Tao Te Kin: Cuaderno de Bitácora de un Viaje Aun por Hacer

A veces cuesta estar a la altura de un disco a la hora de hacer su review. Sobre todo si uno de sus puntos fuertes son las letras, ya que un texto tiene que equipararse (y describir el otro). ‘Cuaderno de Bitácora de un Viaje Aun por Hacer’ es uno de esos discos; y es de esos trabajos que una vez lo escuchas, piensas “no podía tener un título más acertado”. El viaje lo realizas una y otra vez cada vez que lo enchufas y lo escuchas de principio a fin.

Pero voy a empezar diciendo algo malo de esta segunda obra de TAO TE KIN: ha tardado mucho en llegar. Demasiado. Hace tres años, su debut titulado ‘El Pájaro que da Cuerda al Mundo’ dejó muy buen sabor de boca, apuntando maneras en un estilo a medio camino entre el rock progresivo y atmosférico que en algunos momentos llega a recordar a bandas como A PERFECT CIRCLE… pero con la seña de identidad citada más arriba. Y ese dato negativo viene de lejos, del verano pasado, el de 2011, donde nos ofrecieron un adelanto llamado ‘Ram’, crudo de primeras, rico en matices y arreglos y cambios de ritmo, plagado de giros en sus más de ocho minutos de duración… pero que dejaba con ganas de escuchar el álbum al completo. Un año después, hemos podido saciar la sed que nos produjo.

El preludio (pianístico) ‘Arjé’ nos mete de lleno en el universo TAO TE KIN, del que durante casi una hora es imposible salir, enlazando de manera directa con la guitarra de ‘Aura’, a la que poco a poco se va sumando el resto de instrumentos de manera sosegada, tranquila y pausadamente, en un ritmo in-crescendo hasta que entra la voz de Emilio de manera natural; con él se da el caso de ese listado de vocalistas que más que cantantes, parecen poetas. Lo malo de ellos es que llegar a resultar algo planos y lineales, por eso de “recitar”; con él no se da ese punto en contra, ya que modula perfectamente su voz según la canción con amplia gama de registros. En esta, sin ir más lejos, pasa de partes que parecen un trabalenguas a melodías pegadizas y algún que otro grito para cerrar su estribillo. Gran acierto que esta apertura se vea continuada con la conocida ‘Ram’: consigue que la sensación al escuchar el disco sea familiar y conocida.

‘Los silencios’ empieza de manera bonita (¿se puede decir “bonita” sin que nadie se lleve las manos a la cabeza?) en un tema que es de los que más evoluciona en su estructura, con una parte instrumental central  que dota de vida al tema. ‘Los que mienten’ parece una continuación, más dura de primeras, pero que pronto se mete en el círculo que traza la banda con facilidad, y que tiene en su último minuto su punto fuerte. En ‘Morfina’ encontramos ni más ni menos que lo que evoca su título: un sedante en el que colabora Germán González de SKUNK D.F, haciendo dúo vocal con Emilio, y la armónica (ese instrumento tan infravalorado) del mítico Carlos Pina; un ensamble perfecto. Además de algunas otras colaboraciones como el piano de la intro y algunos otros arreglos, no es la única voz invitada, ya que Carlos Pagola de MORGANA VS MORGANA en la final ‘Espino’, donde prima la intensidad, precedida por la curiosa ‘Del latir en flor’. Entre medias, más paradas de esa nube en las que nos transportan, con ‘Gaj’ (su segunda mitad, sublime), ‘Cíclope’ (con papel clave de los sintetizadores y cambios de ritmo… y sí, de nuevo suben revoluciones para terminarla) y ‘Mi elección’, una nueva montaña rusa, como casi todo el álbum.

Realmente no sé donde llevará a TAO TE KIN este viaje que acaban de iniciar en esta etapa con su segundo álbum. Lo que es seguro es que su tercera obra debería ser ese diario del viaje realizado. Así que cuanto mejor les vaya, mejor producto nos traerán en el futuro. Por el momento, cada uno “viajamos” a nuestra manera con este Cuaderno de Bitácora.