Moonspell: Extinct

Uno de los discos del año sin lugar a dudas. Espectacular mutación de Moonspell hacia sonoridades góticas con resultados sorprendentes. La gran producción enlaza todo un disco cuidadísimo, original y oscuramente bello. No es “Wolfheart”, no es “Night Eternal” ni es “Alpha Noir”, pero es una pasada.

Moonspell es una banda enorme, y cada disco, cada gira, cada concierto y cada comentario en escena de Fernando Ribeiro así lo atestiguan. Soy de los que cayeron decepcionados con “Sin/Pecado” y de los que no volvió a revivir la grandeza de este grupo hasta el aplastante “Night Eternal”. Mucho me había perdido, hasta el punto de que cada vez aplaudo las mutaciones estilísticas y los cambios de sonido constantes con los que juegan, justamente el mismo caso que hizo que en su momento les repudiase por ello. Puede que mi mentalidad no sea la misma, puede que ellos cada vez lo hagan mejor, pero lo que sí está claro es que este “Extinct” está muy cerca de ser una de sus más grandes obras maestras. Se mantiene el sello de marca en el estilo y el grupo es reconocible, pero poco tiene que ver esta obra con la anterior. Aquí se indaga en el rock gótico, en el post punk, en Type O Negative, en The Cult y en bandas mucho más accesibles. No son los de sus inicios, pero el disco es sublime.

La oscuridad se cierne en “Breathe (until We Are No More)”, perfecta abertura con el maravilloso añadido de la orquesta repuntando cumbres y valles pero sin comerse la base de rock gótico que se mantiene en primera línea. Va para clásico. Entrada más dura en “Extinct”, con ese teclado de Pedro Paixao y un Fernando que tira de voz algo más gutural y de una estructura más clásica que desemboca en un estribillo limpio, melódico y oscuro y un gran solo de Ricardo Amorim. “Medusalem” es una maravilla que cuenta con un cuarteto de cuerda turco para acercarse a los Sisters of Mercy en clave árabe. Exquisita. Cabe remarcar el tremendo trabajo de producción. Jens Borgen lo ha bordado realmente. “Domina” tiene unos dejes a “Scorpion Flower” sumamente interesantes, con acústicas y una preciosa línea vocal. El estribillo posee una fuerza inmensa y el un rayo de luz entre tinieblas repuntado por los violines. Y el single claro es “The Last of Us” acercando a Moonspell a terrenos To/Die/For y saliendo airosos. Brillantes, aunque sumamente accesibles. Es evidente que “Sin/Pecado” es una de sus referencias.

“Malignia” mantiene el tipo pero no brilla tanto como “Funeral Bloom”, otro acercamiento al rock gótico. Hay un pasaje a doble bombo que le da un acelerón al tema dotado de voces más guturales, aunque lo que impera es la profundidad de Fernando en la línea gótica. Ribeiro posee una garganta ideal para cantar este tipo de estilo. Incluso transmite y luce más que muchos cantantes de bandas consagradas del género. En “A Dying Breed” vuelven un poco a buscar el sonido de “Irreligious” aunque siempre en clave gótica. Con guitarras muy nítidas y muchos detalles de teclado, y todo ello potenciado por la orquesta. “The Future Is Dark” es pausada y melódica, con mucho gancho y con un gran estribillo. Finalizan con “La Baphomette”, más cabaretera y suave pero en la línea del disco. Cantada en francés y dando protagonismo total a la orquesta, dándole un aire de funeral. Sumamente original. Hay hasta cuatro bonus con remezclas de temas del disco interesantes y curiosos. Destaco la acústica “Doomina”.

El DVD es un documental que mezcla el concepto del disco con la grabación del mismo. Escenas costumbristas de grabación de disco incluyendo manjares portugueses cocinados en Suecia, paseos reflexivos por parajes nórdicos, directrices de productor mezcladas con música y comentarios sobre la extinción de las especies y la convivencia del reino animal con el hombre sobre la Tierra.

Uno de los discos del año sin lugar a dudas. Espectacular mutación de Moonspell hacia sonoridades góticas con resultados sorprendentes. La gran producción enlaza todo un disco cuidadísimo, original y oscuramente bello. No es “Wolfheart”, no es “Night Eternal” ni es “Alpha Noir”, pero es una pasada. Necesita de escuchas para llegar a entrar en todo el ambicioso concepto que brindan los portugueses, pero la obra atrapa para no dejarte. Siempre valientes, siempre originales pero sin renunciar a sus principios ni a sus señas de identidad. Por otro lado remarcar que el grupo es capaz de meter en sus directos de gira hasta ocho cortes de esta obra. Nada de vivir de rentas. Entiendo que haya gente que pueda sentirse decepcionada por el estilo pero Moonspell no engañan a nadie y puede que su próximo disco no tenga nada que ver con este.