Muy jovencito empezó Daniel Gildenlöw a sentir y a desarrollar sus inquietudes
en el mundo de la música. A los 11 añitos, en 1984, ya tenía formada su propia
banda llamada REALITY, con la que, si los datos no me fallan, no llegaron a
publicar ningún trabajo. Eso sí, en dicha banda se comenzó a fraguar los actuales
PAIN OF SALVATION, y el guitarrista Daniel Magdic ya estaba en unión con Daniel
en sus primeros pasos, además de diferentes músicos de la talla de Gustav Hielm,
que actualmente milita como bajista en MESHUGGAH. Ambos fueron los únicos que
aguantaron el baile de componentes de los comienzos de REALITY, y formaron
parte de la agrupación la primera vez que PAIN OF SALVATION fue bautizado con
dicho nombre para algunas actuaciones en directo en el periodo comprendido
entre 1991 y 1994, nombre que optaron por mantener definitivamente. También
ingresó en dicho periodo un joven batería de 14 años llamado Johan Langell,
el cual se quedaría de forma permanente y hasta la actualidad en dicho puesto.
En esta etapa la banda empezó a componer temas de cara a presentar varias demos
a distintas casas discográficas en busca de un contrato y la publicación de
un disco. “Nightmist” y “Oblivion Ocean” que aparecieron en “Entropia”, y “One
Hour by the Concrete Lake” que se incluiría como bonus track en la edición
japonesa de dicho disco (sería después el título de su segundo trabajo), fueron
algunos de ellos. Anteriormente a la consolidación definitiva de miembros con
la que grabarían su disco debut “Entropia”, la capacidad compositiva y de ejecución
compleja y técnica de esta banda ya comenzaba a sorprender, ganando varios
premios y concursos estatales (homenaje a THE BEATLES incluido), algunos de
ellos destinados  especialmente a la persona de Daniel Gildenlöw como vocalista,
ya que sus cuerdas vocales dejaba perplejos a cuantos los oía. Su versatilidad
vocal (y lírica) cuya influencia confesa parte de Mike Patton (FAITH NO MORE)
se funde con una personalidad propia en la que la emotividad sale a la luz
en cada frase, en cada palabra, y en perfecta unión con ciertas dosis de agresividad
en los momentos necesarios y siempre que la letra lo requiera. Personalmente,
la voz de Daniel Gildenlöw (independientemente de su calidad como multi-instrumentista)
es la que más me ha transmitido en toda mi vida. Pero continuemos hablando
de PAIN OF SALVATION, ya habrá tiempo de contar las bondades de este genio.

A finales de 1994, el hermano menor de Daniel con la también joven edad de
16 años, Kristoffer Gildenlöw, sustituía a Gustav Hielm al bajo. Su educación
musical fue de forma autodidacta y con el reflejo de la pasión por la música
de su hermano de manera involuntaria. Su inquietud por el instrumento partió de
interpretar las canciones, fisgoneando en los discos de hard rock en su mayoría
(de ahí que cite en todas las entrevistas a Marco Mendoza como principal influencia)
que Daniel poseía en su habitación cuando él se encontraba fuera de casa por
motivos de trabajo o estudios.

Dos años después ingresaría el último miembro definitivo en el grupo antes
de su estreno discográfico, el teclista Fredrik Hermansson (20 años), que también
continúa a día de hoy en el seno de la banda.

Tras enviar varias demos no recibieron la mejor respuesta que de su música
se esperaba, y solo pudieron fichar por dos sellos independientes, uno japonés
(Marquee), y uno sueco (Roasting House), que solo distribuiría su primer trabajo
en los países correspondientes. Aún así, PAIN OF SALVATION no frenaron sus
ansias por mostrar su música al público y en la primavera de 1997 se metieron
en los Roasting House Studios en la ciudad sueca de Malmoe, bajo la producción
de Anders Theo Theander para completar con 13 canciones su primer trabajo. “Entropia” fue
publicado en Japón en verano de 1997, pero su edición europea y sudamericana
tras el posterior fichaje por la discográfica Inside Out no sería hasta Septiembre
de 1999, y en los Estados Unidos no vería la luz hasta el año 2000. De hecho,
su segundo trabajo “One Hour by the Concrete Lake”, grabado pocos meses después,
en los mismos estudios y con el mismo productor que “Entropia”, se publicó en
Europa y Estados Unidos casi un año antes que éste. De ahí que muchos confundan
cual es realmente su disco debut. Por cierto, antes de la grabación de “One
Hour by the Concrete Lake”, un mes antes exactamente, Daniel Magdic abandona
a la banda, y su puesto de guitarrista recae en Johan Hallgren, que tras aprenderse
todos los temas en un tiempo record para la grabación, PAIN OF SALVATION deciden
que permanezca como miembro fijo y no como músico de sesión, su papel destinado
en un principio. Johan también es miembro de PAIN OF SALVATION en la actualidad,
y fue por tanto el último recambio en las filas del grupo.

