Grave Digger: The Living Dead

El decimonoveno álbum de Grave Digger llega bajo el nombre 'The Living Dead' vía Napalm Records. Con un total de 11 canciones, cuenta con momentos buenos y otros menos destacables, tratándose de un álbum curioso que puede despertar todo tipo de opiniones y del que os habla a continuación Olga Vidal.

La veterana banda germana de heavy metal, Grave Digger, continúa embarcada en la música con una entrega sorprendente pese a llevar casi cuatro décadas en los escenarios. Tan sólo un año después de la publicación de ‘Healed by Metal’ (2017), sale a la luz ‘The Living Dead’ (2018), su decimonoveno álbum de estudio. Cuentan en sus filas con el veterano Chris Boltendahl a la voz, Stefan Arnold a la batería, Jens Becker al bajo, Axel Ritt a la guitarra y Marcus Kniep al teclado.

Han demostrado su potencial en numerosas ocasiones a lo largo de su extensa carrera. Sin embargo, con una carga de trabajo como la suya, publicando álbumes con una periodicidad muy corta y no bajando de los escenarios, a veces podemos encontrarnos con trabajos que siguen una senda más sencilla. En esta ocasión, a pesar de caer en sonidos genéricos por momentos, se trata de un ameno álbum de heavy metal al que merece la pena dar la oportunidad.

Subida progresiva de potencia en ‘The Living Dead’ (Grave Digger)

El álbum comienza con la canción «Fear of the Living Dead», con estribillos y melodías pegadizas y un sonido bastante potente. No han inventado la pólvora con esta canción, pero tiene ciertos elementos con bastante personalidad que contrastan con otros menos originales. Con la siguiente canción, «Blade of the Immortal», la tónica es similar. Consta de melodías de voz y coros pegadizos, guitarras rítmicas simples y algún elemento sonoro que le aporta cierta personalidad. Sin embargo, en el conjunto, es una canción sencilla que puede ser fácilmente coreable en los directos, pero que no constituye ningún himno destacable. «When Death Passes By» arranca con más fuerza que las dos anteriores, anticipando una canción más elaborada y oscura.

Finalmente resulta cierto, pero sólo hasta un cierto punto. Aceleran el ritmo en ocasiones con riffs cañeros y algún que otro doble bombo, pero sin grandes alardes. Con respecto al solo de guitarra de esta canción, se puede considerar, cuanto menos, extraño. La siguiente pieza, «Shadow of the Warrior», comienza con una breve intro acústica que da paso a una instrumental más cañera y con más personalidad que el sonido de las canciones anteriores. Se trata de uno de los momentos más destacables por el momento de este álbum. La tralla se mantiene con «The Power of Metal». Con un sonido clásico y potente, cuenta con una base instrumental con fuerza e intensidad y una melodía vocal que demuestra que no necesita estribillos fáciles y pegadizos para destacar.

Grave Digger – The Living Dead coge forma y mantiene la intensidad

Pasamos el ecuador del álbum con una canción algo más extensa que mantiene el nivel de las dos anteriores, «Hymn of the Damned». Con fuerza, personalidad y una elaboración compositiva superior a las primeras canciones del álbum, va subiendo la calidad dejando buen sabor de boca. Cuenta con unas agradecidas variaciones que justifican la larga duración de la canción y la convierten en una pieza única y muy destacable dentro del álbum. Continúa la intensidad y la personalidad con «What War Left Behind». Evitando de nuevo sonidos simples, demuestran una vez más su potencial con otros más pegadizos, pero sin caer en lo genérico. Se podría decir que recoge lo mejor de las primeras canciones del álbum, con un estribillo coreable, pero dejando atrás los aspectos negativos y manteniendo un nivel compositivo superior.

La siguiente canción, «Fist in Your Face», cuenta con un sonido más simple compensado por una atmósfera clásica que le da un toque nostálgico. Con la siguiente canción, «Insane Pain», sucede algo similar, pero con un sonido más duro y con más fuerza, subiendo una marcha y manteniendo los ánimos arriba. Casi en el final, nos encontramos con una especie de parodia musical acompañados del artista Russkaja, creando una mezcla curiosa de estilos musicales. Se llama «Zombie Dance» y se trata de una especie de polka-metal, donde ambos géneros se turnan el protagonismo con un resultado muy peculiar. En esta ocasión se arriesgan de nuevo con un solo de guitarra un tanto extraño que no sabe muy bien como encajar en la canción.

Se despiden con el bonus track «Glory or Grave», que retoma ese sonido clásico de heavy metal con elementos propios que le dan un toque más actual con un resultado que es pura fuerza. Así finalizan un álbum arriesgado y ambicioso que no pasará indiferente para los seguidores de Grave Digger.