Mägo De Oz: GAIA

Disco esperadísimo por toda la parroquia heavy después de que los de la capital
consiguieran ser platino y llegar a los 40 principales con su anterior Finisterra.
Los Mägos son hoy por hoy el grupo más exitoso y, después de haber devorado
este Gaia varias veces, puedo asegurar que su estatus de grupo odiado y vanagloriado
va a continuar, por lo menos, hasta su próxima entrega discográfica. Presentación,
historia, concepto, DVD… todo está cuidado al milímetro en uno de los momentos
más difíciles de Mägo de Oz, pues es un grupo que ya cuenta con su disco de
culto: Jesús de Chamberí, su disco “heavy”: La leyenda de la mancha, y su obra
monumental que llegó más allá del “guetto”: Finisterra.

Locomotive ha cuidado y mimado a su gallina de los huevos de oro y, viendo
el resultado final, pueden estar más que satisfechos tanto grupo como discográfica.
Gaia es el inicio de una trilogía realmente trabajada. No es el único detalle
que os recordará a Rhapsody pues la excepcional intro “Obertura MDXX” es digna
de Turilli & co. Una coral junto con instrumentos sampleados acompañan a
la llegada del barco de los conquistadores. Los nuevos fichajes han dado un
sinfín de posibilidades al grupo: Sergio mejora sobradamente la labor de Salva
a las cuatro cuerdas, pero es el sr. Kiskilla el “culpable” de que la banda
suene con un aire a lo hard rock y del el famoso aire Rainbow. Gaia contiene
todo o que se podía esperar de un disco de los de Oz: colaboraciones, el tema
single-folkie, final grandilocuente que sobrepasa los diez minutos, el tema
instrumental, etc… Las letras de Txus aún siendo excelentes y muy trabajadas
empiezan a repetirse. Hay alguna metáfora explicada con otras palabras y en
mi humilde opinión creo que han bajado el listón respecto a su anterior obra.
Aún y así la mayoría de grupos nacionales matarían por una pluma como la del
batería madrileño. El single “La costa del silencio” supera con creces a “La
fiesta pagana” y posee un estribillo y una estructura capaz de repetir los éxitos
de sus anteriores rompelistas y seguir gustando a los fans de toda la vida.
Cortes puramente metálicos como “Van a rodar cabezas” (¿homenjae a los Judas?)
con hammond y pasajes folk van a recuperar la ilusión de los que incomprensiblemente
les abandonaron tras La leyenda de la mancha achacando que se habían vendido.
En la misma onda puedes encontrar “La conquista”, otra composición dura que
mantiene todos los elementos que siempre han caracterizado a los madrileños.
Jose está expléndido a lo largo del disco, no abusa de los agudos imposibles
y demuestra sobradamente que es una de las mejores voces nacionales del rock.
“Alma” baja revoluciones y muestra su cara más rica, un medio tiempo que va
de pasajes baladeros al folk irlandés más bailable. La balada la encontramos
en “La rosa de los vientos”, un tema delicado y bello dedicado al programa de
radio que cayó recientemente de la programación de una importante cadena nacional.
La otra balada es “Si Te Vas”, un corte demasiado influenciado por las baladas
clásicas de bandas al estilo Scorpions o Whitesnake. A mi parecer es uno de
los momentos más flojos juntamente con “El atrapasueños”. “La leyenda de la
llorona” es la preciosa instrumental en la que se luce la sección folk con Mohammed,
Kiskilla y Fernando en la flauta travesera. Preciosa, bailable y llena de calidad.
Para el final he reservado las composiciones más elaboradas y que gozan de más
minutaje: “Gaia” y “La venganza de Gaia”. La primera abre el disco tras la intro
y resulta ser una de las mejores canciones que han grabado hasta la fecha. Ese
inicio lento con flautas te transporta a las costas sudamericanas y te sumerge
en las cálidas aguas cálidas de esas latitudes del Atlántico. Gran estribillo
y variedad de melodías. La segunda cierra apoteósicamente pero no llega a superar
ni mucho menos la despedida de su anterior Finisterra.

Gaia es una oda, un canto a la naturaleza y a la vida realizado a través de
una interesante historia fruto de la mente de Txus y fuertemente influenciada
por los textos e ideas del indio Seattle. Superar a su anterior obra era casi
imposible, pero Gaia es un dignísimo sucesor que demuestra que a los Mägos les
queda mucha cuerda e ideas interesantes para aportar a una escena metálica nacional,
que últimamente nos trae más malos tragos que alegrías. No hay un giro tan marcado
hacia el hard rock como se dejaba intuir en las entrevistas previas a la aparición
del CD, pero si que hay unos refuerzos de lujo tanto en la base rítmica como
en la sección folk y un fichaje estrella como es el de Kiskilla a las teclas.
Actualmente Mägo de Oz puede sacar petróleo tanto en estudio como en directo
con una formación tan competente como la que han conseguido, y estoy seguro
que, aunque a muchos les disguste, pasarán a la historia como una de las bandas
de rock más importantes que ha dado este país. Sin ser su mejor disco van directos
a escribir una de las páginas doradas dentro de la historia del rock patrio.