La progresión de Ghost hasta la fecha ha sido intachable. Los saltos dados de “Opus Eponymous” a “Infestissumam” y a “Meliora” fueron de gigante, tanto en lo compositivo como en el sonido general de la banda y su identidad musical.

Es evidente que “Prequelle” iba a ser otro salto considerable y si debíamos guiarnos por el EP “Popestar” y el sonido más radiable de “Square Hammer”, este nuevo disco iba a ser mucho más aperturista que cualquiera de sus predecesores. Nadie -excepto los menos previsores- esperaban que el nuevo disco iba a ser un retorno a las raíces de “Opus Eponymous”.

Y, aún así, ni siquiera entonces se podía acusar a la banda de ser demasiado extrema. Mientras el grueso de la comunidad metal se iba a por lo gutural y lo bruto, los suecos apostaban por recuperar la melodía, las progresiones de acordes agradables al oído y los estribillos memorables. En ese sentido, con “Prequelle”, Ghost han alcanzado un cenit de accesibilidad que les convierte en la banda de rock duro más atractiva del momento para cualquier a quien no le guste el rock duro.

Es evidente que el sector más conservador y proteccionista de sus fans se va a sentir ligeramente invadido por este movimiento, como está siendo el caso. Pero Kiss no se hicieron grandes con “Parasite”, sino con “Beth” y “I Was Made For Lovin’ You”. Iron Maiden no se hicieron grandes con “Transylvania”, sino con “Run to the Hills”.

Metallica no se hicieron grandes con “Damage Inc”, sino con “Enter Sandman” y “Nothing Else Matters”. En todos los casos, el público base se sintió invadido y los tachó de poco auténticos. El mismo público base que ahora se pelea por unas entradas de cien euros en Ticketmaster el día en que salen a la venta.

Una progresión lógica para Ghost

“Prequelle” es una progresión lógica en la carrera de Ghost. ¿Han perdido parte del halo de malignidad? Posiblemente. En el nuevo disco se echan de menos riffs tan malvados como los de “Cirice”, “Mummy Dust” o “Ritual”, riffs que contenían la pura esencia de Ghost en la manera en que se compaginaban sus acordes.

Sin embargo, canciones como “Faith” mantienen esa esencia inalterada, mientras que otras como “Rats” se sirven de ese elemento y lo aumentan con estribillos más melódicos. En otras palabras, Ghost están sumando elementos a su música, progresando y no anquilosándose. Están caminando esa fina línea entre tener una identidad propia y ser acusados de repetitivos o evolucionar musicalmente y lo están haciendo con sumo gusto. Nadie puede acusarles de estáticos.

El disco más ochentero

Las pistas estaban ahí desde el principio: cuando la banda presentó lo que iba a ser su nuevo Papa en los videos de promoción publicados hace un par de meses, lo que terminaron presentando fue al Cardinal Copia. Un cardenal que aparece de entre la oscuridad con un radiocassette al hombro, la más pura expresión de lo que significaba escuchar música en los años 80.

Así pues, no debería sorprender que los ’80 sean el principal factor de influencia en la música del nuevo disco, ya sea en los riffs a lo Accept de “Rats” o en las influencias disco/AOR de “Dance Macabre”, las dos canciones que han editado como single hasta ahora. Lo que están haciendo Ghost es llevarnos en un viaje musical que no tiene parangón entre las bandas de rock duro y heavy metal del momento y eso es lo que les va a terminar por convertir en grupo de estadios a diez años vista.

Las letras siendo interesantes de analizar, especialmente después del encontronazo con sus antiguos compañeros de banda en los juzgados. “Many a rat I’ve befriended” canta en “See The Light”, un medio tiempo con estribillo explosivo pero melódicamente impoluto. Hay momentos en los que te da la impresión de que Ville Valo de HIM puede aparecer en cualquier momento para el dueto estelar. El solo de sintetizador y guitarras dobladas es sencillo y efectivo, antes de una tercera vuelta al estribillo para asegurarse de que se queda en tu cabeza.

