Iron Maiden: Death On The Road
Desde que Bruce Dickinson volvió a IRON MAIDEN, la banda ha editado dos recopilatorios
(“Ed Hunter” y “Edward The Great”), dos discos de estudio (“Brave New World”
y “Dance Of Death”), dos discos en directo (“Rock In Rio” y este “Death On The
Road”), tres DVD’s (“Early Days”, “Rock In Rio” y el DVD de “Death On the Road”)
y además se ha reeditado el catálogo de antiguos discos varias veces en distintos
formatos. Como añadido la banda ha realizado tres giras de grandes exitos (1999,
2003 y 2005), y dos giras presentando nuevo disco (2000 y 2003). ¿Ústedes saben
la cantidad de dinero que Steve Harris debe tener ahora mismo en su cuenta corriente?
Ni se lo imaginan!
La motivación que puede existir para editar éste “Death On the Road” no es
otra que la económica, no nos engañemos. Eso no le resta valor, claro. De hecho,
los fans de IRON MAIDEN disfrutan como enanos pudiendo escuchar un directo de
cada gira, para poder recordar como fue el concierto al que asistieron, o al
menos una representación del mismo sin demasiados cambios. Obviamente, si MAIDEN
venden 300.000 copias en toda Europa de éste disco, ya está más que bien. Y
probablemente venderán más pues Europa es territorio abonado para fans de la
doncella.
El periodo que va de 1999 a éste 2005 es el periodo que ha visto el mayor cambio
en el status de IRON MAIDEN. Pasaron de ser una gran banda a ser una banda mediocre
con un vocalista incapaz, para más tarde volverse auténticos mitos del mundo
del rock y conseguir finalmente el status de leyendas. Desde que Dickinson volvió
a la banda, IRON MAIDEN han escalado nuevas montañas y han sabido conseguir
a miles y miles de nuevos fans que, como los que compraron “The number Of The
Beast” en 1982, descubren a IRON MAIDEN en sus años de pubertad y no los sueltan
hasta mucho después. Mientras que el caso de bandas como MANOWAR es más pasajero
y uno no puede compaginar tener 35 años, dos hijos, una mujer, un perro y carnet
de afiliado al PSOE con escuchar “Hail And Kill” y salir indemne mentalmente,
si que es posible hacerlo con IRON MAIDEN. MAIDEN no representan las urgencias
de reafirmación juveniles de bandas como MANOWAR. Dickinson es piloto de aviones.
El resto de la banda vive bien y solo se disfrazan de heavies para subir a escena.
Está hasta casi bien visto ser fan de IRON MAIDEN pasados los 19 años, algo
que no sucede con MANOWAR (y disculpenme los fans de la banda, pero es la referencia
más metalico-infantiloide que me viene a la cabeza en éste momento).
IRON MAIDEN son hombres de negocios. Y como hombres de negocios, este disco
en directo es una buena jugada. Recién acabada su gira europea y americana –pese
a los huevazos- escasos días después de retornar de USA, sale a la venta este
disco en directo de manera que mientras están descansando en su casa del Reino
Unido, sus cuentas corrientes siguen creciendo de manera casi exponencial. Quien
crea que Steve Harris concibe este disco pensando “ay, que bien, así los fans
tendrán un recuerdo de la última gira” es que no vive en el mundo terrenal y
debe estar absorto en alguna clase de mundo paralelo e ideal que hasta a Platón
se le debía escapar de las manos.
La gira de “Dance Of Death” fue, sin duda, la más teatral de MAIDEN. Pese a
la ausencia de pirotécnia, la concepción escenica y el trabajo como actor ocasional
de Bruce Dickinson sirvieron para darle un toque más dramático a las presentaciones
del disco por toda Europa. Concretamente en Dortmund, Alemania, IRON MAIDEN
decidieron grabar el concierto a la vez que este era registrado también por
una televisión para su posterior emisión –al estilo de “Rock In Rio”. El resultado
son dos CD’s y un DVD (que aun no hemos visto) que recogen lo que decenas de
miles de fans europeos vieron durante las fechas de la banda a lo largo y ancho
de todo el continente. Un inicio del concierto realmente trepidante donde “Wildest
Dreams” da el pistoletazo de salida como “The Wickerman” ya hiciera en “Rock
In Rio”. Es curioso que IRON MAIDEN siempre apuesten por temas del nuevo disco
para abrir sus giras y si uno se fija es una constante en toda la historia de
la banda (“Moonchild”, “Be Quick Or Be Dead”, “Man On The Edge”, “Aces High”,
“Futureal”, etc…). Para contraarrestar, siempre tienen preparado el clásico
de marras para captar a los más viejos lugar desde el inicio del concierto.
En este caso “Warthchild” y “The Trooper” cumplen con esa función, pese a que
“Can I Play with Madness?” –largamente olvidada- se entromete entre ambas.
El repaso a la última época de la banda comienza con la larga y evolutiva “Dance
Of Death” y la melódica “Rainmaker”. MAIDEN son conscientes de que a cada disco
que sacan aparecen fans más jovenes que recuerdan ese disco de la época como
mi padre recordaría el “Number Of The Beast”: con nostalgia. Conscientes de
ello, no tardan en descargar un “Brave New world” que, a juzgar por la reacción
del público, es uno de los más esperados de la noche. Siguen promocionando el
nuevo disco de entonces con “Paschendale” y sus diez minutos de genialidad épica.
Por si las moscas, nunca mejor dicho, no está mal recordar un poco la época
de Blaze Bailey y de eso se encargan con “Lord Of the Flies”, tras ocho años
de no aparecer en sus sets de directo. El tema del “The X Factor” cierra el
primer CD.
El segundo volumen de éste directo da comienzo con la reiterativa “No More
Lies”, un tema que finalmente se acaba apreciando pese a su pesadez inicial.
Ni punto de comparación, claro está, con el trio compuesto por “Hallowed Be
Thy Name”, “Fear Of The Dark” e “Iron Maiden” que aparece después. El respetable
estalla en vítores y aplausos para la banda después de cada tema demostrando
que, evidentemente, lo clásico es lo que más tira. Para romper un poquito los
esquemas, la banda vuelve a escena con acústicas e interpreta “The Journeyman”
como ya hicieron en todos los conciertos de la gira del disco. Y realmente es
una gozada recordar a la banda toalla al cuello, con Dickinson con un café en
la mano, cantando un tema genial como pocos en una fria noche de otoño de Badalona.
Si alguien quería clásicos, el disco finaliza con “The Number Of the Beast”
y “Run To The Hills”, en las que IRON MAIDEN terminan de vaciar el cargador
en pro de una catarsis total por parte del público. Ciertamente, y aunque sea
exactamente lo mismo, el DVD deberá estar bastante bien. Si uno es fan de MAIDEN
y no le sabe mal que Nicko siga teniendo un Jaguar o que Steve Harris desayune
caviar del caro en vez de Bollicaos, que corra a comprar éste disco. Será un
bonito recuerdo de una bonita gira.
Sergi Ramos
Grupo:Iron Maiden
Discográfica:EMI Music
Puntuación:8.5
Canciones:
CD1
- Wildest Dreams
- Wrathchild
- Can I Play with Madness
- The Trooper
- Dance Of Death
- Rainmaker
- Brave New World
- Paschendale
- Lord Of The Flies
CD2
Año:2005
Votación de los lectores:7.03571
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