Whitesnake: Forevermore

Todos sabemos ya que David Coverdale en directo no es lo que era y posiblemente nunca más volverá a ser ese vocalista impresionante, pero eso no quita que no sea capaz de mantener la magia en el estudio. “Forevermore” es un disco impresionante, a la altura de su leyenda e incluso capaz de superar aquel “Good to Be Bad”. Esta vez Coverdale se calza los zapatos 70eros y nos devuelve a la era más bluesy, quizá la menos conocida, pero para muchos la mejor. El disco es un cruce excelso entre esa época y la más comercial y mainstream de “1987”. Incluso puede que más de uno de sus nuevos temas quede para clásico.

El trabajo de Doug Aldrich y Reb Beach a las guitarras, a lo largo del álbum, es sensacional. Algunas veces ha sido criticado Aldrich, pero creo que esta vez hasta sus más fanáticos detractores van a tener que tragarse sus críticas. De entrada “Steal Your Heart Away” y “Love Will Set You Free” se llevan la palma. La primera es 100% “Lovehunter” y la segunda se perfila como todo un clásico. La voz de Coverdales luce un nivel espectacular, o sea, nada que ver con lo que nos ofrece en sus directos. El nivel general del disco es asombroso, si bien sí que hay un par de temas de relleno, pero vaya, discazo al fin y al cabo.

“All Out of Luck” sigue demostrando el alto nivel compositivo, otro gran estribillo, unas guitarras muy trabajadas y muchos detalles técnicos por parte de la base rítmica. Y como en todos los temas… ¡atención a los solos y riffs! La cruz del disco quizá sea el abuso de medios tiempos y baladas. No están mal, pero si hay un abuso y alguna flaquea. Eso sí, los cortes rockeros todos sacan nota sobrada. De entre los medios tiempos la que sale mejor parada es “Easier Said tan Done”, de bonito estribillo, apoyado por coros y con una preciosa línea vocal. “I Need You (Shine a Light)” suena un poco manida y a piloto automático, tanto por lo musical como por lo recurrente de las letras y los tópicos tratados, pero bienvenido sea este piloto automático si luce a este nivel.

En “One of these Days” la banda se calza las acústicas, pero mel tema cumple expediente y poco más. Lo mismo ocurre con “Fare Thee Well”, si bien aquí se eleva algo más el listón. De entre todas las acústicas posiblemente la final “Forevermore” sea la más lograda y trabajada. Extensa, cálida y con mucho ángel. “Love Me and Treat Me Right” es otro de los temas más interesantes del disco, con otro riff espectacular y otro gran estribillo. “Dogs in the Street” es de los temas más cercanos a la etapa “Slide It in” y “1987” y Aldrich y el mercenario Beach lo bordan en los solos. La gran curiosidad del disco es “Whipping Boy Blues” que conecta otra vez con sus inicios. “My Evil Ways” es otra demostración de que Coverdale puede seguir enamorándonos tras tantos años… Un tema muy en la línea 70 y con armónica incluida. Preciosas las guitarras dobladas y ese feeling bluesy.

Coverdale da con “Forevermore” toda una demostración de que su jubilación queda lejos. Estos temas pueden lucir de maravilla sobre las tablas, si su garganta aguanta, y es un material a la altura de su leyenda. Supera con creces a “Good to Be Bad”, que ya era un disco espectacular. Podríamos llegar incluso a hablar de segunda juventud. “Forevermore” es un golpe encima de la mesa y la demostración de que Coverdale es uno de los más grandes.