No pretendo dar un veredicto acerca de si el nuevo disco de IRON MAIDEN es
bueno, malo o es más de lo mismo. Con una banda tan grande como los británicos,
la división de opiniones probablemente va a ser demasiado grande, y por tanto,
esta crítica no pretende situarse ni a un lado ni a otro. IRON MAIDEN son una
de las grandes bandas –probablemente la mas grande y reconocida-del Heavy Metal,
y hagan lo que hagan, va a ser escrutinizado hasta cotas enfermizas.

“Dance Of Death” es un disco arriesgado. En este punto de su carrera, MAIDEN
hacen lo que les place, y de tanto en tanto, sueltan un fraseo de guitarra de
aquellos tan reconocibles, o un solo doblado que conecte con el pasado. Porque,
realmente ¿se parece en algo este disco a “Powerslave”, “Piece Of Mind” o “The
Number Of The Beast”? La respuesta sincera es “no”. Aquellos discos eran productos
de una era concreta, de un metodo de trabajo concreto y de unos individuos con
auténtica hambre de éxito que a duras penas llegaban a los 30 años de edad.
En el año 2003, MAIDEN son una autentica institución, respetados, homenajeados,
aplaudidos y pese a que algunos digan lo contrario, amados por toda la comunidad
Heavy. ¿Quién no descubrió el Heavy Metal con una cinta del ‘Fear Of The Dark’
que le pasó su primo? ¿Quién no se ha comprado alguna camiseta con Eddie impreso?
La influencia de IRON MAIDEN en el Heavy Metal es indiscutible, y su vigencia
en el nuevo milenio, impepinable. Pero simplemente, ellos hacen el disco que
les apetece. No tienen que demostrar nada. Simplemente, mantienen los elementos
basicos de la factoría MAIDEN para que los fans mas acérrimos no se ofendan
demasiado, y de todas maneras, la voz de Bruce Dickinson hace de puente entre
los MAIDEN actuales y los de 1984. El timbre de este hombre no ha cambiado en
absoluto y sigue llegando sin problemas a cualquier tono que la canción demande,
por tanto, la conexión entre los MAIDEN actuales y los del pasado es mas facil.

De todas maneras, en lo musical –estrictamente- es donde ha habido el mayor
cambio. Un cambio que tampoco es sorpresivo. “Brave New World” fue la primera
piedra de lo que MAIDEN serán a nivel compositivo en años venideros. Mientras
que para muchos es “lo mismo de siempre”, se aprecian matices muy diferentes
respecto a los MAIDEN de toda la vida. Yo no veo por ninguna parte el parecido
entre, “Brave New World” y “Fear Of The Dark”, pongamos por caso. Ademas, los
MAIDEN del presente son mucho mas elaborados y meticulosos, tanto que es imposible
entender un disco hasta la quinta o sexta escucha. Reconozco que a la primera
escucha, “Dance Of Death”, me pareció un soberano coñazo. Pero de la tercera
en adelante –como ya me pasó con “Brave New World”- he podido ir descubriendo
matices que han ido enriqueciendo mi percepción de este disco. Obviamente, “The
X Factor” también necesitaba de varias escuchas, pero finalmente era un auténtico
bodrio. Lo que uno va descubriendo poco a poco en “Dance Of Death” es que MAIDEN
estan realmente inspirados y realmente hay pocos temas de relleno, quizá tan
solo un par.

Entrando mas a fondo en los temas del disco, “Wildest Dreams” es el tema inicial
que MAIDEN siempre tienen en sus discos, pero en esta ocasión bastante mas ochentero,
mas de la época de ‘Somewhere In Time’, y con un estribillo mas o menos memorable.
En definitiva, no es un “Futureal”, ni un “Man On the Edge” ni un “Be Quick
Or Be Dead”. Se nota la mano de Adrian en la composición, pero en absoluto es
una muestra de lo que hay en el disco. Realmente, se trata de un disco variado
y cualquier tema que se elija como single no va a dar un fiel reflejo de lo
que es el disco, ya que es sencillamente imposible.

“Rainmaker” es otro tema diseñado para fans acérrimos, con lineas de guitarra
inspiradas y enrevesadas a la par que reconocibles como propias de la factoria
MAIDEN. Las melodías vocales de Dickinson están muy conseguidas y será otra
de las que sonarán fijas en el repertorio de la banda. De todas formas, como
ya pude observar en la pre-escucha que realicé de este disco en Junio, “No More
Lies” está calcada de “The Clansman” en su inicio, pese a que el desarrollo
posterior del tema es algo mas lineal, pero igualmente adictivo.

“Montsegur” recordará por momentos a “The Fallen Angel” de “Brave New World”,
y es un tema de aquellos de saltar puño en alto en los conciertos, con un Dickinson
en tonos muy altos que a buen seguro alcanzará en directo. Es curioso como Dickinson
no ha perdido ni un semitono desde 1984, aunque probablemente no podria cantar
actualmente aquella explosiva versión del “Cross Eyed Mary” de JETHRO TULL.
Sin embargo, aquello que ha de hacer, que es cantar impecablemente los temas
de la doncella lo sigue haciendo sin el mas mínimo apice de dificultad.

