Heaven’s Basement: Filthy Empire

A finales del pasado 2012 llegó a mis oídos una canción a través de las redes sociales. Se trataba de ‘Fire, Fire’, de unos desconocidos HEAVEN’S BASEMENT. Después te enteras que sin un disco (sólo algún EP y maqueta) editado, ya empezaban a ser bastante conocidos en el Reino Unido. Simplemente esperas el momento que llegue ese esperado debut. Entre medias, y por sorpresa, te das de bruces con ellos como teloneros de SEETHER en su gira europea. En el concierto de Madrid al que asistí no hubo color: el grupo que abría la noche se comió totalmente al principal.

Su rock enérgico es de esos que enganchan, con riffs y melodías pegadizas; no inventan nada, pero lo hacen tan bien que logran transmitir y llegar al público. Ya entonces salí con la sensación de que se podían convertir en un grupo medianamente grande, de esos que salen cada cierto tiempo de UK; escuchando ‘Filthy Empire’ lo sigo pensando con mayor convencimiento. La citada ‘Fire, Fire’ se queda en un simple reclamo de los otros once temas que encontramos en un debut para a tener en cuenta. La precede a modo de bienvenida una acelerada ‘Welcome Home’, dejando claro que lo suyo es el rock hecho con gusto y dejándose empapar de influencias. En esa nos enseñan su lado más macarra y rápido, repitiendo después fórmula en una incendiaria ‘I Am Electric’, y quedándose a medio camino de alcanzar esa velocidad en ‘Heartbreaking Son of a Bitch’, otra que a la larga termina destacando.

El contraste ideal lo encuentran en canciones efectivas, de esas que de cara al directo tienen el éxito asegurado. ‘Be Somebody’ y ‘Can't Let Go’ son buenos ejemplos, pero ‘Nothing Left To Lose’ es seguramente la más destacada de este tipo. Tanto en ella como ‘The Long Goodbye’ me parece escuchar a Sid Glover, guitarrista, en las partes de coros; buen contrapunto el suyo al registro de Aaron Buchanan. Completando, no podían faltar medios tiempos típicos, de esos que aportan calma y clase, como ‘When The Lights Go Out In London’, ‘Jump Back’, o la balada en toda regla ‘The Price We Pay’, acústica, pero que termina haciéndose demasiado larga. El broche de oro lo marca la crudeza de ‘Executioner's Day’, recordando que por mucho que puedan mostrar lados más íntimos y menos distorsionados, HEAVEN’S BASEMENT son una banda de puro rock and roll. De esas que hacen falta, con actitud, ganas, y sobre todo buenas canciones. Dentro de nada los tendremos de nuevo por aquí como teloneros de BLACK VEIL BRIDES.