Brazen Abbot: GUILTY AS SIN

Los tres primeros discos de Brazen Abbot, ese fabuloso proyecto empezado por
Nikolo Kotzev, son casi tan desconocidos como excepcionales. El genio búlgaro
multiinstrumentista logró cambiar su suerte en el 2001 gracias a Nostradamus,
un doble disco que dejó asombrados a crítica y público. Tras dos años de trabajo,
parece que ha vuelto a cambiar su suerte y SPV no se limitará a editar su nuevo
disco, sino que también reeditará sus tres primeras obras.

Cuando Kotzev graba un disco se rodea de grandes músicos y de enormes cantantes.
En Guilty As Sin participa la sección rítmica ex-Europe y cantantes de la talla
de Joe Lynn Turner (Rainbow), Goram Edman (Malmsteen)y Jorn Lande (Ark, Masterplan).
De hecho, este triunvirato ya es habitual en las obras del sr. Kotzev.

Lo que encontrarás en Guilty As Sin es Hard Rock de muchos quilates, sin perder
el estilo característico que siempre ha hecho gala el guitarra afincado en Finlandia,
y si ya disfrutaste con Nostradamus te aseguro que no vas quedar decepcionado.
Temazos como la extensa “Guilty As Sin” con un Edman pletórico y un final repetitivo
en que Kotzev juega con su guitarra y su violín. Si hay un tema que engancha
desde la primera escucha ese es “Mr. Earthman” con Lande a las voces. Ese inicio
con un hammond al puro estilo Purple y a toda potencia te recordará a la inmortal
“Highway Star”. Excepcional corte de inicio setentero, Hard Rock ochentero y
estribillo atemporal. “I’ll Be Free” es la canción elegida como single, que
pese a ser preciosa y con Edman a las voces, en mi humilde opinión no es ni
mucho menos lo mejor que encierra este trabajo. Mucho más interesante resulta
la inicial “One Life To Live”, un corte bastante definitorio de lo que es el
sonido clásico de Brazen Abbot con esa guitarra que se regala a la que puede.
Pocas bandas actuales tienen un estilo y sonido tan definidos como Brazen Abbot,
y es que escuchas una canción e identificas enseguida la firma de Nikolo. Atención
también a estribillos tan geniales como el de “Slip Away” con un Turner saliéndose
y Kotzev haciendo lo propio. Esta vez los coros han quedado perfectos, pues
la producción que gastaron con los de Nostradamus eran la única pega de tan
tamaña maravilla. “Like Jonah” es otro ejemplo de elegancia e ideas al componer.
Cabe señalar que todo el disco está impregnado por una aura Rainbow tanto en
la composición como –sobretodo- cuando canta Turner (incluso el estribillo de
“Bring The Colors Home” contiene en sus letras ‘Like A Rainbow…’). Los exEurope
cumplen a las mil maravillas su función, desde el segundo plano aportan su calidad
para que fluyan las canciones y se luzcan los invitados y el mastermind.
Excepcional es también la festiva “Fool’s Confession” que invita a moverse adentrándose
en terrenos más comerciales pero manteniendo la magia. Para escuchar al divo
con la acústica y ver como se desenvuelve en tiempos de balada probad con “Eve”
y alucinaréis. Si hay un pero en todo el compacto que hace que no se llegue
al nivelazo de 10 es la falta de duetos entre voces. Ya sería rizar el rizo.

El nombre de Kotzev empieza a ser respetado y venerado. Tras cuatro obras geniales
y una maravillosa opera rock (antológica, por cierto) parece que la escena metálica
empieza a situar en el mapa a Bulgaria. El maestro es un asiduo de la televisión
búlgara y hasta requirió sus seis cuerdas una de las leyendas vivas de la música:
Bobin Gibb de los Bee Gees. Por algo será… SPV ha fichado s una gallina de los
huevos de oro, Kotzev es un divo al que no debería tardarse demasiado a venerar.
Esperemos que con la edición de sus anteriores trabajos empiece el reinado del
rey Kotzev I de Bulgaria.