Wednesday 13: Necrophaze

Emblema de la serie B del metal, Wednesday 13, sigue ampliando su extensa discografía con un nuevo trabajo moderadamente madurado. Y nos llega justo a tiempo, como no, para la spooky season.

Pese a ser habitualmente clasificados dentro del horror punk, genero con el que sin duda se hermanan en temática y sentimiento, pero no en formas. Wednesday 13 (como grupo, no como persona individual) cada vez se está convirtiendo más en una eminencia del horror metal. Con el paso de los años, las melodías más Halloween han ido difuminando su protagonismo para dejar paso a los riffs más metálicos y machacones como elemento base de las composiciones.

Influenciados, sin duda, por el Rob Zombie post White Zombie. Y es que, pese a que esto último siempre ha estado ahí, Joseph Michael Poole ha madurado el sonido de su banda contrapesando la balanza en esta nueva dirección más cercana a la parte más terrorífica y escénica del industrial, con el que parece ser que a muchos molesta que se les relacione.

Juego de referencias

Cierto es también que este carácter americano y groovy que cada vez más parecen acuñar, ayuda también a que uno se dé cuenta con más facilidad de las referencias. Sin embargo, y pese a lo anteriormente mencionado, Wednesday 13 siguen contando con una amalgama de géneros que los sigue haciendo característicos. Simplemente han optado por evolucionar en la misma dirección que el horror cinematográfico que tan directamente homenajean.

Hacia una frialdad punzante herencia de estar viviendo la década posterior al auge del torture porn en el cine. Y es que, al fin y al cabo, Poole es antes que nada un gran aficionado. El horror es el motor de su maquinaria, y pese a no anclarse en ningún momento en el presente, y apuntar siempre en dirección a los clásicos, el día a día se apodera de, y contamina, a cualquiera.

Herencia de ello es el enfriamiento de una producción cada vez más estridente y metalica. Ni este proyecto ni Murdrdolls han contado jamás con una ecualización limpia y pulcra. Sin embargo, la navaja parece afilarse más y más a medida que los trabajos van saliendo al mercado, en una clara declaración de intenciones. La suciedad y el óxido se encargan de dibujar temas tan estilísticamente fríos como “ZODIAC” o “Animal (Fuck Like A Beast)”. Reminiscentes del Marilyn Manson mas puntero de mediados de los noventa.

El monstruo de Frankenstein

Sin embargo, en esta costura de géneros y estilos se encuentra, latente, el corazón reanimado de Wednesday 13. Su capacidad de seguir tocando algunas teclas punk, o acercarse a veces a un gótico más cercano por el contenido que en estilo, es la que les permite elaborar álbumes que aporten una variedad contenida dentro de sí mismos. Los guitarrazos ochenteros de “The Hearse”, acompañados del sintetizador más marciano y reconocible de la historia, siguen siendo su mayor baza en cuanto a carácter se refiere.

Su núcleo sigue siendo cachondo y juguetón, y desprende aroma a fan absoluto. Y eso es lo que le permite seguir bombeando con fuerza ya que, si algo tiene la afición, es que se contagia con facilidad. Tanto como la melodía del que posiblemente sea el mejor tema del álbum: Decompose”, que juega a la perfección a medio camino entre las dos vertientes creando el hibrido perfecto.

El carácter festivo con el que cuentan todos los trabajos de Poole son los principales generadores de empatía para con sus fans. Por si fuese poco, ‘Necrophaze’ está plagado de colaboraciones de mano de grandes músicos que de seguro formaron parte primordial en la adolescencia creativa de muchos de los oyentes. Cristina Scabbia (en “Monster”) y Alexi Laiho (en la anteriormente mencionada “Animal”). Sin embargo, la joya de la corona pasa por ser el mismísimo Alice Cooper, que abre el disco con el tema homónimo del mismo. Diferentes épocas doradas, pero mismo nivel de pasión por parte del oyente.