Me atrevería a decir que quien se ha llevado mayor protagonismo en este disco
ha sido un Adrian Smith muy presente, en detrimento de la linealidad que Harris
acostumbra a propiciar desde hace unos años (de ahí que  por ejemplo, el único
tema que compone a solas –“No More Lies”- suene tan descaradamente a cualquier
cosa que MAIDEN hayan hecho en el presente mas reciente). Dave Murray por su
parte sigue manteniendo sus solos de marca registrada y Janick Gers es un elemento
mas bien poco apreciable en el disco. De hecho, mas alla del caótico final de
“Montsegur” con acoples y demás, no sabría reconocer su estilo, francamente.

“Dance Of Death”, el tema que da título al disco, es uno de esas piezas de
trabajo épicas que MAIDEN estilan en los últimos años, con un Dickinson supremo.
Harris comparte protagonismo en el suave arpegio inicial con la electroacústica
de –me imagino- Gers, y Dickinson canta con la suavidad y expresividad contenida
de grandes temas como “Fear Of The Dark”. Finalmente, las orquestaciones dan
paso a la explosión del tema, que nos devuelve a los ritmos galopantes, los
solos compartidos, y el fraseo coreable que tanto esperarán los fans en el concierto.
En ese momento de los conciertos, Dickinson aprovechará para ir de un lado a
otro de las pasarelas elevadas del escenario para arengar a los fans, y Harris,
Gers, Smith y Murray se situarán en el centro del escenario, al borde del mismo,
para bordar su ataque de cuerda a los 11.693 fans que se congregarán para verles
en directo. Todo es encantadoramente previsible, pero no por ello gusta menos.
Y esa es precisamente la gracia de una banda como IRON MAIDEN.

“Gates Of Tomorrow” nos brinda otro estribillo de melodía exquisita, y aunque
persiste la manía de Dickinson de doblar la voz tonos por arriba y por abajo
con el consiguiente ambiente-barullo en las estrofas del tema, el estribillo
triunfal del tema lo arregla todo. McBrain es el principal beneficiado del nuevo
estilo de producción de MAIDEN, y sus esquemas de percusión, otrora tan repetitivos,
ahora son imprevisibles y el batería carente de nariz va haciendo según le parece
con la consiguiente frescura. Y tan inspirado está, que se ha destapado con
un tema de cosecha propia, “New Frontier”, que es  de los mas duros del disco,
y recuerda de manera mas clara, en los dibujos de bajo de Harris, a la epoca
de “Powerslave” o los gloriosos 80.

Volvemos a los temas epicos de muchos minutos, con un “Paschendale” de tempos
complejos, tapping enrevesado de Adrian Smith y unos inquietantes toques de
charles de McBrain. De todas formas, como suele ocurrir, al segundo minuto el
tema explota y se convierte en una nueva obra maestra de las que nos tienen
acosutmbrados.  La orquestación, sin dejar de estar presente, es mucho menos
barroca que en “Brave New World”, donde temas como “Blood Brothers” o “The Nomad”
quedaban excesivamente recargados.

“Face In The Sand” nos brinda una bonita sesión de doble bombo por parte de
Nicko, pero poco mas. No es un tema especialmente destacable, la verdad. De
todas maneras, “Age Of Innocence” sorprende porque es mas propia de cualquier
disco en solitario de Dickinson que no de un disco de IRON MAIDEN. La parte
del estribillo es totalmente “Tattoed Millionaire” pero con mas guitarras, y
no creo que sea una coincidencia precisamente.

“Journeyman” es el tema, para mi gusto, mas elaborado del disco. Al principio,
las acústicas te llevarán a pensar si esto es una versión del ‘Dust In The Wind’
de KANSAS o algo por el estilo, pero a medida que las melodías toman forma te
das cuenta de que este es uno de los mejores temas que MAIDEN han parido en
toda su historia, pese a no llevar ni una sola marca de identidad mas allá de
la voz de Bruce. Un tema que eriza el vello y que es sencillamente impresionante.
Probablemente no sonará en los directos, pero daría mi brazo izquierdo por poder
verlo interpretado con el cuarteto de cuerda de MAIDEN y Dickinson sentados
en unos asientos en medio del escenario. Evidentemente, eso no pasará y tocarán
“Run To The Hills”, pero bueno, soñar no cuesta nada.

En cuanto a la portada, es cierto, es penosa. La peor después de “No Prayer
For The Dying”. Seguramente la imagen “corporativa” del “Give Me ‘Ed ‘Til I’m
Dead Tour” habría quedado mucho mejor, pero bueno ¿quién soy yo para decir nada?
Ellos sabrán. Simplemente, espero no tener jamas una camiseta con esa portada,
pues acabaría cortandola para hacer trapos y limpiar la grasa de la cocina.

Un disco muy bueno, de temas épicos, de temas rapidos, y con un par de rellenos
que a bien seguro acabará teniendo un buen lugar en la estanteria de todos los
fans. A fin de cuentas, es mejor que “The X Factor”, “No Prayer For The Dying”
y demás. Para mi gusto, esos son los verdaderos discos “malos” de MAIDEN. “Dance
Of Death” está bastante por encima de ellos.

Sergi Ramos

Grupo:Iron Maiden

Discográfica:EMI

Puntuación:8.5

Canciones:

    1. Wildest Dreams
    2. Rainmaker
    3. No More Lies
    4. Montsegur
    5. Dance Of Death
    6. Gates Of Tomorrow
    7. New Frontier
    8. Paschendale
    9. Face in The Sand
    10. Age Of Innocence
    11. Journeyman

Año:2003

Votación de los lectores:7.48503