El quinto álbum de una de las bandas más en boga de los últimos años dentro del metal se titula 'Wallflowers' y, para bien y para mal, continúa la senda de sus más recientes trabajos. El resultado convence a quien lo escucha, pero no rompe esquemas.

Max Morton es de nuevo el productor encargado de guiar a los ucranianos Jinjer en este nuevo capítulo discográfico llamado ‘Wallflowers’. 11 nuevas canciones y cerca de 1h de duración con riffs a veces típicos del metalcore y otras más llevados a la sutileza del progresivo.

Con rapidez y sin contemplaciones «Call Me A Symbol» empieza la fiesta con rabia y blast beats dosificados que no resultan cargantes gracias a esos cambios de tempo que dejan sitio también a la melodía vocal alternada con los growls típicos y perfectamente ejecutados de Tatiana.

Como es lógico, resulta normal que haya bandas que compartan estilo o que tengan semejanzas cuando comparten espacio-tiempo o influencias, y en el caso de Jinjer esto resulta evidente cuando tanto en «Call Me A Symbol» como en la algo más breve «Colossus» se te vienen a la cabeza Gojira, Lamb Of God o los Arch Enemy de Alissa White-Gluz.

Para calmar un poco la adrenalina de los dos primeros cortes de ‘Wallflowers‘ llega «Vortex», que con su comienzo algo más melódico y esas voces que van desde el pop hasta el groove, death o metalcore regala algo más versatilidad haciendo de Tatiana tanto un ángel como un demonio (resaltable en el breakdown final), facetas en las cuales se defiende igual de bien.

La voz de Tatiana no es lo único que reluce

Es normal que cuando se habla de esta banda se tienda a citar solamente a Tatiana por ser la frontwoman, ya que tristemente todavía sorprende a muchas personas que haya mujeres en cualquier estilo musical y disciplina artística que sean mejores o iguales a algunos varones, pero lo cierto es que la banda forma un empaste perfecto y, tanto vocal como instrumentalmente, el resultado que ofrecen es magnífico.

Muestra de todo ello son el bajo percusionado/slappeado de Eugene en «Vortex», las melodías de guitarra de Roman que simulan el revoloteo de una mosca en los momentos más locos de «Disclosure!» -pueden hasta recordar al interludio de la ópera rusa ‘El cuento del zar Saltán’- o los fills y redobles de batería tan limpios y concisos por parte de Vlad.

La llegada de «Copycat» trae más progresión y arreglos que fijan el concepto del álbum y, al fin y al cabo, el de prácticamente todo el legado reciente de Jinjer. En esta canción hay bastantes detalles que cada persona apreciará a su manera, pero los guturales desatados junto a esa batería que aumenta su velocidad hacia el último minuto son a tener en cuenta. La canción más extensa de ‘Wallflowers’, «Pearls And Swine» es la que más calma y suavidad aporta, y sus momentos casi atmosféricos se contramponen a los riffs típicos del metalcore y breaks de «Sleep Of The Righteous».

Aunque el LP es disfrutable y tiene calidad, a la media hora/cuarenta minutos te das cuenta de que un amarre diferente o algún elemento acústico, más melódico o incluso experimental que mantuviese la esencia de la banda no vendría nada mal. Las intenciones de los ucranianos son clarísimas y predecibles, pero que se autoexijan un poco más para sacar todo el jugo a su tremendo talento sería genial.

Arriesgar empieza a parecer una necesidad

A pesar de la intro de bajo y voces que podrían recordar a Tool además de algún grito en los breaks, «Wallflower» persigue la misma senda. Se percibe que el disco mantiene la consistencia a medida que la cosa avanza pero no hay grandes cambios, algo que ocurre de una manera parecida en «As I Boil Ice» y «Dead Hands Feel No Pain», esta última mencionada claramente conectada con la anterior. Salvo algunos susurros y partes interesantes ocasionales que incluso pueden hacer las delicias de algún fan más jazzero, la cosa no tiende ni a subir ni a bajar y permanece estática hasta su final.

«Mediator» cierra el círculo de una forma similar a la que se abrió con «Call Me A Symbol», con rapidez y rabia y momentos algo complejos que funcionan perfectamente. Los «stop!» y «go» de Tatiana desatan a la bestia y los blast beats, guturales y punteos de guitarra se unifican para decir adiós de una forma elegante y más que correcta.

‘Wallflowers’ no es sobresaliente salvo en sonido y ejecución, donde poco o nada hay que objetar. Es un episodio lógico que amplía el repertorio de Jinjer sin romper los esquemas con respecto a ‘King Of Everything’ (2016) y ‘Macro’ (2019). Tampoco hay cabida para extras como en su momento fueron «Beggars’ Dance» o la casi ska «Judgement (& Punishment)», que con sus sutiles variaciones invitaban más a que el álbum resultase menos congestivo dentro del cliché del hardcore, metalcore o prog moderno, que a día de hoy le deben mucho a formaciones como Gojira, Messhuggah o incluso Opeth.

Jaime Tomé

Grupo:Jinjer

Discográfica:Napalm Records

Puntuación:7

Canciones:

  1. Colossus
  2. Call Me A Symbol
  3. Vortex
  4. Disclosure!
  5. Copycat
  6. Pearls And Swine
  7. Sleep Of The Righteous
  8. Wallflower
  9. Dead Hands Feel No Pain
  10. As I Boil Ice
  11. Mediator

Año:2021-08-27