The Man-eating Tree: Harvest

Sorprende gratamente la gran cantidad de proyectos y bandas que surgen últimamente con buenas propuestas y cosas que aportar a la escena. Un ejemplo perfecto para ello son estos fineses The Man Eating Tree, que cuentan en sus filas con Jenne Markus, que también estuvo en las filas de Poisonblack. De hecho posee este grupo varias conexiones con esa banda. El sonido gótico de tristeza, algo de shoegaze y mucha calidad en todo. Lo remata una producción perfecta que lo levanta todo. En la banda encontramos también a Vesta Ranta ex de Sentenced, por lo que nos podemos hacer una idea, más o menos, por dónde van los tiros. AL parecer esta agrupación ya debutó en 2010 con su ópera prima “Vine”.

La introducción a teclado y acústica “Harvest Bell” te sumerge en un mundo lúgubre pero atrayente, muy en la línea de Opeth pero sin cambios. Es una intro preciosa que se empalma con el mejor tema del disco: “At the Green Country Chapel”. Preciosa pieza, muy expresiva, oscura y en la que destaca la preciosa voz de Tuomas Tuominen. Genial. El resto del disco transita por estas mismas cordenadas, pero no alcanza el nivel de la entrada. Hay una cierta reiteración compositiva, pero es innegable rendirse ante cortes como “Code of Surrender”. Su música es accesible y pegadiza, por momentos tienden puentes hacia To/Die/For. El grupo somete a las bellas melodías a golpe de riff endurecido. Quizá “Armed” sea la más accesible y comercial de todas las composiciones pues ha sido elegida como single. Mucho sentimiento y muchas guitarras.

Hay algunos temas que se hacen largos debido al estilo reiterativo, pero hay una gran coherencia y un gran trabajo musical. El teclado es el instrumento clave con un gran Heidi Määttä tras las teclas. “Like Mute Companions” muestra su cara más dulce, aunque siempre bañada en oscuridad. La atmósfera arrastrada y lúgubre de “Exhaled” muestra otra vez las muchas posibilidades de la garganta de Tuominen. En este corte se transita por una especie de doom muy melódico, con parones y a medio tiempo. Su vena más dura aparece en “Down to the Color of the Eye” a base de un inquietante riff tenebroso y alguna que otra voz gutural. Más comercial es “Incendere”. Finalizan con “Karsikko” en acústico y en instrumental, dando cohesión al disco. En alguna edición especial hay un bonus track.

Esta banda posee mucho gancho y muy buenas ideas a pesar de que el disco termina sonando demasiado repetitivo. Va de más a menos. Perfecto para los fans de To/Die/For o Poisonblack. Sólo por el primer tema ya vale la pena su escucha, pero tampoco podemos menospreciar el resto. Originalidad hay poca, pero si un buen puñado de temas, un estilo muy claro y un cantante excepcional para este tipo de gótico atmosférico. No descartemos la posibilidad de que esta gente nos sorprendan pronto con un single de gótico accesible y que se encaramen hasta lo más alto de las listas escandinavas.