Coney Hatch: Four

Correcto disco de hard rock con buenos momentos y poco más. Estilo muy estándar y voluntad de reunirse otra vez y pasarlo bien, cosa que consiguen. Pocos llegaron a conocer a Coney Hatch y menos les llegarán a conocer ahora, pero siempre es bueno conocer a bandas con prestigio y caché. Canadá también rockeó en los 80 y hay que reivindicarlo.

La gente de Frontiers está decidida a recuperar todas las bandas hard rockeras de los 80. Y cabe reconocer que algunas ni las conocíamos, caso de estos canadienses Coney Hatch. En las manos del sello napolitano se han sacado un gran disco de hard rock fresco y directo que obviamente gustará a todos los degustadores del estilo. Buenos instrumentistas, buenas composiciones y una gran voz por parte de Andy Curran. Ya hacía algunos años que estaban de vuelta pero un accidente truncó el comeback de los de Toronto. Finalmente ahora ve la luz este desenfadado compacto, poseyendo muy buenos momentos y demostrando que el hard rock bien hecho todavía puede seguir emocionándonos.

No cambiará el curso de la historia pero sí que es una más que agradable escucha. Hay reminiscencias a Journey y a todo el rock de los 80. Destaca la balada “Holin On” que cierra el compacto con muy buenas razones, pero de entrada es “Blown Away” la que nos pone en antecedentes y pone los puntos sobre las I. Perfecta y pulcra producción con la batería de Dave Ketchum sonando a gloria. Juegos de voces y en muchos temas sonando más ingleses que americanos. “Boys Club” es algo oscura por lo que es resultado general del disco y “Down and Dirty” es vacilona y divertida. No llega a sleazy pero sí coquetea con el estilo. Mismo rollo lleva “Connected” aunque tampoco llega a entusiasmar.

“We Want More” posee cierto punch en el estribillo pero pierde fuelle en verso y puente. En “Marseille” dan rienda suelta a su lado más southern consiguiendo unos momentos a guitarras dobladas realmente bellos. Uno de sus mejores cortes. Carl Dixon y Steve Shelski tienen sumo gusto a la hora de ejecutar los solos. Mantienen un poco el rollo sureño en la posterior “Keep Drivin’” y consiguen un buen feeling en “Do It Again” con otro gran solo protagonista. Hacen lo que les gusta y se nota así como que llevan años tocando juntos pero a los temas les falta ese plus para terminar de despegar la nave.

Correcto disco de hard rock con buenos momentos y poco más. Estilo muy estándar y voluntad de reunirse otra vez y pasarlo bien, cosa que consiguen. Pocos llegaron a conocer a Coney Hatch y menos les llegarán a conocer ahora, pero siempre es bueno conocer a bandas con prestigio y caché. Canadá también rockeó en los 80 y hay que reivindicarlo. Si llegan a mis manos sus tres primeros discos les daremos oportunidad. De todas formas todo lo que suele sacar Frontiers, si no es con una vocalista guapa y joven que nadie conoce, suele valer mucho la pena. Para amantes del hard rock, no os defraudarán.