Toundra: Hex

Desde la portada 'Hex' ya anuncia que es un trabajo que presenta variaciones respecto a sus antecesores al apostar por una fotografía frente a la ilustración marca de la casa hasta ahora, obra de Manu Brabo muestra la aberración que desde hace mas de 40 años supone la térmica de Aboño en la naturaleza asturiana.

Un vistazo a la lista de temas devuelve una clara imagen de que los cambios van más allá de la estética y profundizan en la propia concepción de su propuesta que hacen Toundra en 2022 pues la cara A es un único tema en tres partes y la cara B mantiene la tradición de temas independientes… o no tanto, ¿es un nuevo Toundra el que llega bajo esta actualizada presentación? ¿Será el menos Toundra de Toundra? Y si así fuera ¿importa algo? 

“El Odio”

Bajo tan rotundo título llegan las ya conocidas tres partes que lo componen y, como era de esperar, cobran mucho más sentido juntas y en yuxtaposición con sus hermanas de la Cara B que escuchadas una a una o las tres seguidas. El tema más largo hasta ahora compuesto por Toundra mantiene el aroma del grupo mientras que otras esencias comienzan a aflorar, a elevarse, a mantenerse y a afianzarse para mostrar más emociones que el duro odio.

El motor lejos de ser esa fría oscuridad está lleno de furia, de rabia, de fuerza, de brillo y calidez, cuando la quietud asoma lo hace enfundada en una tensa lona que pugna por reventar para que en la “Parte II” muestre ese camino conocido pero ahora remodelado, sigue habiendo tensión pero la luz es cada vez más fuerte, se palpa la alegría acercándose de tal modo que en ocasiones logran que el oyente se sienta mecido por sus propias emociones que pueden no coincidir con esas que Toundra quiere mostrar.

La “Parte III” da un brusco giro hacia la parte más sombría del sonido del grupo, condensa y amplifica lo que se venía mostrando, sí, son Toundra pero distintos, despojados de aquello que fuese lo que hasta ahora les había impedido despegar de una forma tan acertada. Rompen de forma audaz con las etiquetas que les venían colgando y que jamás hiceron justicia. Y luego está esa demoledora película de Jorge Carbajales con la que se cierra el círculo de “El Odio” y que puede servir de guía explicativa para el tema.

Los giros en el ritmo, en la tensión están lejos de ser fruto de la casualidad y los arreglos forman una capa que aporta otra dimensión a este gran tema, porque, es hora de decirlo, Toundra y “El Odio” son ya parte de la historia del rock de este país. Inspiración, trabajo, esfuerzo y capacidad. Eso es “El Odio”.

El reverso de “El Odio”

“Ruinas”, “La Larga Marcha”, “Watt” y “Fin”, la cara B, el reverso del odio, pocas pistas ofrecen de por dónde van a salir después de la emoción de “El Odio”… Vayamos paso a paso. “Ruinas” comienza con un milhojas sonoro en el que no sabemos hacia dónde centrar nuestra atención hasta que el muro cae y surge Toundra, más como antes, cierto, pero sin caer en la repetición. Hay más madurez en este tema, entiendo madurez como la capacidad de hacer lo que a uno le viene en gana sin pensar en lo que los demás piensen. A muchos les parecerá que está contenido, frenado, atado, que debería haber sido más contundente, más fuerte, más intenso y que “ya veréis cómo se transforma en directo”. Tal vez.

Para quienes gusten de percibir el sello de un grupo desde los primeros acordes, “La Larga Marcha” va a suponer una bofetada en pleno rostro. Reconocer a Toundra en él solo es posible tras haber degustado, comprendido y digerido lo que hasta ahora se escuchó. Sí, son ellos, “nuevos ellos” y a muchos nos gusta lo que están haciendo. Un tema que hace aún más profundo “El Odio”, habrá quien diga que no acaba de arrancar, que parece un esbozo, que suena a garabato o a borrador… si así lo piensas es el momento de levantar la aguja del disco porque se avecina tormenta.

“Watt” anuncia complejidad y desparpajo, de nuevo los pasajes en segundo plano, más variados que nunca son el acelerante que alimenta el incendio que es este tema. Bestialmente complejo y engañosamente sencillo es el tema que planta cara a su hermano de la cara A para erigirse en el tema que robe el corazón de los fans. Hay que apreciar esos arreglos que emergen desde el fondo para apreciar que un tema así no surge de golpe y se termina en una mañana. Estamos ante un tema que va a suponer la vara de medir para lo que en futuro Toundra tengan a bien componer y publicar.

Pues llega el fin, y el tema es “Fin”. De nuevo cerrar los ojos y decir “son Toundra” no es una opción. Aderezos electrónicos, guitarras etéreas, ambientes cargados… provoca esa sensación de querer más, de que siga hacia adelante a ver qué trae. El progreso es lento pero perceptible algo está a punto de suceder y cuando poco a poco el tema se acaba es cuando el oyente es consciente que lo que tenía que suceder ya ocurrió: ‘Hex’ presenta su candidatura a uno de los mejores discos de 2022. ‘Hex’ tiene todos los mimbres para convertirse en un trabajo atemporal. Ahora solo queda esperar para verlo en directo y salir flotando.