Corruption: Devil’s Share

Este “Devil’s Share” destila buen rollo, diversión pero también muestra a un combo talentoso con las ideas más que claras. Stoner melódico, aromas del desierto, instrumentos folk, blues y rock tradicional. Una apuesta arriesgada que puede recordar en diferentes temas a Black Label Society, Pendejo!, Black Crowes, algo de Kyuss y similares.

Llevo tiempo diciendo que Polonia es una de las grandes tapadas en cuanto a bandas de heavy metal. Hay una buena y floreciente escena en el Este, y eso se nota con el elevado número de metalheads y garitos metal que uno puede encontrar por las calles de Varsovia, Katowice o Cracovia. Parece que el sello Metal Mind nos ha cogido cariño y puntualmente nos envía su material. Estos Corruption son otra buena muestra de que allí están a la altura de lo que se cuece en el Oeste del Viejo Continente. Este “Devil’s Share” destila buen rollo, diversión pero también muestra a un combo talentoso con las ideas más que claras. Stoner melódico, aromas del desierto, instrumentos folk, blues y rock tradicional. Una apuesta arriesgada que puede recordar en diferentes temas a Black Label Society, Pendejo!, Black Crowes, algo de Kyuss y similares.

La cosa tiene mérito pues el disco suena bien y entra a la primera. “Hang’n’Over” es un single casi perfecto con banjo incluido. Densidad de sonido pero con un estribillo de manual y muy buen rollo. Dani Lechmanski es todo un frontman a lo Zakk Wylde de quien, por cierto, rinden un homenaje curioso. Una broma de poca gracia pero que es todo un detalle. La clásica versión del “Born to Be Wild” de Steppenwolf rebautizada como “Born to Be Zakk Wylde (y con homenaje a Dio incluido). Posiblemente lo más intrascendente del álbum. Y eso que hay material de lo más atractivo como “This Is the Day” o “Story of Things that Shouldn’t Not Be”. Riffs pétreos deudores de la escuela Black Sabbath, pero puestos al día, con buen humor y con muy buenas ideas compositivas. Manda el Groove en todos los temas y la influencia de los cuervos negros sale del armario en “Traveller Blues”. Un corte que rompe un poco y sorprende. Densidad marca de la casa con una armónica juguetona que desemboca en estuario en un final a tope donde luce el músculo de la base rítmica.

La producción cruda y descarnada funciona a la perfección con cortes como “Grime Whorehouse”. Atención a la instrumental “Trespassteller”, puro sabor del desierto con acústicas y maracas que vuelve a ser un soplo de aire fresco para el disco. “Inspire” es uno de los cortes estelares del disco con ese riffeado acompañando a la intrincada base rítmica y un gran solo de Rutkos Rutkowski. En “Regression” hay unos juegos de voces que parecen haber sido tomados prestados de Alice in Chains. Otra buena demostración de que hay una base, pero ningún límite en cuanto a estilo. Siguen repartiendo cera en “Betty Perd” y cierran con “Moment of Truth”; una progresión muy trabajada que se acerca a los nueve minutos.

Corruption demuestra un estado de gracia asombroso demostrando que saben a lo que juegan, siendo capaces de pasarle la mano por la cara a muchísimas bandas consagradas con estilo similar. Frescura, buenas ideas y un stoner muy abierto de mente, con mucho colorido y buen humor. Son piezas que piden a gritos ser llevadas al directo y lo mejor de todo es que si son capaces de tocar por toda Europa van a contar a los asistentes por fans. Melodías pegadizas, mucho feeling pero también densidad y actitud. Polonia pide paso… y razones no les faltan.