Tribulation son la gran banda sueca que está por terminar de estallar. Si podéis verles con Arch Enemy en este mes de enero, no dejéis pasar la ocasión. En unos años, ya no serán simples teloneros de nadie.

Fascinantes, vampíricos, oscuros, escurridizos… Tribulation mantienen con su nuevo disco, “Down Below”, todo lo que hizo que “The Children of the Night” fuese uno de los trabajos más aplaudidos de 2015. Convertidos en exponentes de un rock retro de amplias tendencias góticas e imaginería basada en el horror más sutil, los suecos -ahora afincados en Estocolmo desde su natal Arvika- han hecho en “Down Below” el que probablemente sea su disco más accesible, más inquietante y más pegajoso hasta la fecha.

Entrando a desmenuzar el disco, la delicada melodía de guitarra que da inicio a “The Lament” es la antesala de un tenebroso punteo de guitarra de Adam Zaars, subrayado por las rítmicas firmes de Jonathan Hultén. No es una casualidad que Zaars sea un miembro de Repugnant, la banda donde también militaba Tobias Forge (aka Papa Emeritus) de Ghost. Sin duda, las conexiones entre el sonido de Tribulation y el de Ghost son múltiples, aunque el de los primeros es más tenebroso y el de los segundos más circense y teatral.

Una de las mayores ventajas de Tribulation es la de ser capaces de aunar todos los elementos del sonido gótico en sus composiciones sin caer en la simple imitación de los cánones del metal gótico de saldo. Eso es algo que consiguen en canciones como “Subterranea” o “Cries From the Underworld”, dos piezas que de llevar teclados en lugar de guitarras y voces limpias en lugar de guturales podrían haber sido editadas por Depeche Mode o Soft Cell hace treinta y tantos años. La primera, a su vez, vuelve a recordar mucho a Ghost, especialmente por las inteligentes progresiones de acordes de los guitarras y por el enfoque pop a la composición, aunque las voces guturales de Johannes Anderson y las afinaciones malévolas puedan engañar a simple vista.

A la hora de crear ambientaciones, Tribulation son absolutos maestros. El interludio de “Purgatorio” es tan oscuro y asfixiante que solo puede ser seguido por un opuesto total como “Cries from the Underworld”, hímnico en sus primeros compases y denso y brutal en su desarrollo. Junto con el muro de sonido de “Lacrimosa” conforman la parte más brutal de un disco al que cuesta dejar de lado. Por su parte, la pseudo-psicodélica “The World” (que parece “The Final Countdown” cuando entran los teclados) es una pequeña obra de arte a la hora de generar contrastes. Posiblemente, la única canción que podría ser considerada de relleno es “Here Be Dragons”, con la que cierran el disco. Digo podría porque, al final, incluso de ella se pueden sacar elementos que te mantienen pegado al disco hasta que finaliza por completo. El machacante tramo central desemboca en un solo tan grande como la vida misma. Así que no, no hay relleno. Y decir eso de un disco en el año 2018 es casi extraño.

Mención aparte merece la portada del trabajo, aparentemente simple pero capaz de transmitir casi tanta inquietud como cualquiera de las canciones del disco. La poderosa imagen de la bestia acechando ante un cielo rojo intenso y la cara femenina oculta entre los colores es una de esas que en vinilo ganan mucho más.

Tribulation son la gran banda sueca que está por terminar de estallar. Si podéis verles con Arch Enemy en este mes de enero, no dejéis pasar la ocasión. En unos años, ya no serán simples teloneros de nadie.

Grupo:Tribulation

Discográfica:Century Media

Puntuación:9

Canciones:

  1. The Lament
  2. Nightbound
  3. Lady Death
  4. Subterranea
  5. Purgatorio
  6. Cries From the Underworld
  7. Lacrimosa
  8. The World
  9. Here Be Dragons

Año:2018-01-26

Votación de los lectores:5