Krzak: Experience

Esta vez va de experimentos a la polaca… Y la verdad es que el disco es sumamente curioso e interesante. Krzak es una banda de jazz-blues-rock de los años 70 que he decidido revisar su viejo catálogo de temas junto a Sepsis, banda de metal, también oriundos de Katowice. El resultado es este homónimo experimento que hasta cierto punto llega a acercarse a Apocalyptica. Eso se debe básicamente a que todo el disco es instrumental y a que el violín hace muchos de los solos. Los Sepsis se dedican más a poner una base metal en todos los cortes y a hacer que todo este material suene realmente potente.

“Krzak” abre deliciosamente. Espectacular composición, quizá la mejor. Nos enseña la hoja de ruta del disco y demuestra que la idea promete muchísimo. Gran protagonismo de violín y guitarras y una base muy contundente. Realmente suena a metal. Riffs muy atractivos y mucha potencia. Se nota que la producción es mejorable, pero el resultado final es más que bueno. “Oriental Xes” hace honor a su hombre e indaga en sonoridades orientales con un gran protagonismo del violín de Jan Bledowski, el auténtico crack de este grupo. En “Blue Thunder” hay guitarras dobladas con violín y otra buena ración de riffs pegadizos. Grandísimo trabajo con las melodías y la composición para conseguir que en ningún momento la cosa decaiga y pese el hecho de que sea sólo un disco instrumental.

En “Czakus” hay una base cercana al thrash sobre la que juega el violín. El solazo de guitarra es puro feeling, gentileza de Leszek Winder, pero el momento en que doblan las guitarras parece un guiño total a los trabajos del Allman Brothers. “Extrim” cuenta con invitados pero no destaca tanto como “Existance of Possession” en la que suenan totalmente a Apocalyptica debido al juego del violín. Es la que va en una onda más clásica y relajada. En “Runmble-Tumble” hay un paso delante de la base rítmica tomando la voz de mando. Uno de los cortes más duros con bajo y batería comandando y dejando huella. En “DRocks” son las guitarras thrashers a lo Annihilator las que mandan. El tema posee mucha conexión con la célebre “Alison Hell”. El final llega con “Sciepka”, otro de los cortes más notables. Gran inicio entre tinieblas para rematar con unas melodías trabajadísimas y adictivas.

Experimental. No hay duda que este disco es algo muy personal y diferente y puede que sorprenda a muchos, pero también puede no pasar de la mera curiosidad. Un material puesto al día y que suena metal muy a pesar de haber sido compuesto originalmente para otros estilos bien diferentes. Desgraciadamente el disco está en un formato muy básico, sin fotos y sin libreto. Podrían perfectamente entrar a tocar en un Wacken pues en directo pueden llegar a encandilar. En disco la cosa funciona, pero no termina de convencer del todo. Con un buen cantante este material creo que ganaría muchísimo más. De todas maneras cuando el disco termina tampoco es que me llegue a desvivir por descubrir el legado de Krzak en las décadas de los 70 y 80.