Journey: Eclipse

A pesar de que la época dorada con Steve Perry es algo inabastable y escrito en letras doradas en la historia del rock, la superagrupación de rock melódico sigue manteniendo el tipo década tras década. Sus directos siguen siendo sublimes, pero lo mejor de todo es que sus discos en estudio no son meros expedientes para tener la excusa de salir de gira. En cada una de sus obras hay un material exquisito y alguna composición capaz de mirar de tú a tú a esos himnos atemporales. “Eclipse” es una muestra inmejorable de ello. Plena madurez de los Schon y compañía que con Arnel Pineda han conseguido un frontman soñado y una voz muy cercana a la de Perry. Eso no quita la excelente labor que desempeñaron en su día Steve Augeri y Jeff Scott Soto.

El disco no es inmediato, con muchos detalles técnicos y un trabajo deslumbrante de guitarra por parte de Schon. Estribillos dorados, estructuras que fluyen, todo en su sitio, pero sin esos singles directos que quedan a las primeras de cambio. Todo necesita más de una escucha para paladear bien las 12 trabajadas composiciones. Abren por todo lo alto con dos temas excelentes como son la pegadiza y elegante “City of Hope”, muy eléctrica y el que quizá es el mejor tema del disco: “Edge of the Moment”. Gran medio tiempo con uno de esos estribillos marca de la casa y con un Schon que puntea con sumo gusto a lo largo del corte. Pineda mantiene un nivel estratosférico en toda la obra.

“Chain of Love” es otro ejemplo de elegancia. Un corte con aromas arábigos, con orquestaciones y con un puente más estribillo que se salen. “Tantra” se inicia con Pineda cantando sobre el teclado de Jonathan Cain. En algunos momentos da la sensación de que el grupo tira de piloto automático y de medio tiempo melódico, pero la verdad es que la mayoría de las canciones están muy por encima de ese adjetivo temible como es “relleno”. Vuelve a elevar el listón la preciosa “Resonate”, otro de los grandes momentos del disco. Precioso estribillo, electrificación progresiva y gran candidata a ser interpretada sobre las tablas. Cabe destacar la fuerza del estribillo de “Ritual”, uno de los cortes más rápidos e inspirados de la obra. Otra que contiene uno de los estribillos para enmarcar es “Someone”, en la que Schon hace de sus habituales diabluras a las seis cuerdas. Finalizan de forma original con ese temazo instrumental titulado “Venus”, de gran riff y con un final en el que se luce especialmente Deen Castronovo.

“Eclipse” no llegará a reventar listas ni a sentar cátedra pero sí que es una muestra evidente de la calidad que atesora una banda que fue capaz de tocar el cielo a finales de los 70 y principios de los 80. Pocos de su generación les llegan a su nivel ni en directo, ni mucho menos en disco. Incluso la portada es excelente, con su escarabajo alado tapando al sol con su vuelo. Si de entrada llegabais a pensar que la oscuridad mandaría en esta obra, olvidaros; la luz sigue brillando en Journey, y a veces, es incluso, cegadora.