Nickelback: Dark Horse

La línea que delimita los calificativos de predecible, monótono y aburrido a veces es muy delgada. Y NICKELBACK están metidos en medio de todos esos adjetivos. Un grupo, por predecible que se vuelva, puede seguir sacando discos con mayor o menor gloria, a pesar de poco a poco ir cayendo en el olvido, pero con un mínimo de calidad. Si no la hay, se puede caer en la monotonía, y llevar al aburrimiento, y ahora mismo la línea que están llevando es del todo menos ascendente.

Poco me importan las cifras en este caso, habiendo vendido en dos meses más de millón y medio de discos, y llegando al segundo puesto del Billboard americano. Porque igual que hay grupos que sacan trabajos por inercia y sin mucho esmero, hay fans y demandantes de nuevo material que actúan de igual manera. Desde el éxito de «Silver Side Up», dos discos más de estudio, el último hace cerca de cuatro años, «All The Right Seasons», parecían ir saciando la necesidad de nuevas composiciones. Pero en ese medio tiempo, que si dvd en directo, que si colección de videos, re-ediciones y más re-ediciones… No parecía que la maquina de composición estuviera demasiado afinada, pero aún así, una nueva obra tenemos entre manos.

Las estructuras de los temas que tan buen resultado dieron en el pasado, las han ido repitiendo en siguientes entregas, y en «Dark Horse» no iba a ser una excepción. Quizá sean suposiciones mías, y prejuicios al respecto, pero el disco que colocó al grupo a la vista de todos y los hizo millonarios sigue pesando mucho. Además de que uno tiene la sensación durante buena parte del disco de estar escuchando algo familiar; y está bien que un grupo determine su sonido, a veces que incluso lo encasille, pero… llegar a los límites de sonar demasiado parecido, hace que la línea a la que hacía mención, se acerque peligrosamente al aburrimiento, porque ¿quién va a querer escuchar un disco nuevo si no presenta nada que no haya escuchado antes?

«Never Again», «How You Remind Me», «Too Bad»… son tres de sus mayores éxitos, y son tres referentes que uno tiene la sensación de estar escuchando muchas veces inconscientemente al ponerse este álbum. Incluso la misma estructura del propio disco: que si empezar con un tema roquerillo y pegadizo como ‘Something in your mouth’, incluir medios tiempos como ‘Gotta be somebody’ o ‘Today was your last day’, una baladita moña, véase ‘I»d come for you’, e incluso dejando espacio para la caña en ‘Next go round’… pero de manera demasiado calculada, repetitiva con respecto al pasado, y en definitiva, sin presentar nada nuevo, no llegan a la calidad de antaño. Que ya uno se pregunta si la tuvieron, o todo fue fruto de una campaña de promoción exagerada. Pesados, aburridos y predecibles, demasiado predecibles.