Las críticas en torno a la publicación de “Entropia” fueron positivas por
su original e innovadora propuesta, aunque confusas en su definición musical.
Y no es para menos, el estilo de PAIN OF SALVATION escapa (y cada día más)
de la mera y simple etiqueta de metal progresivo. DREAM THEATER, VANDEN PLAS,
los clásicos GENESIS, RUSH…todas estas formaciones son influencias, pero esta
banda desde un principio agregó a sus canciones cualidades propias del funk,
de la música ambiental, del folk, del rythm and blues, de la fusión… incluso
de música medieval y gregoriana en posteriores entregas al disco que estamos
tratando, hecho que la hace única gracias al sonido y personalidad que han
conseguido, y además la convierte en icono dentro de este mundillo. PAIN OF
SALVATION se sienten cómodos con la definición de progresivo, pero así, a secas,
y con varios matices a recalcar en dicha calificación. Según ellos “Nos gusta
la etiqueta de progresivo, pero la real acepción del término. El metal progresivo
y el rock progresivo se han convertido en estilos de música donde la gente
quiere escuchar ritmos difíciles de seguir, licks rápidos, riffs sobre riffs,
todos complicados y con mucha técnica. Progresivo debería significar que tu
estás buscando nuevas formas, nuevos caminos para hacer música. Nuevos sonidos
y nuevas maneras de expresar música. En PAIN OF SALVATION estamos trabajando
en diferentes estilos y no nos cortamos en hacer un estilo de música porque
estamos catalogados como tal o cual género. Cada estilo de música que nos gusta
lo usamos, tratamos de incluirlo en nuestro estilo pero buscando nuevas formas
y nuevos sonidos. No podemos asegurar que seamos lo más original que hay porque
no estamos tratando de dictarle originalidad a nuestros corazones, estamos
haciendo lo que ellos nos dictan. Hacemos lo que queremos hacer”.

Al igual que todos los discos de PAIN OF SALVATION, “Entropia” es un álbum
conceptual cuya lírica trata de “Una discusión sobre una sociedad frágil. Como
una guerra puede afectar y destruir vidas en un nivel que mucha gente ni imagina.
Cuan fácil es estar del lado erróneo sin ni siquiera saberlo, cuan fácil es
perderlo todo….y…¡cuanto de todo esto en realidad nos sucede!”. Sus letras
nunca han dejado de ser instrumentos de su consciente opinión respecto al mundo
en el que vivimos, y con un marcado carácter político y/o filosófico en muchas
ocasiones. Solo “Remedy Lane”, es un disco que tiene una doble línea de interpretación
basada en de los sentimientos de Daniel como músico a lo largo de su vida de
forma introspectiva. “Si escribiéramos sobre “amor, coches veloces y cerveza”…las
cosas nunca cambiarían”.

Intentar describir musicalmente cada tema que compone “Entropia” de forma
individual es tarea harto dificultosa por no decir imposible, ya que de forma
general y como decíamos antes, PAIN OF SALVATION no es simplemente una banda,
es un concepto.

La primera descarga “! (foreword)” es una excelente carta de presentación
y donde se observa la variedad de su propuesta musical: desde ritmos complejos,
bases duras y crudas, partes lentas y reposadas, y por supuesto unos cuidados
coros. La voz de Daniel nos inunda por su amplitud y versatilidad, capaz de
prestar sus voces para descargas agresivas y poseídas de rabia, hasta perfilar
líneas melódicas cargadas de sentimiento, eso sin dejar de citar los agudos
ejecutados a la perfección que se saca de la manga. Dicho tema fue objeto del único
video-clip de este disco, que aún grabado con bajo presupuesto, fue realizado
con verdadero tiento cinematográfico. Imágenes de la banda interpretando el
tema, con Daniel como protagonista en la mayoría de las tomas, se intercalan
con imágenes que desarrollan la vida y experiencias propias de un chaval en
su niñez entre otras secuencias, e incluso con imágenes propias que juraría
que pertenecen al suicidio de la escritora Virgina Wolf (¿?¿?).

Pero como iba diciendo, llevar a descripciones específicas todos los temas
de “Entropia” nos llevaría a la locura. “Winning A War”, “Nightmist” (de las
más complejas y difíciles de digerir) y “People Passing By” (con un inicio
muy funk de la mano del bajo de Kristoffer  y con un final donde se unen la
melancolía y unos solos de guitarras soberbios) al igual que la canción de
apertura, son también temas muy completos donde PAIN OF SALVATION desarrollan
todas sus armas en forma de ritmos cambiantes, desarrollos instrumentales inesperados,
y cambios de atmósferas a su antojo. “Stress”, “Revival” y “To The End” (en
la que incluyen hasta partes de jazz), son varios ejemplos de una banda en
el casi puro sentido de lo que entendemos por metal progresivo. Su gama de
virguerías instrumentales no tiene límites, e independientemente de ejecutarlas
a la perfección no se olvidan de incluir sentimiento y emotividad para transmitir
a los oyentes, evitando así dejar dichas líneas de tecnicismos frías y carentes
de sentido.

