Insolenzia: En directo

La carrera de los maños siempre se ha caracterizado por lanzamientos cuidados y detallistas, y por la unión de la música con la literatura, que han logrado llevar con éxito durante seis años en más de 150 conciertos por toda la geografía española.

La noche del 23 de enero de 2016 fue histórica para el rock urbano aragonés. En los tiempos que corren, se dice pronto que 450 personas venidas de todo el país abarrotaran la sala Las Armas de Zaragoza para presenciar la grabación del primer disco en directo de Insolenzia. Es el salto de promesa a realidad.

La carrera de los maños siempre se ha caracterizado por lanzamientos cuidados y detallistas, y por la unión de la música con la literatura (en la trilogía “Celesto y la Luna”, cada disco iba de la mano de una novela, en la que cada canción equivalía a un capítulo), que han logrado llevar con éxito durante seis años en más de 150 conciertos por toda la geografía española. Y este lanzamiento no iba a ser menos, editado en varios formatos, destacando la Deluxe con 2 CD’s, 2 DVD’s y libro de 100 páginas (y que aún incluía más sorpresas, si lo adquiriste a través del crowfounding). Además del concierto, el segundo DVD incluye un documental autofinanciado por la banda sobre la trayectoria de Insolencia, titulado “Yo nunca quise ser normal”, en el que colaboran multitud de músicos, periodistas, promotores relevantes del país.

En esta crítica nos vamos a centrar únicamente en el apartado musical, en el que la energía de lo que ellos llaman “rock salvaje” queda latente a lo largo de las 23 canciones y dos horas de concierto. El sexteto de Aragón se vale más que de sobra para hacer sudar al respetable, y así podemos valorarlo en el primer disco, donde encontramos menos colaboraciones, mientras la noche se va caldeando. Pero una noche así merecía invitados de honor, que bien podríamos dividir entre leyendas del género y las promesas llamadas a tomarles el relevo. Así es un gustazo escuchar la guitarra de Alfredo Piedrafita (Miss Octubre y ex Barricada) en “Va a estallar”, o los duetos de Sancet e Isabel con Daviz Rodríguez de La mala reputación en “A pleno pulmón”.

El segundo cedé se abre con una vibrante “Desnudando el ayer”, con un Fernando Madina de Reincidentes al que le debió costar aprenderse la letra, mirando constantemente a la chuleta del suelo (¿puede ser que sea el músico de rock en castellano con más colaboraciones?). Sin desmerecer al resto, es en la segunda mitad encontramos la mayoría de los ya clásicos de Insolencia, y, ellos, perros viejos (o verdes, como sus admirados Marea), lo saben, y es donde brillan Enrique Cabezón de EnBlanco, Antonio Abengoza de Yeska y “Chaco” de Los Pirris. Como sorpresa para los comandos insolentes, y un guiño a su pasado más punki, esa noche interpretaron por primera vez una acertada versión de Reptil gusano de Manolo Kabezabolo que sólo hubiera sido mejor si el de Carenas les hubiera acompañado. Los mejores momentos seguramente sean los dos últimos, con Juankar de Boikot subiendo de nivel “La respuesta” e Iker Piedrafita de Dikers (productor de la banda) poniéndolos sobre la mesa para el himno insolente “Y la sal” (una aparición, por cierto, apenas unos días después de anunciar su retirada de los escenarios).