La joven banda alemana conjura en su nuevo álbum una mezcla de estilos ya familiar dentro del metal extremo, con mucha influencia del punk, crust e incluso grindcore por momentos. El que ya es su cuarto trabajo de estudio es su obra más melódica hasta la fecha.

Al uso, Deathrite son una banda de death metal con un sonido muy cercano al de los pioneros y clásicos del género con el plus de dar cabida a sonidos más rápidos y extremos como el grindcore, pero con ese regustillo moderno que no los convierte en un tributo nostálgico sin más. Homogeneizando sus intenciones y sonidos podríamos casi sentenciar que se han quedado en un intermedio entre el crust punk y el death, con algunas texturas que observadas a lo lejos y yendo con lupa podrían llegar a sonar familiares incluso a los fans de los discos más punk de Darkthrone.

Crudeza y tradición con poca chicha

Los poco más de 40 minutos que dura la última obra de Deathrite («Nightmares Reign») no tienen muchos momentos álgidos, rápidos ni demasiado destacables con respecto a otros trabajos. Buena música, sucia, cruda y punzante que, al menos personalmente, me transporta directo a gente como Wolfbrigade, Martyrdöd, Wolfpack e incluso Disfear o Black Breath. Hay muchísimas similitudes entre ellos y estas bandas. Tantas que quizás si eres fan de alguna de ellas no te vayas a topar con algo demasiado atractivo.

La idea principal de «Nightmares Reign» es buena, pero la ejecución y producto final es raro que te agarre. Desde mi punto de vista, el sonido y la producción es bastante buena, el sonido del bajo con las guitarras está muy bien compensado. La crudeza y aspereza son dos recurrentes atractivos del LP y de su estilo desde que comenzaron.

Minutaje excesivo por momentos

En las tres entregas musicales del grupo previas a este álbum la duración era mucho más escueta y todo más rápido, agresivo y comprimido. «Revelation Of Chaos» (2015), tenía un gusto que ahora no se encuentra más que anecdóticamente, aún con temas más largos que darían cabida a insertar más elementos. Aun así, la presencia de las seis cuerdas en cuanto a solos y melodías sí que se aprecia mucho más.

Son bastante fans de la música extrema y se nota, además han girado con gente ya veterana como Napalm Death y Looking For Answer sin desmarcarse del rollo. Los podríamos considerar como un grupo de death metal elevado a la potencia del grind, a no ser que a partir de ahora tomen un nuevo camino como siguiente paso a este disco.

Pequeños detalles que salvan

Así como ya he hablado de la planicie en la que se han acomodado con este nuevo lanzamiento, hay cosas interesantes para rescatar. Pequeños entresijos que se basan en cambios de ritmo, riffs sonoros y melodías que resultan atractivas durante momentos puntuales.

Hay bastantes bajadas y subidas de marcha que son interesantes en canciones como «Appetite For Murder», que consta de un pasaje muy melódico a mitad de canción que culmina con unas guitarras al más puro estilo death/black apoyadas por baterías rápidas y punk y una voz gutural con tonos agudos. Pasa algo similar con «Invoke Nocturnal Light», que comienza tranquila pero rompe de una forma muy parecida a su precursora, con la diferencia de rematar con un solo que podría escucharse en casi cualquier álbum de metal (no entiendo mucho de afinaciones, pero creo que daría el pego).

«Demon Soul» también termina con un solo que se disipa y desaparece conforme termina. Es la segunda canción más larga del disco, aunque también la más monótona. La batería es demasiado constante y simplona, llegando a resultar latosa. Con un minutaje más escueto seguro que se podría disfrutar más.

Pienso que no es necesario detenerse y hacer un «track-by-track» del disco, al menos en este caso. Recalcar esa uniformidad que reina en todo momento viéndose interrumpida por algún arreglo llamativo y ese par de canciones demasiado extensas que no acaban de entrar, como es el caso de la ya mencionada «Demon Soul» y «Tempation Calls», la cual cierra con 9 redundantes minutos.

¿Lo mejor? «Invoke Nocturnal Light», «Devil’s Poison» y «Bloodlust», que si no fuese por tener a «Demon Soul» de por medio irían seguidas. Arañando un poco también hay cosas molonas en los últimos suspiros, destacando el protagonismo de las dos guitarras en el minuto 5 de «Temptation Calls». Ponen la guinda al pastel muy bien, hasta parece que estemos escuchando un disco de heavy metal clásico en esos últimos instantes.

Un par de escuchas entran bien y no te desagradarán para nada si te gusta el estilo o si por el contrario esto es nuevo para ti, ya que te puede abrir puertas a otros grupos. Eso sí, si eres perro viejo en la materia y seguidor del combo crust/punk + death metal es probable que no vayas a encontrar oro, porque ya hay muchas cosas parecidas y mejores en el mundillo.

De una cosa estoy seguro, y es que la mezcla de unas cuantas canciones de este lanzamiento con otras tantas de sus anteriores y más duros y rabiosos álbumes resultarán en un repertorio muy interesante y más variado en directo (donde se defienden muy bien, según se comenta). Con el tiempo este álbum puede ser una reliquia en su discografía, los años dirán. Las canciones son disfrutables de forma individual a pesar de seguir un concepto, pero son muy similares al escuchar todo al completo.

Si no se produce ninguna ruptura o separación, es posible que estos chicos tengan música para rato, y todavía pueden producir cosas muy buenas si maduran su estilo y lo hacen propio. Son jóvenes y aún tienen cosas que decir. O eso parece.

Jaime Tomé

Grupo:Deathrite

Discográfica:Century Media

Puntuación:7

Canciones:

  1. When Nightmares Reign
  2. Appetite For Murder
  3. Invoke Nocturnal Light
  4. Demon Soul
  5. Devils Poison
  6. Bloodlust
  7. Obscure Shades
  8. Temptation Calls

Año:2018-11-09

Votación de los lectores:5