Presentándose a si mismo como el invocador del horror cósmico, el one-man-project de Haiduk llega esta vez llevando por título el propio personaje que encarna el autor. Horror cósmico a ritmos vertiginosos que os cuenta Titus Ferrer.

Cada vez géneros tan aparentemente solemnes como el death o el black metal están siendo influenciados por las pequeñas modas que se generan dentro de sus propias escenas. Esto no es necesariamente malo pese a la estigmatización a la que siempre se han visto expuestos estos estilos -y en especial el segundo- pues al fin y al cabo no es mas que otra forma de dejarse llevar por las influencias. En este caso, tenemos de nuevo un proyecto creado por un solo integrante, el propio Haiduk.

Horror en las estrellas

El cosmos como origen de los mas grandilocuentes horrores que la humanidad contemplará es una temática que lleva años siendo abrazada por dichos géneros. Obviamente influenciados por la literatura Lovecraftiana que cada vez está más presente en el cine, videojuegos y demás componentes de la cultura popular. Este disco pese a no mencionar (ni directa ni indirectamente, pues Haiduk es hombre de pocas palabras) a Lovecraft en ningún momento, es heredero directo del horror cósmico del que él fue precursor. Pues evoca directamente todas aquellas sensaciones que el autor describía e inspiraba. Y es que es un disfrute ver como esta clase de sensaciones se contagian mas allá de las palabras, de las que son base tan obvia del medio escrito. El lenguaje evoluciona y se traduce en música a través de sensaciones difíciles de describir, pero compartidas por los oyentes en una especie de simbiosis colectiva inconsciente.

Haiduk no es un artista fácil, y este ‘Exomancer’ puede crispar los nervios de aquellos que busquen composiciones mas directas. La idea tras el proyecto es la mas absoluta creación de atmosferas. La composición de lienzos sobre los que el oyente pueda dar rienda suelta a sus pensamientos más abstractos. Las veces que la voz irrumpe entre tanto riff recargado se podrían contar con solo los dedos de las manos. El propio personaje recita, a través de un gutural profundo pero liso, pasajes cortos casi a modo de mantras rituales, dejando el absoluto protagonismo a la música. Y más concretamente a la guitarra que alcanza a veces velocidades endiabladas (el tema “pulsar” es buen ejemplo de ello) sin bajar el ritmo en prácticamente toda la canción. Alargar y repetir estos momentos consiguen acercar al oyente al estado de abstracción mental necesario para entrar en el concepto del disco.

Sensaciones y texturas

Posiblemente lo mas interesante de todo sea como el disco consigue fusionar los momentos más elevados y psicodélicos, que serían los de guitarra más fría y afilada con lo terrenal y grave, ya sea a partir de la composición de un riff alocado reproducido a través de una afinación impropiamente grave o bien por el acompañamiento de una batería mas centrada en los bajos. Exomancer consigue fundir en momentos individuales polos completamente opuestos. Calor y frio, cielo o infierno, o en este caso tierra y espacio. Y por tierra me refiero a cualquier superficie terrenal, que equivalga a la realidad.

Esto es lo que diferencia este disco de sus anteriores y a lo que nos referimos por evolución. Pues anteriormente pese a haber tirado por los mismos derroteros formales, por afinaciones y sobre todo a nivel de producción, el trabajo de Haiduk resultaba bastante mas áspero y terrenal. En este nuevo disco ha decidido apostar por la introducción de melodías en tonos mucho mas agudos y afilados. Las piruetas siguen siendo parecidas, pero ni mucho menos estamos ante el mismo tipo de disco. La voz también aparece mucho más integrada en la idea. Pues se convierte en una especie de eco lejano mas cercano a como lo hacen por ejemplo Deafheaven, expertos también en esto de crear atmósferas.

Y volviendo a la producción. Se nota el salto cualitativo con un disco que no tiene pinta de haber querido sonar a black sucio en ningún momento. Es mayoritariamente a través de una buena edición del sonido que se consiguen estas texturas y sonidos envolventes. Un disco agudo, pero no punzante al oído. Con un balance instrumental sesudamente pensado y trabajado durante y a posteriori de la grabación. Y a su vez es curioso que esta aparente modernidad, que en realidad no es mas que puro cálculo, se base en el fondo en la ejecución de riffs de estructura común tanto en el death como en el black. Una conjunción de novedad y clasicismo que resultan en un concepto totalmente futurista.

Vale muchísimo la pena descubrir y darle una escucha a este nuevo trabajo. Pero la vale mucha más darle dos, y mas de ellas. Pues desde luego son composiciones que pueden crear reticencia a priori pero que mejoran a cada escucha. Para un servidor ha sido un gran descubrimiento y mayor sorpresa.

Grupo:Haiduk

Discográfica:Autoeditado

Puntuación:8

Canciones:

  1. Death Portent
  2. Unsummon
  3. Evil Art
  4. Subverse
  5. Icevoid Nemesis
  6. Doom Seer
  7. Pulsar
  8. Blood Ripple
  9. Once Flesh
  10. Crypternity

Año:2018-10-17

Votación de los lectores:5