Killswitch Engage: Disarm the Descent

Tengo que reconocer que tengo una espinita clavada con KILLSWITCH ENGAGE desde hace más de diez años. Conocí a la banda de rebote con su debut homónimo de la forma típica, “escúchate a estos tíos, que te van a molar”, y lo hicieron a medias. Después, con ‘Alive or Just Breathing’ ya era otra cosa, sobre todo a nivel de producción, y se convirtieron en punta de lanza de un metalcore que después se fue desvirtuando; aquel disco me encantó. Anunciaron una gira por Europa como parte del Roadrage Tour junto a FIVE POINTE 0 y 36 CRAZYFISTS… pero vendrían con otro cantante. Jesse Leach dejó la banda poco después de sacar el álbum por problemas personales. En el momento me fastidió tanto, que disfruté más de los otros dos grupos, yo quería ver al cantante que había grabado el disco.

Rectificar es de sabios, y Howard Jones aupó más a la banda con ‘The End of Heartache’, con unas partes melódicas mucho mejores que su antecesor. Yo, mientras tanto, seguía disfrutando de Leach con su vena más light en SEEMLESS. ‘As Daylight Dies’ ahondaba en las estructuras que venían practicando, pero se apreciaba que el grupo no salía de unos patrones determinados. Y con ‘Killswitch Engage’ (segundo disco homónimo de su carrera) se podría decir que tocaron fondo: repetitivos hasta la saciedad, necesitaban un soplo de aire fresco. Los de Massachusetts entraron en un periodo de letargo en el que algunos de ellos se buscaron proyectos en los que ocupar su tiempo. Adam Dutkiewicz (y Joel Stroetzel) se unían a su antiguo compañero, Jesse (que estaba metido en otra nueva banda, THE EMPIRE SHALL FALL), ya sin problemas en sus cuerdas vocales, para grabar ‘The Hymn of a Broken Man’, el debut de TIMES OF GRACE. ¿El soplo de aire fresco que necesitaban? Pronto saltaron rumores sobre una posible reunión en KSE aunque no pasaron de eso: rumores.

Pero en enero de 2012 llegó la noticia: Howard Jones dejaba el grupo por problemas de salud y haber perdido la ilusión. Se anunciaron audiciones en busca de un nuevo vocalista, pero todo estaba cantado. La vuelta del hijo pródigo se producía diez años después, y lo hizo por la puerta grande. No voy a mentir, la banda sigue anclada en sus ideales a la hora de componer, pero de lejos han mejorado sus últimas obras. Lo empezaron a demostrar desde ‘In Due Time’ (primero como tema de adelanto, después como videosingle). Voces rasgadas que encontraban su contrapunto en las melódicas, cambios de ritmo, riffs cortantes… y ante todo, buen humor en su imagen; la misma que han intentado transmitir siempre. No hay más que ver sus fotos de promo en medio de la naturaleza; y es que lo de ir de tipos duros no va con KSE. También tengo que decir que de cara a sus conciertos es algo que en alguna ocasión ha llegado a cansarme. ‘New Awakening’ mantenía el nivel, con gran labor en las partes de guitarra, aunque no dejaba de ser un tipo de composición ultramachacada en los últimos años.

Con el disco entero, las buenas maneras se confirman. ‘The Hell In Me’ tiene un inicio atropellado y caótico que pronto deja paso a melodías (sobre todo de voz) en un tema que lleva la seña de identidad de la banda. ‘Beyond The Flames’ ahonda en ese lado melódico pero con un mayor énfasis en la velocidad; se nota el gusto de los músicos por el death melódico de los 90. Tras los dos temas de adelanto mencionados, más madera con una potente ‘A Tribute to the Fallen’; sólo ella y ‘Always’, más oscura, densa y lenta (incluso recuerda en parte a SEEMLESS, es lo más tranquilo que haya hecho nunca el grupo) cerca del final, superan los cuatro minutos, dando una idea del trabajo directo que ha querido crear KSE. En lo demás, caña con una machacona ‘The Turning Point’, dos trallazos enormes tirando a lo extremo, ‘The Call’ y ‘All That We Have’ (de lo mejor que han hecho en años), otro par más típicos, ‘No End In Sight’ y ‘You Don't Bleed For Me’ (la segunda de nuevo con gran importancia de partes limpias), y un final marcado por ‘Time Will Not Remain’, donde de nuevo vuelven a mostrar sus cartas a la hora de hacer cambios de ritmo y jugar con las partes cañeras y la melodía. ¿Lo mejor que han hecho desde ‘The End Of Heartache’? Posiblemente, sobre todo como concepto global y no canciones sueltas. Y sin que se haga eterno escucharlo.

Sus ediciones especiales llevan un par de temas extras, y unas pocas canciones en directo, intentando recoger todas sus épocas, pero interpretadas con Jesse hace poco menos de un año. Esperando que anuncien fechas por aquí, sigo pensando en quitarme la espina que citaba al principio, y más a la hora de ver cómo defiende Leach no sólo los temas nuevos, sino los suyos propios antiguos, y los más trabajados vocalmente de Howard Jones; no es lo mismo ver vídeos de sus actuaciones que hacerlo en vivo. Y ya si deciden recuperar ‘Just Barely Breathing’, el que sigo pensando que es el mejor tema que han hecho nunca, rozarían la perfección.