Los PAIN OF SALVATION más reposados y melancólicos nos lo encontramos en temas
como “Leaving Entropia” que funciona como cierre y epílogo conceptual del disco
donde solo una guitarra acústica acompaña a la voz, y en “Oblivion Ocean”,
una balada en la que las ejecuciones cargadas de técnica se dejan aparcadas
para dejar paso a un Daniel cuyas líneas melódicas rebozan de emotividad y
con una interpretación vocal que hace poner los pelos de punta ante tal desparrame
de sentimiento. Uno de los puntos álgido de “Entropia” sin duda, en la que
cada pronunciación del vocalista hace que las notas floten e inunden el aire.
En “Plains Of Dawn” también predomina el tiempo lento en casi todo el desarrollo
del tema, con unos coros sorprendentes en su cuidado y tratamiento, aunque
el final viene marcado por punteos de guitarras muy metalizados.

No quería dejar esta descripción musical (un tanto escapista) sin citar el
laborioso trabajo de coros que PAIN OF SALVATION introducen en casi todos sus
temas, convirtiéndose en un sello propio y característico del grupo, capaces
también de interpretar a la perfección en sus actuaciones en como dejaron claro
en su directo acústico “12:5”, o en el DVD de su última obra “Be”. La banda
trabaja con cuatro y hasta cinco armonías de voces, cuando casi siempre lo
normal en la mayoría de las formaciones es doblar armónicamente la voz principal
o algunas se animan a incluir una segunda voz. El colchón de coros hace que
a veces hasta tres voces solistas se interpongan una a otra. PAIN OF SALVATION
son detallistas, perfeccionistas con cada uno de sus temas, y es algo más que
palpable en toda su producción musical.

Recalco que describir con palabras todos los entresijos compositivos de las
canciones de PAIN OF SALVATION es complicado, os invito por tanto a escuchar,
y sobre todo degustar, este debut discográfico.

Como comentaba al principio ““One Hour by the Concrete Lake” fue su segundo
disco, con características musicales muy similares a “Entropia” debido a la
corta franja temporal de composición y grabación de dichas obras, aunque también
con una factura de sobresaliente. Y a partir de ahí la ambición musical, el
enredo compositivo y la lírica de difícil comprensión y con múltiples líneas
de interpretación fueron las protagonistas en sus tres siguientes trabajos
de estudio: “The Perfect Element Part.I” (el video clip de “Ashes” no tiene
desperdicio), “Remedy Lane” y su actual “Be”. Tres cajas de sorpresas con excelentes
canciones, donde la madurez de estos suecos va a más y parece no conocer límites
ni fronteras; tres trabajos que cada vez más se alejan de la definición clásica
de metal progresivo y que perfectamente (sobre todo las dos primeras) podrían
haber entrado en este apartado en detrimento de “Entropía” por su enorme calidad.
De hecho, tanto “Remedy Lane” como “The Perfect Element Part.I” son los dos
discos favoritos de los seguidores de este grupo.

Por desgracia, PAIN OF SALVATION no es una banda que se prodigue mucho en
directo en interminables y largos tours. Eso sí, sus giras siempre han sido
acompañando a pesos pesados del género como FLOWER KINGS (con los que Daniel
ha colaborado en multitud de veces), THRESHOLD o DREAM THEATER, carteles que
se convierten en el sueño húmedo de cualquier fan acérrimo del progresivo.
Precisamente con los neoyorquinos fue la última vez que visitaron nuestro país
presentando “Remedy Lane”, en una de las dos y únicas fechas españolas en Barcelona.
Como muchos sabréis, la segunda noche actuó sólo la banda de Mike Portnoy,
interpretando el “Master Of Puppets” de METALLICA en su totalidad. Si los datos
no me fallan, también en el 2000 visitaron nuestro país en dos fechas, una
en Madrid y otra en Barcelona.

PAIN OF SALVATION no es un grupo fácil, sus temas extrañamente se digieren
con escuchas superficiales, pero una vez que descubres ese “algo” en su música
te enganchan sin piedad. Veremos con que nos sorprenden en el futuro. ¿”The
Perfect Element Part. II”? Lo prometido es deuda amigo Daniel. No lo olvide.

Satur Romero

Grupo:Pain Of Salvation

Discográfica:Inside Out

Puntuación:9.5

Canciones:

    1. ¡ (Foreword)
    2. Welcome To Entropia
    3. Winning A War
    4. People Passing By
    5. Oblivion Ocean
    6. Stress
    7. Revival
    8. Void Of Her
    9. To The End
    10. Circles
    11. Nightmist
    12. Plains Of Dawn
    13. Leaving Entropia

Año:1999

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