Una de las sorpresas del disco, como ya se pudo ir deduciendo de los directos de la banda en la actual gira americana, es “Miasma”. Una canción progresiva, de melodías ampulosas y cambios de ritmo de todo menos simples y, además, instrumental. Tres vueltas sobre la melodía principal, con predominancia nuevamente de las guitarras dobladas y el sintetizador, al más puro estilo del prog setetentero. Luego rompe en un pasaje más animado que llega a su cumbre con el solo de saxo de, presuntamente, Papa Nihil. El simple hecho de atreverse con un solo de saxo en un disco de rock en el año 2018 es un vacile a tener cuenta. Una de las joyas del nuevo disco, sin duda.

“Dance Macabre”, ya conocida por todos a estas alturas, es una oda al disco-rock de finales de los 70 y principios de los 80. El tema va a medio camino entre Scorpions, la Electric Light Orchestra y Abba. El juego de palabras en el estribillo, donde parece que el Cardinal Copia canta ‘just wanna be with you in the moonlight’ pero realmente canta ‘just wanna bewitch you’ nos recuerda que esto sigue siendo Ghost y que la temática es mucho más oscura y ocultista de lo que las melodías sugieren.

De hecho, gran parte del disco habla de la época oscura y de las plagas y el Apocalipsis. Concretamente, “Dance Macabre” trata sobre el ambiente de bacanal y fiesta que acompañaba a la llegada de la Peste Negra a las aldeas, donde todo el mundo se dedicaba a beber y fornicar ante la llegada de una muerte cierta en cuestión de días.

“Pro Memoria” es otro de los temas ya avanzados en directo durante la actual gira. Suntuoso, catedralicio y lleno de matices, es un tema que podría haber casado bastante bien con el material de “Meliora”, aunque tiene muchos de los tics propios de “Prequelle”, especialmente en el protagonismo de los acentos de piano para acompañar la voz frágil del Cardinal Copia.

Volviendo al sonido más hard rock ochentero, encontramos el riff de “Witch Image” y un estribillo que podría funcionar bien en las radios americanas. Como sucede con muchas canciones del disco, son temas de agresión contenida y muy medida, donde las guitarras se usan más para dibujar que para sustentar estructuralmente las canciones.

El disco se cierra con la instrumetal “Helvetesfonster”, de deje progresivo y algo redundante, y la inquietante “Life Eternal”, donde la letra cuestiona la utilidad de poder vivir eternamente si tal cosa fuese posible, todo dentro de un marco propio de una balada al estilo Ghost: una balada oscura e inquietante.

Un ascenso imparable de Ghost

“Prequelle” es un gran disco. Para quienes deseen escuchar “Meliora” nuevamente siempre cabe la opción de escuchar “Meliora” otra vez más. Ghost han evolucionado, han suavizado algo su sonido y lo han hecho en pos de la accesibilidad de los grandes públicos.

No van desencaminados: en noviembre y diciembre harán sus dos primeros shows de arena en Estados Unidos, en recintos de más de diez mil personas de capacidad. Es una nueva era para Ghost y poder ver de cerca el ascenso de una banda de nuestra generación es una rara avis. La mayoría de bandas de leyenda ya eran bandas de leyenda cuando empezamos a escuchar este estilo de música.

Ghost la están creando y un día podremos decir “les vi en la gira de “Infestissumam” teloneando a Iron Maiden” como los que ahora nos dicen que vieron a Accept teloneando a Iron Maiden en el ’84. Disfrutemos del ascenso de Ghost y disfrutemos de la variedad de colores que ofrece su paleta musical.

Grupo:Ghost

Discográfica:Loma Vista Recordings

Puntuación:9

Canciones:

  1. Ashes
  2. Rats
  3. Faith
  4. See The Light
  5. Miasma
  6. Dance Macabre
  7. Pro Memoria
  8. Witch Image
  9. Helvetesfonster
  10. Life Eternal

Año:2018-06-01

Votación de los lectores:5