Threshold: Dividing Lines

No es fácil encarar un nuevo disco de estudio cuando ya has publicado uno de los mejores de tu carrera. Sobre todo si la banda en cuestión lleva tres décadas ofreciendo trabajados impolutos y cuenta con una masa de seguidores muy amplia.

Con la visión clara después del transcurrir de los años, se puede confirmar que su doble álbum ‘Legends Of The Shires’ de 2017 es el más sobresaliente de su trayectoria – en dura pugna con ‘Dead Reckoning’, ‘Subsurface’ e ‘Hypothetical’ – y más teniendo en cuenta que sobrevivieron a la tercera salida de Damian Wilson, y salieron airosos al reclutar al ex vocalista de la propia banda Glynn Morgan. La calidad de cada uno de los miembros de la banda británica y unas composiciones brillantes hicieron el resto.

Cinco años después regresan con ‘Dividing Lines’ y tal como explica la misma formación, es el hermano pequeño y más oscuro de ‘Legends Of The Shires’. Las directrices musicales de Threshold ya son bastante amplias de por sí, por lo que pocas veces se puede decir que han evolucionado en su sonido. Tienen su marca registrada desde hace muchos años y con cada lanzamiento refuerzan su talento interpretativo y compositivo. La carta ganadora con la que siempre juegan y ganan la partida es la canalización toda esa solvencia técnica en favor de las canciones. La habilidad instrumental no está reñida con unos estribillos y unas melodías propias de un grupo de rock de arena, y así lo vuelven a manifestar por enésima vez en esta nueva entrega.

Un inicio demoledor

Threshold nunca ha tenido problemas a la hora de conjugar el rock y el metal progresivo de extremo a extremo, y la intensidad y ferocidad son algunas de sus muchas cualidades. El arranque de este trabajo con «Haunted», «Hall Of Echoes», «Let It Burn» y el single «Silenced» es demoledor. La garra y la oscuridad de estos cuatro temas cautivará de forma inmediata a sus fieles seguidores. Todo ello sin salirse de patrones que han desarrollado en el pasado, pero es todo un desfile de bondades musicales que sonroja a las bandas más populares del gremio: desde teclados futuristas, hasta estribillos con gran pegamento mental, pasando por riffs cuasi thrash y la siempre cálida y llena de matices voz de Morgan.

Pero como es norma en la banda de Surrey, no se conforman con un buen puñado de canciones para comenzar y engañar a los oyentes, y el resto del listado es otra colección de temas que los eleva al Olimpo del progresivo.

Temas largos y mucha melodía

Puede que la duración de 11 minutos de «The Domino Effect» sea un tanto excesiva, pero Threshold desarrolla tantos momentos destacados que es difícil señalar qué trayectos podrían quedarse fuera. El cierre con «Defence Condition» –también de larga duración- sirve de fiel resumen de todo lo que ofrecen en este álbum, y es una perfecta y vertiginosa mezcla de ritmos y atmósferas oscuras que llegan a ser adictivas. En su tramo final, Morgan sorprende con unas voces guturales con las que demuestra su seguridad y que no conocen ningún tipo de límites.

El otro conjunto de canciones formado por «Complex», «King Of Nothing», «Lost Along The Way» y «Run», es una prolongación de la constante montaña rusa de ritmos y emociones que transmiten con su música. De hecho, las dos primeras han tenido su función de singles. Hay ocasiones en las que sus atmósferas suenan a Asia y Pink Floyd, pero acto seguido irrumpen con fuerza en desenfrenados estallidos metálicos. Aunque algunas melodías y estribillos son más pegadizos que otros, no se puede hablar de canciones destacadas porque ‘Dividing Lines’ es un conglomerado sobresaliente de todo lo que puede ofrecer el progresivo.

Como todos los años que publican nuevo disco, Threshold aparecerá en las diversas listas de los más destacados de este 2022. Han tardado un lustro en volver, pero la calidad de esta nueva colección de canciones – escritas en su mayoría por Richard West y Karl Groom como viene siendo habitual- y su pulida producción es el bálsamo que todo fan de los ingleses necesita. Que regresen de gira a nuestro país sería el siguiente deseo.