To The Rats And Wolves: Cheap Love

Está claro que To The Rats and Wolves han ido evolucionando su sonido hacia tendencias más electrónicas y comerciales, ingredientes que ya estaban presentes en "Neverland" o "Dethroned", pero que en este "Cheap Love" llevan hasta sus últimas consecuencias. En vuestra mano está o no aceptarlo pero es innegable que nos encontramos ante un disco de lo más notable que, probablemente, les ayudará a crecer y llegar a un mayor público.

La escena metalcore lleva pegando fuerte ya un buen puñado de años y ha ido evolucionando y madurando con el paso de los mismos. De hecho, muchas bandas han ido comercializando su sonido en sus últimos trabajos y añadiéndoles nuevas tendencias estilísticas. Me vienen a la cabeza ejemplos como el de Asking Alexandria con su disco homónimo o, como no, el de Bring Me The Horizon con su controvertido «Amo».

Pues bien, probablemente el caso que hoy nos ocupa con los alemanes To The Rats and Wolves no sea tan sangrante como éste último, más allá de la calidad del disco, pero también sirve para ilustrar esta tendencia que, como suele ser habitual, viene acompañada de un cambio de estética por parte de la banda. Así quedaron atrás la dosis extra de agresividad sonora y las vestimentas (y maquillajes) post-apocalípticos retro-futuristas a lo Mad Max industriales.

Adiós a las pinturas de guerra

El disco abre con «Cheap Love», primer single y tema que da título al álbum, y que ya es de inicio toda una declaración de intenciones de lo que vamos a encontrar en él. Melodías dance que podría firmar cualquier DJ de moda, un Dixi Wu marcando a las voces la esencia metalcore y un estribillo tremendamente pegadizo con Nico Sallach en un registro más suave que, personalmente, me recuerda mucho al de Nathan J. Biggs de Sonic Syndicate. Por cierto, echadle un ojo al vídeo que no tiene desperdicio.

«Therapy» se mueve por terrenos más comerciales, entre arpegios de guitarra, hasta que se desmelena en su tramo final con unos riffs mucho más reconocibles de la dupla formada por Danny Güldener y Marc Dobruk que aportan ese pequeño y breve resquicio de agresividad. Siguen experimentando con los elementos electrónicos en «All The Things», con la que se proponen hacernos bailar y cantar de la mano de un estribillo sencillo pero eficaz.

En «Never Stop» volvemos a encontrar esos contrastes que tanto nos gusta escuchar en su propuesta, con unos duelos vocales entre Dixi Wu y Sallach que son marca de la casa y que forman parte de su ADN. Agresividad que no rechaza las melodías y los estribillos más pegadizos. Todo lo contrario sucede en «Friendz» que, siendo un buen tema, les acerca más a bandas como Fall Out Boy o Good Charlotte por mucho que se empeñen en añadir una pequeña concesión en forma de breakdown.

Explotan esta misma fórmula hasta su máxima expresión en «Look What You Made Us Do», en el que la electrónica predomina muy por encima de lo eléctrico y le hace ideal para la radio-fórmula sino fuera porque nos sorprenden a final del corte con una breve llamada telefónica en la que Dixi Wu se nos pone a gritar. Trevor Wentworth, vocalista de Our Last Night, se une a la fiesta en «True» y, cualquiera que conozca a su banda, puede hacerse una idea de como suena el tema. Facilón, de los que se quedan en tu memoria tras la primera escucha pero al que le falta una innegable fuerza que se echa en falta.

«Cure» es el nuevo sencillo de la banda y lo tiene (casi) todo para encasillarla en este perfil. Un estribillo pegadizo, melodías sencillas que navegan entre lo electrónico y lo eléctrico, y una pizca de especias netamente metalcore que hagan reconocible su sonido. Eso sí, apuestan definitivamente por las influencias más pop en «Famous»con el bajo de Stanislaw Czywil y la batería de Simon Yildirim marcando un compás acaramelado, juguetón y movido.

Lobos con piel de cordero

Como si se trata de un espejismo «B.I.C.» nos recuperan la parte más oscura, densa y agresiva de sus primeros trabajos, con un Dixi Wu desatado a las voces y unos instrumentos dispuestos a dar guerra hasta que, eso sí, llega el estribillo y ahí ceden a su vertiente más comercial y pegadiza. Ahora os escucho. Pero «Down» pone el punto y final manteniendo la esencia predominante en el disco aunque con algunos tramos ciertamente inspirados que nos empujan al headbanging y el baile karateka entre melodías bailables que, nuevamente, me recuerdan a Sonic Syndicate.

Está claro que To The Rats and Wolves han ido evolucionando su sonido hacia tendencias más electrónicas y comerciales, ingredientes que ya estaban presentes en «Neverland» o «Dethroned», pero que en este «Cheap Love» llevan hasta sus últimas consecuencias. En vuestra mano está o no aceptarlo pero es innegable que nos encontramos ante un disco de lo más notable que, probablemente, les ayudará a crecer y llegar a un mayor público.