistema rotatorio de músicos para los grandes festivales con público deseoso de escuchar el material clásico.

Si bien el primer disco de Black Star Riders fue ciertamente bueno – “All Hell Breaks Loose” fue uno de los lanzamientos más destacados de 2013 en la esfera de lo que se viene llamando ‘classic rock’- este “Heavy Fire” parece algo más irregular o si más no, menos estelar que los dos primeros. No es para nada un mal disco. Tan solo necesita algunas canciones con más gancho en primeras escuchas. Es un disco que va creciendo a partir de la cuarta o quinta escucha y eso hace que en un primer contacto impacte menos que los dos anteriores.

La cosa con el tema que da título al disco y unas resultonas guitarras dobladas entre Gorham y Damon Johnson que recuerda a ya sabéis quien. El riff es trepidante y el cambio a medio tema es inesperado y útil para darle profundidad a la canción. También merece mucho la pena la rockera «When the Night Comes In», un tema de gamberreo de fin de semana de aquellos que tan bien hacian Thin Lizzy a mitad de los setenta, antes de que «Black Rose» y subsiguientes trabajos los volvieran más reflexivos. Los coros femeninos le dan empaque y belleza a un gran tema que seguro que será uno de los favoritos en directo.  «Who Rides the Tiger» es un tema más alejado de los estándares Lizzy y recuerda a Clutch o los propios Almighty de Ricky Warwick, sin duda. El solo ominoso de Gorham es tremendo.

Más alla de eso, lo demás es tirando a medianero, con algunos momentos brillantes. «Cold War Love» y su punteo introspectivo tiene madera pero se queda en menos de lo que podría ser. «Ticket to rise» tiene un riff poderoso con sabor añejo, con Warwick ejerciendo de crooner sin ley por encima de un misterioso punteo y acompañado por unos grandes coros femeninos nuevamente.  El mejor tema, sin duda, es “Testify or Say Goodbye”, que parece hecho por los Lizzy de antaño. Warwick canta con actitud y con exhalación contenida dada la narración acelerada en la letra. La melodía de guitarras es de lo mejor que ha firmado Scott Gorham desde 1982.

Otros temas como “True Blue Kid” -con ciertos ecos a “Warriors” de Lizzy-, “Dancing with the Wrong Girl” o “Letting go of me” tienen menos gancho. Estoy seguro de que con Brian Downey a la batería y un bajo algo más percusivo la cosa mejoraría un par de puntos. Por ahora, esto es lo más similar que podemos tener a Thin Lizzy que no implique volver la vista hacia las demos y el archivo de hace cuarenta años. Y, además, con la entereza y honradez que da el hecho de actuar bajo una marca comercial distinta. Estoy seguro de que los fans habrían acabado tragando con la nueva música de Thin Lizzy si hubiese sido editada bajo ese nombre, pero queda mucho más elegante hacerlo como Black Star Riders.

Grupo:Black Star Riders

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:7

Canciones:

  1. Heavy Fire
  2. When the Night Comes In
  3. Dancing with the Wrong Girl
  4. Who Rides the Tiger
  5. Cold War Love
  6. Testify Or say Goodbye
  7. Thinking about you could get me killed
  8. True Blue Kid
  9. Ticket to Rise
  10. Letting go of me

Año:2017-02-03

Votación de los lectores:5