Tabu: Destino

Una banda muy buena, cargada de buenas melodías y con el guiño a tiempos pasados del hard rock ahora que todo suena tan igual, tan procesado y tan impersonal.

Tabu son una banda barcelonesa formada en el año 2006 por el vocalista David Garcia y el batería Jose Ángel Sanchez. Con dos discos a sus espaldas (“Ven a mi” y “Romper con Todo”) la banda ha ido haciéndose un nombre en la escena local y estatal como un valor a tener en cuenta en el campo del hard rock melódico. Es notorio que Sangre Azul son una influencia muy clara en el sonido de la banda. Tienen más de hard europeo que americano, con composiciones cuidadas, teclados y coros bien jugados, muy en la linea de los madrileños. Son hijos de aquella época y sus miembros tienen una trayectoria de varios lustros en la escena, aunque no ha sido hasta Tabu que han comenzado a despuntar a nivel más extenso. Y dado que Sangre Azul siguen siendo la única formación de los 80 que decide mantener íntegro el recuerdo y no reunirse (hasta que un día Marcos Rubio del Leyendas del Rock los convenza, como hace con todos), Tabu son lo más cercanos que tenemos al recuerdo de aquel sonido y aquellos años.

“Destino” es un disco grabado en los Divertimento Studios, con la mano experimentada de David Palau al cargo de los controles. No se me ocurre una persona más indicada para sacar el brillo a los temas de Tabu y el resultado final es poco menos que espectacular. Desde el estribillo de “Nada” hasta la balada a lo “Bed of Roses” que es “Contigo Estaré” pasando por el hard macarra de “Tan Solo”, no hay desperdicio en este disco. Como mucho, se puede decir que cuatro baladas son quizá excesivas, pero tienen una calidad más que suficiente.

Individualmente, el trabajo del guitarrista Jordi Gorchs es remarcable, especialmente en el sonido old-school que saca de su guitarra. Así mismo, la voz rasgada pero sensiblona de David Garcia tiene personalidad y funciona bien en el rango medio en el que se mueve en estas canciones, sin estridencias innecesarias. El trabajo de batería de José Ángel Sánchez y el del bajo de Alfred Morón es destacable también por su simplismo necesario, dejando que brille lo demás.

Una banda muy buena, cargada de buenas melodías y con el guiño a tiempos pasados del hard rock ahora que todo suena tan igual, tan procesado y tan impersonal.