Siguen mandando en el doom metal a pesar de la evolución estilística. Tiempo hacía que no disfrutaba tanto un disco de este estilo, y cuando una obra te da ganas de desempolvar su anterior discografía y volvértela a escuchar, es que el grupo ha dado en el clavo.

En los 90, el doom de grupos como Anathema, Paradise Lost y My Dying Bride no tenía rival alguno. Luego vinieron las etapas de evolución por parte de las tres bandas, siendo muchos los que tenemos idealizados esos primerizos tiempos y discos como “Like Gods of the Sun”. La gran noticia es que el guitarrista Calvin Robertshaw vuelve a la nave después de abandonarla en 1999. Lo que “Feel the Misery” ofrece es un inmejorable reflejo de cómo es la banda a día de hoy. Doom metal con voces limpias, muchos juegos de atmósferas, teclados envolventes y los detalles de violín, dando ese punto poético a su estilo. Uno de los mejores discos de este año que se nos va y sin duda alguna el mejor en su estilo.

El disco consta de temas muy largos pero en general es directo y entra todo de buenas a primeras. Encontrarás lo que buscas y la demostración de que los de Bradford no suelen defraudar. “And My Father Left Forever” es lo mejor de la obra dando inicio al disco, con un Aaron Stainthorpe pletórico y con el grupo jugando con la amplia paleta de matices doom. En “To Shire in Empty Halls” hay tímidas voces guturales que aparecen entre la niebla, partes narradas y susurros sobre acordes acústicos con toques folk. En ambas los más de nueve minutos de duración pasan como un rayo entre tanta riqueza de cambios y detalles. Dominada por el riff monolítico está “A Cold New Curse”, que nos recuerda un poco a los 90 y a agrupaciones como Paradise Lost en sus buenos tiempos. Los juegos lentos con partes casi narradas son gélidas y realmente conseguidas, con un espectral final. Shaun MacGowan es la auténtica pieza clave con sus teclados y violines.

“Feel the Misery” posee una entrada marcial con dejes a Anathema y en la que destacan en sobremanera las guitarras de Andrew y Calvin. Momentos casi teatrales para luego entrar en la sucesión de atmósferas y texturas tristes. Muy accesible y característica es “A Thorn of Wisdom”, el tema más corto con las teclas de MacGowan sobresaliendo y con una bonita línea vocal por parte de Aaron. “I Celebrate your Skin” es uno de los mejores cortes, con Stainthorpe rasgando su voz y acercándola a lo gutural. Uno de los temas más pesados y arrastrados, llegando a los niveles de Jack Frost (banda de doom injustamente olvidada). Mucha belleza en la delicada “I almost Loved You” (con piano, voz y detalles) y gran final con más de 10 minutos con “Within a Sleeping Forest”, haciendo honor a su título. Un poco de coda y resumen de todo lo escuchado, con ese violín y con Aaron desgañitándose entre escenarios cambiantes y lúgubres.

Pueden tener discos mejores que otros pero está claro que a pesar de inventos y riesgos tomados en obras puntuales My Dying Bride son un valor seguro. Me arrepiento no haberles visto en el pasado Wacken pues el nivel mostrado en estudio es excelente. Siguen mandando en el doom metal a pesar de la evolución estilística. Tiempo hacía que no disfrutaba tanto un disco de este estilo, y cuando una obra te da ganas de desempolvar su anterior discografía y volvértela a escuchar, es que el grupo ha dado en el clavo. ¿Vendrán a España a tocar? Esperemos que alguno de nuestros festivales se decida a por ellos, aunque veríamos a que hora les tocaría…

Grupo:My Dying Bride

Discográfica:Peaceville Records

Puntuación:8

Canciones:

  1. And My Father Left Forever
  2. To Shiver In Empty Halls
  3. A Cold New Curse
  4. Feel the Misery
  5. A Thorn of Wisdom
  6. I Celebrate Your Skin
  7. I Almost Loved You
  8. Within a Sleeping Forest

Año:2015

Votación de los lectores:5