Threshold: Dead Reckoning

Preguntaba un lector ávido de información en la reseña de “Replica”, disco de rarezas y nuevas versiones de temas ya escritos con publicación exclusiva para los fans de THRESHOLD, que su teclista Richard West en un acto generoso me envió a través de correo aéreo, cuál era el estilo practicado por esta banda británica. Iluso de mí, daba por sentado que, aunque las palabras metal o progresivo no aparecieran en ninguna de las líneas, a estas alturas de la historia cualquiera conocería por lo menos de oídas a THRESHOLD, y que rápidamente los identificaría como una formación de metal progresivo, sí, pero de esas que destinan toda su técnica, interpretación, composición e inspiración a lo que entendemos por una buena canción. Ese es su único fin; sin alardes innecesarios, sin rodeos rimbombantes y sin florituras fuera de lugar. Claro que, aunque para servidor THRESHOLD sea una banda imprescindible, por el bagaje y experiencia que tienen tras de si, no tiene porqué ser del agrado y conocimiento del gran montante. Imagino que esto ocurrirá de forma personalizada con infinidad de grupos. Lo dicho; iluso de mí…

Pero parece ser que la suerte, más que merecida, les ha sonreído a los británicos. Después de 14 años desde que publicaran su debut “Wounded Land”, THRESHOLD anuncia su fichaje por la todopoderosa Nuclear Blast. No se porqué, pero me da la sensación de que la discográfica alemana pretende repetir jugada al igual que lo hicieran con GOTTHARD, pero esta vez en el campo progresivo. No hay nada de malo en ello, todo lo contrario, a partir de ahora THRESHOLD gozarán del empuje que necesitan y de la promoción que una obra como este “Dead Reckoning” se merece.  

Si ya conocías a esta banda y has tenido el placer de degustar y saborear cada minuto de calidad plasmada en sus anteriores “Critical Mass” y “Subsurface”, solo queda añadir que en esta ocasión, el sexteto, aunque pueda parecer difícil, han logrado superarse. Siguen THRESHOLD poniendo en una balanza todas sus influencias, (dígase GENESIS, QUEEN, o TESTAMENT) para equilibrarlas, darle forma y, plas, plas, sacar un sonido propio y personal. Tan identificable es su sonido, que en el primer riff de su corte de apertura “Slipstream”, ejecutado con una rabia desmesurada, ya sabes quiénes son con nombres y apellidos. Añaden voces guturales interpretadas por el gran Dan Swano, con lo ponen más intensidad si cabe a su faceta más cruda. Además, aderezan dicho corte con un soberbio trabajo de guitarras y un estribillo de lo más pegadizo. Con “This Is Your Life” continúan pisando acelerador y regocijándose en otro estribillo con grandes dosis de pegamento mental, destacando un Mac sublime en la interpretación de sus correspondientes líneas vocales. “Elusive” (los gruñidos de Swano aunque de forma más comedida, vuelven a aparecer) saca a lucir un sonido genuino por parte de las guitarras, donde comparte protagonismo con unos teclados que acolchan en gran medida ese abanico de ritmos que reposan en un estribillo envolvente dentro de un marco épico de armoniosos coros.  Posiblemente sea “Hollow” el tema que representa la faceta más melancólica de THRESHOLD. Mac, en sus encomiable ejecución a lo largo ya ancho de este trabajo, es capaz de prestar sus cuerdas vocales a la sutileza y acto seguido romper con la rudeza que su característica voz posee. De nuevo, y es algo que se repite una y otra vez, el trasfondo de guitarras en total equilibrio con los teclados consiguen un resultado sublime.

Con “Pilot In The Sky Of Dreams” firman THRESHOLD otro corte característico de su colección. Al estilo de “The Art Of Reason” o de su clásico “Paradox”, recogen en este tema todas sus cualidades que explotan a un nivel sencillamente excelente. Desde unas líneas vocales relajadas acompañadas por unos cuidados coros, pasando por otro estribillo memorable, hasta unos solos de guitarras en los que Karl Groom se encuentra más inspirado que nunca. Es “Pilot In The Sky Of Dreams” realmente magnífica. Formidable. Y muy completa. Insisto en su grandeza, de hecho, tras saborearla durante numerosas escuchas, llego a comprender porqué llegó a ser de primera mano el título de este octavo trabajo. Pero no queda aquí el poderío de la banda. En “Fighting For Breath” juegan con varios efectos y se permiten el lujo de experimentar sin perder su propia personalidad, y además, incluir en su tramo final otro solo de guitarra capaz de emocionarte con una facilidad pasmosa. Es “Disappear” otro tema a destacar al igual que… ¡todos los que en este disco se incluyen! Su melodía vocal es francamente adictiva, y esas notas de teclados lanzadas con gran agudeza, terminan por redondear un sobresaliente resultado. De ritmo medio, y levantando el vuelo poco a poco, nos topamos con “Safe To Fly”. Todas las bondades expuestas a lo largo de las anteriores líneas sirven para respaldar las gratas sensaciones que logran transmitir en esta pista. Al igual que en “One Degree Down”, otro de los temas de largo metraje, que no por ser el último, desmerece la más mínima atención. Llegados a este punto, uno se pregunta de dónde sacan tanta inspiración para plasmar tanta genialidad condensada en cada canción. Ponen el broche de oro en este último corte  mostrándose furiosos por partes, técnicos sin llegar a saturar en otras y melódicos en su mayoría. Creo que ha quedado bastante claro que “Dead Reckoning” es un trabajo de obligada adquisición. No sólo para los eruditos de la materia, si no para todo aquel que busca calidad, elegancia y buen hacer en un disco de principio a fin. 

No es por ser redundante, pero hacía mucho tiempo que un nuevo lanzamiento no me enganchaba tanto. En un mundo donde las discográficas suelen preocuparse más de la cantidad que de la calidad, sería más que justo apreciar la majestuosidad de THRESHOLD. Ya esta bien que sean unos los que carden la lana, y otros los que se lleven la fama. Y ya que nos metemos en harina, recomiendo indagar en su fondo de catálogo, en el que podemos hallar alguna que otra gema de incalculable valor. Esperemos que “Dead Reckoning”, que aunque parezca mentira, será su carta de presentación para la gran mayoría, les sitúe en el lugar que les corresponde. En primera línea.