Si hablamos de progresivo en la actualidad, es ciertamente difícil no mencionar el nombre de Steven Wilson. Decidiendo detener la producción de su banda madre (o hija, más bien) en el punto álgido de su carrera se embarcó en algo que muchos pronosticaban como una trayectoria menor… y no podían estar más equivocados. El éxito del multiinstrumentista británico ha crecido con cada álbum en solitario, alcanzando un estatus individualizado de «gurú del progresivo» (acentuado por su trabajo como productor) que probablemente se le habría escapado de seguir formando parte de un grupo.

Pese a esto, es importante decir que su éxito mediático no convierte sus discos en solitario en obras cumbre, aunque para muchos así sea. El exceso que «Grace for Drowning» presentaba (tanto en aspectos de recursos, como en estructuración, como en cantidad de canciones) dio paso a un «The Raven That Refused to Sing» que corrigió esa faceta pero pecó de insulso al presentar un ejercicio de estilo centrado en el prog setentero y el jazz fusión que poco tenía que ver con el espíritu rompedor que se supone que caracteriza a Wilson. Así pues, el lanzamiento de «Hand. Cannot. Erase.» para muchos suponía una nueva incógnita: ¿sería capaz de lanzar un disco redondo, acorde a su estatus en el presente?

La respuesta es rotundamente afirmativa. HCE alcanza la perfección de la carrera de Wilson en solitario, combinando en un solo álbum de una manera excelsa pop, rock progresivo actual y añejo, dejes metal y electrónica, retomando esa senda de corte moderno y rompedor con la que publicó tantas obras maestras en Porcupine Tree. Por si esto no fuera suficiente, el disco presenta un concepto de rigurosa actualidad tremendamente interesante, plasmado al detalle en los paisajes sonoros y el artwork para formar una entidad con cara y ojos y darle una cuarta dimensión a la obra.

Gracias a esa denuncia social, a esa historia tan concreta llevada como estandarte que simboliza los males y negligencias del mundo moderno, Steven Wilson ha conseguido elaborar el disco más emotivo de toda su carrera, y por si esto fuera poco, además lo ha logrado sin tener que renunciar a los aspectos técnicos de los que venía haciendo gala recientemente. Sencillamente, ha sabido encontrar el equilibrio de todas las partes: tenemos momentos de brillante virtuosismo como «Regret #9» o ciertas secciones de «3 Years Older», combinados y fusionados con la fulminante alma de temas del tipo de «Routine» y «Happy Returns». Hay momentos de luz, gracias, por ejemplo, a un tema título que nos recuerda cómo es capaz de manufacturar auténticos hits de radio sin perder su esencia progresiva, hay momentos de oscuridad, como la tenebrosa «Ancestral», y hay momentos de simple incertidumbre y añoranza, como en la minimalista «Perfect Life» en la que demuestra que con un arsenal mucho más reducido sigue sabiendo defenderse de un modo excepcional.

¿Eran Insurgentes, Grace for Drowning o The Raven That Refused to Sing malos discos? Para nada. Pero es evidente que su unidimensionalidad los hace palidecer ante un álbum tan cuidadosamente mimado y pulido. «Hand. Cannot. Erase.» es uno de esos discos de los que no cambiarías absolutamente nada, desde la primera hasta la última nota, porque goza de la unidad de las obras maestras. Sí, anteriormente teníamos nuestros «The Watchmaker», «Raider II», «Veneno Para Las Hadas»… pero es que aquí, además de grandes temas, tenemos un todo mucho más potente, un empaque preciosista, un bordado en oro que nos hace ver la auténtica excelencia de Wilson. Y mientras seguimos exprimiendo el cuantioso jugo de este más que serio candidato a disco del año, nos preguntamos… ¿Y ahora hacia dónde nos llevará?

Grupo:Steven Wilson

Discográfica:Kscope

Puntuación:10

Canciones:

  1. First Regret
  2. 3 Years Older
  3. Hand Cannot Erase
  4. Perfect Life
  5. Routine
  6. Home Invasion
  7. Regret #9
  8. Transience
  9. Ancestral
  10. Happy Returns
  11. Ascendant Here On...

Año:2015-02-27

Votación de los lectores:5