Farmer Boys: Born Again

Tras unos años de silencio las musas han vuelto a visitar a los germanos Farmer Boys y "Born Again" es el resultado de la explosión de creatividad que fusiona sin complejos las melodías del pop, la intensidad del rock y la fuerza del metal más vanguardista. ¡Os estábamos esperando chicos!

¡Los chicos están de vuelta! Así se anuncia la vuelta a la actividad de los alemanes Farmer Boys, una banda que nació a mediados de los 90 publicando cuatro discos de estudio a lo largo de aproximadamente una década, compartiendo escenario con nombres tan ilustres como Rammstein, Deftones o Metallica.

Como viene siendo habitual y tradicional en la cultura musical alemana el estilo de muchos de sus representantes va más allá de las etiquetas convencionales, recogiendo influencias que van del pop más comercial al heavy metal más alternativo fusionándolas en un sonido propio que les sitúa siempre un paso por delante de sus colegas europeos.

Volviendo a nacer…

Con «Born Again», un título que define a la perfección sus intenciones, Farmer Boys dan por terminado un descanso creativo que les ha servido a sus tres miembros fundadores para aportar frescura, madurez y nuevas influencias musicales a sus composiciones, reunidas todas ellas en su quinto trabajo.

Catorce años han pasado desde su último lanzamiento, «The Other Side», y en todo este tiempo el mundo ha ido cambiando, no necesariamente a mejor, y toda esa experiencia queda impregnada tanto en sus letras como en su música y, a juzgar por el recibimiento de sus primeros adelantos, la acogida no podría ser mejor.

Resulta fácil perderse entre los abismos acústicos de «Isle of the Dead» arropados por la profundidad de los teclados de Richard Düe, uno de los nuevos fichajes, en perfecta harmonía con el oleaje que produce el cello de Max Lilja de los fineses Apocalyptica. Una preciosidad que rompe su calma con la contundencia de «Tears of Joy» y su eufórica melancolía en la que el bajo de Ralf Botzenhart y la batería de Timm Schreiner, otro de los nuevos, marcan con firmeza un paso que encuentra su clímax en un pegadizo estribillo.

Tras la breve y épica «Mountains», un delicioso interludio que rompe en «Stars», damos la bienvenida a la cara b del disco. Un corte que recupera su vertiente más eléctrica, una oscura y densa tormenta que recuerda a la mejor versión de Placebo gracias a unos riffs de lo más guitarrero que esconden todo tipo de arreglos instrumentales y melódicos que terminan por darle cuerpo a la composición.

La música nos hace viajar, en esta ocasión través del espacio y su inmensidad al ritmo de «Oblivion», con ecos de los primeros Muse y resquicios de agresividad de la escuela Deftones con la voz de Sayer explorando registros más agresivos y la guitarra de Scholpp sonando más heavy que nunca. «In the Last Days» sigue moviéndose por esos pantanosos terrenos de la tristeza y la melancolía, navegando entre un mar de influencias y cambios de tempo.

…comenzando una nueva era

Un grito a la libertad el que nos inyecta «Revolt», una llamada a la revolución con un pegadizo riff de guitarra que nos empuja al headbanging y unas melodías elegantes que le aportan belleza y le convierten en un perfecto sencillo para aproximarse a su música. Y nos despedimos con «Born Again», tema que le da titulo al disco con una poderosa atmósfera de intensidad increscendo capaz de aferrarse a nuestras emociones más profundas.

Tras unos años de silencio las musas han vuelto a visitar a los germanos Farmer Boys y «Born Again» es el resultado de la explosión de creatividad que fusiona sin complejos las melodías del pop, la intensidad del rock y la fuerza del metal más vanguardista. ¡Os estábamos esperando chicos!