Taifa: Despertando el Silencio

Desde que en 1997 TAIFA hicieran acto de aparición en la escena rockera y editaran un par de años después su primer disco “Más Allá del Sur”, la banda ha trabajado duro estableciéndose en una franja estilística que a menudo se ignora desde la mayoría de medios del género. TAIFA son, ni más ni menos, los dignos herederos del movimiento progresivo andaluz de los años 70, donde bandas como TRIANA, AZAHARA, GONG, SMASH o MEDINA AZAHARA protagonizaron una escena que fusionó exitosamente los elementos del rock anglosajón de la época con las raíces folclóricas andaluzas y los elementos arábigos. Aunque en años recientes parece haberse revigorizado la escena (gracias a bandas como TAIFA, el éxito continuado de los propios MEDINA AZAHARA o los grandes ARÁBIGA) la realidad es que sigue tratándose de un movimiento de presencia marginal, quizá por la propia vergüenza que el país siente por muchos de los elementos de su folclore más popular (de manera bastante injustificada, me permito añadir).

TAIFA, por ejemplo, tienen mejor consideración en Marruecos que en España. Han encabezado festivales como el Al-Lama o el Metalkesh en varias ocasiones y España parece que va abriéndoles paso de una vez por todas. Discos como “Alhambra” del 2008 les abrieron puertas y parece que el público rockero comenzó a darse cuenta de que la banda ofrece una propuesta fresca, o al menos, no trillada. Seamos sinceros: entra mejor el amasijo de melodías étnico-rockeras de estos tipos que otra ración de power metal o de copias de copias del death melódico de IN FLAMES y AT THE GATES.

Los tonos agudos del bajista y vocalista Luis Massot casan perfectamente con las instrumentaciones de la orquesta Abnae Ziryab de Tánger o del grupo Guya Abdessalam Bouzkeri, ambos colaboradores en distintas canciones del disco. El registro de Massot es impactante, especialmente cuando roza el ultrasonido en el tema título. Los solos enrevesados y de melodías arábigas de Víctor Arco son pequeñas obras de arte, especialmente en canciones como “Todo Mi Existir”. La banda juega mucho con los cambios de tiempo y las rupturas bruscas de tema, como también sucede en “Todo Mi Existir”, donde se arrancan con un pasaje de flamenco puro, con guitarra española y palmas, a media canción.

“Falsa Realidad” es otro ejemplo de cómo integrar el flamenco y el cante en el contexto de un grupo de rock duro. Sobrecogen los contrastes entre la voz de Massot y el riff violento de Arco. Igualmente en “Persiguiendo una Mentira” se observa en el redoble inicial el sonido de caja de Antonio Medina, otra de las grandes bazas sónicas de éste disco. Contenida y seca, se aleja del sonido de caja habitual de los bateristas de rock duro, sin copar el sonido y cediendo el protagonismo a sus bombos, que empujan con decisión a la guitarra y el bajo de sus dos compañeros.

Otra sorpresa es la oscura “Nana de Plata”, un tema nocturno, que arrastra los versos y evoca imágenes de una travesía por el desierto con la luna como única acompañante. Canción tras canción, TAIFA demuestran que la variedad estilística es su fuerte. Dominan el rock, el flamenco, el metal, lo sinfónico-progresivo y la música étnica con soltura. Solo así podían sacarse de la manga un disco como “Despertando el Silencio”. Ahora falta que la ignorancia no supere a la curiosidad y TAIFA reciban la atención merecida.